Capítulo 2: El Desfile de los Dioses

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Habían sido tres días agotadores, llenos de prácticas y preparativos sin fin, pero finalmente había llegado el día del desfile.
Xie Lian estaba tanto emocionado como nervioso, había ensayado todo con mucho esmero, aún así no podía evitar su ansiedad, si todo pasaba de acuerdo a la novela, aquél niño de ropajes descuidados caería de la más alta torre, y Xie Lian estaba preparado para salvar a al pequeño de una horrible muerte.

Definitivamente, él no cometería las atrocidades del Xie Lian original.
¡Él sería diferente!

—Alteza, ya está listo?— Preguntó Mu Qing con un tono algo nervioso.

—¡Sí!— Respondió Xie Lian emocionado. —Ya es nuestro turno, ¿cierto?—

—Así es— Dijo Feng Xin, que se escuchaba más preocupado que ellos. —Y tú, bastardo— se dirigió a Mu Qing. —Si lo arruinas, yo definitivamente te mataré—

—¿AH SÍ? Pues fíjate que yo...!—

—¡Mu Qing, vamos, dejen de pelear! ¡Es nuestro turno!— Habló el príncipe.

Sin duda, al leer la novela, el carácter de esos dos le resultaba algo duro de manejar, ahora, teniéndolos a ambos de frente, peleando y hablando con palabras hirientes todo el tiempo, ¡realmente eran demasiado!

Comenzaron a subir a aquella inmensa carroza, y empezó el espectáculo con miles de personas clamando por su llegada.

[ Misión: Festival de los Dioses iniciada ]

[ Objetivo: Rescate del niño ]

[ Por favor preste atención a su entorno ]

Oh, así que la misión se trataba sobre eso, pensaba salvar al niño de todas formas, así que no le resultaba un problema en lo absoluto.

Gracias por el aviso, sistema~

[ Es un placer, usuario Xie lian ]

Soy Xian Le

[ Xie Lian ]

Oh bueno...

Se preparó y realizó su entrada triunfal, todos los ciudadanos gritaron alegres con su llegada.

Nunca se había sentido tan amado.

Empezaron una lucha con movimientos elegantes, el príncipe heredero, que interpretaba al Emperador Marcial Jun Wu, vestía túnicas puramente blancas, y ropajes rojos con detalles en dorado. Incontables joyas de oro puro, con incrustaciones de piedras preciosas colgaban como bellos collares y adornos en su marrón cabello. Sus pendientes color carmesí contrastaban con su piel albina; y ni hablar de la máscara dorada que le brindaba un aire de divinidad.

El príncipe heredero Xie Lian se veía simplemente encantador.

Y el desfile estaba saliendo de maravilla.

Las bailarinas danzando y los músicos tocando melodías.

Todo era perfecto, lo era; hasta que un grito desgarrador se escuchó en lo más alto del cielo, y un pequeño niño cayó de la más alta torre.

Ahí está

pensó Xian Le.

Podría salvar aquél niño, que en la novela original cayó en una horrible muerte.

Podría cambiar eso, y ése hecho lo hacía inmensamente feliz.

Dejo su batalla de lado para saltar por los aires en dirección al pequeño.

(Cancelada) El Sistema del Dios de la DesgraciaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant