Capítulo 5: El Perfume de una Flor

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Una regla inquebrantable del cielo era aquella que dictaba el no poder aparecerse directamente frente a familiares o amigos cercanos. La única excepción eran los Sacerdotes Principales o cultivadores de un nivel avanzado.

Por lo tanto, así como le había indicado a sus compañeros, partió al lugar en el cual residía su maestro, Mei NianQing, un hombre sumamente sabio y poderoso, que se había encargado de enseñarle a Xie Lian todo lo que necesitaba saber sobre cultivo, literatura y cada asignatura que lo que había hecho al príncipe el hombre educado e inteligente que era.

Al llegar junto al Sacerdote Principal, y luego de saludarse debidamente, empieza su plática.

—¿Está al tanto de la sequía en Yong An? — Preguntó con seriedad. —Parece que mi padre no está consciente de lo que pasa, tampoco—

En lo profundo de su corazón, quería escuchar que el rey no tenía idea alguna de la situación, pues no sabía cómo se sentiría si se enterara de que él había sabido sobre la catástrofe todo el tiempo y aún así no había movido un dedo para ayudar a su gente.

Pero las palabras que llegaron a sus oídos fueron contrarias a las que internamente esperaba.

—Tanto tu padre como yo estamos completamente al tanto de la situación en Yong An— indicó.

Toda ésta situación lo estaba indignando muchísimo.

—Si lo sabe, entonces, ¿Porqué nunca he recibido una oración de su parte, pidiendo por el bienestar de su reino?— Cuestionó Xie Lian.

Se esperaba cualquier respuesta menos la que llegó a sus oídos.

—Yo les dije que no los tomaran en cuenta en sus oraciones— dijo el Sacerdote Principal.

El menor le preguntó el por qué inmediatamente.

—No serviría de nada—

Xie Lian se sintió un poco ofendido.

—¿Está tratando de decir que soy un Dios impotente? ¿¡Me está pidiendo que no me preocupe por mi gente, que está pasando por dificultades!? ¡Puedo ayudarlos a todos, sé que puedo! He estado pensando en formas de ayudar, y he tenido varias ideas que...—

Pero fué interrumpido.

—Ascendiste demasiado pronto, alteza, justo lo que me temía—

Xie Lian quedó atónito. ¿Qué diablos era eso de repente?

—¿Qué quiere decir con eso, Sacerdote Principal?— preguntó.

Mei NianQing suspiró pesadamente a antes de responder.

—A pesar de que ahora eres un Dios Marcial, te es imposible dejar atrás el reino humano— hizo una pausa, para luego continuar. —Si sigue de éste modo, todo terminará en desastre—

El Príncipe de Xian Le ya no aguantaba esta conversación, y todas las emociones que estaba sintiendo salieron sin oportunidad de ser retenidas.

—¿¡QUE PUEDO HACER ENTONCES!? ¿CÓMO SE SUPONE QUE AYUDE A MI GENTE? ¡SOY UN DIOS, Y LOS DIOSES AYUDAN A LAS PERSONAS, ÉSA ES SU RAZÓN DE SER!—

El Sacerdote Principal lo observó por unos segundos con una expresión complicada en su rostro.

—Vi su futuro y es caótico—

—...—

Realmente no sabía que responder ante aquella situación, estaba impactado y muy confundido.

—Ya veo, gracias— dijo, y lentamente se marchó del lugar.

Había quedado de verse con Mu Qing y Feng Xin en un lugar de Yong An, al llegar, hacía tanto calor y bochorno como nunca había sentido antes.

(Cancelada) El Sistema del Dios de la DesgraciaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon