(Cancelada) El Sistema del Dios de la Desgracia

Capítulo 3: Ascenso a la Gloria

Algunas semanas habían pasado ya desde el gran ajetreo que había sido el Desfile de los Dioses, y Xian Le estaba más que acostumbrado a ser el príncipe heredero.
Si bien debía esforzarse en su cultivo y trabajar duro para cada asignatura; parecía que había nacido para blandir una espada.
Un día, mientras entrenaba, llegó a sus oídos el rumor de que había un poderoso fantasma vagando cerca del Río Amarillo, prestó más atención a éste dato, puesto que en ése lugar era donde el Xie Lian original había realizado la hazaña de acabar con aquél monstruo, y después de algunos días había ascendido al cielo.

[ Nueva misión: Fantasma del puente Yi Nian ]

[ Objetivo: Eliminar al fantasma]

Estaba sorprendido, había estado demasiado ocupado aprendiendo y pensando en su nueva vida que había olvidado el asunto de ascender, tan solo pensar en ser un Dios a la corta edad de diecisiete años, hacía que se pusiera nervioso. ¡Pero él lo lograría!

Seré un Dios ejemplar

Pensó

¡Ayudaré a mi reino, y a todo aquél que lo necesite!

Completamente determinado, partió al puente Yi Nian para enfrentarse al monstruo que ahí residía.

Esperó una noche, pero nada, el fantasma no aparecía.
Aprovechó el tiempo durante el día para investigar un poco sobre éste. Se enteró de que solo aparecía algunas noches, y que le hacía preguntas a los transeúntes, si éstos respondían mal, serían devorados en una muerte dolorosa y asfixiante.

Sin embargo, como la suerte estaba de su lado, no debió esperar mucho, y la segunda noche el monstruo se dignó a salir a su encuentro.

Era una vista absolutamente terrorífica; el fantasma tenía heridas y llagas por todo el cuerpo, y se podían divisar flechas y espadas atravesando su carne. Con cada paso que daba la sangre oscura brotaba de sus lesiones.

Esa vista congeló a Xie Lian, pero se obligó a ser valiente para afrontar el problema.

-¿Dónde estamos?- Preguntó el fantasma.

Sonrió con destreza, como si no estuviera muerto de miedo.

-Estamos en el reino humano- Respondió, confiado confiado en que su respuesta era la correcta.

-Estamos en el abismo- Corrigió con su fantasmagórica voz.

Acabo de empezar pero ya respondí incorrectamente, si estuvo mala la primera respuesta, ¿no estarían malas también las otras?

Al final llegó a la conclusión de que, en vez de perder el tiempo respondiendo incógnitas, mejor empezaría a pelear contra aquél fantasma.

Sacó su reluciente espada de su funda y empezó la batalla que decidiría su destino.

Cuando el príncipe derrotó por fin al fantasma, ya había amanecido, y aunque estaba cansado, decidió hacer el ritual para enviar su alma a descansar en paz. Plantó un árbol debajo del puente, y esparció arenas doradas en su tumba. Algunas personas pasaban por el puente camino al trabajo, pero apenas volvían a ver a Xie Lian, menos cierto taoísta que pasaba por el camino, éste no pudo ocultar su curiosidad y se acercó un poco a su persona.