Capítulo 41

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Que la primavera ha llegado este mes de febrero.


Pasa la primera semana y Ezra parece aguantar bien con los calmantes que le están administrando, incluso se muestra animada, charlatana y con su sonrisa siempre puesta en la cara, lo que hace que más de una vez se me abra una ventana de esperanza. Luego vuelvo a la realidad y la desazón me invade. Con toda la montaña rusa de emociones que he estado viviendo esta semana, hasta el olvidado en qué día vivo y Ezra ha sido la encargada de recordármelo. Me impresiona como ella no pierde la cuenta de los días.

 -14 de febrero, el día de los enamorados -señala en un pequeño almanaque de bolsillo con el escudo del Sevilla que le dio mi padre hace unos días.

La verdad es que no entiendo el por qué de ese regalo, no le encuentro mucho el sentido tener un calendario a estas alturas, pero a ella pareció hacerle ilusión y no se separa de él en todo el día, mirando una y otra vez las fechas más importantes señaladas.

 -¿Hoy es San Valentín? -pregunto confundida, intentando hacer cuentas de qué día era cuando la ingresaron.

 -Sí -contesta ella torciendo el morro-. Perdón por darte el peor San Valentín del mundo. Yo quería hacerte algo especial y mira donde estás.

Ezra baja la cabeza desanimada y eso me pone triste. En todos estos días he tratado de animarla de las mejores maneras posibles. De hecho, hemos hablado de todas las cosas que nos gustan, hemos jugado a las cartas o al parchís entre otras cosas, y hemos escuchado música. Todo por distraerla y que los días aquí no pasen a cuenta gotas. Agarro una de sus manos y comienzo a jugar con sus dedos, entrelazándolos con los míos.

 -Es especial, aunque no lo creas -le digo intentando animarla-. Si no existieras en mi vida, mi San Valentín hubiera sido como el de todos estos años anteriores, completamente sola. Sin embargo, hoy estoy contigo, y no puedo estar más feliz por ello.

Ezra sonríe levemente por mis palabras, aunque después vuelve al mismo tono quejumbroso.

 -Si al menos no estuviéramos en un hospital...

 -Podemos hacer algo para pasarlo bien. Algo se me ocurrirá, ya lo verás.

Desbloqueo la pantalla de mi móvil, entro en Whatsapp, clico en la opción de crear un grupo y añado dentro de él a mi hermana, Maribel, Isabel, Maite y Ángel. Finalmente, llamo al grupo "Misión SV". Será la primera vez en mucho tiempo que volvamos a estar las cuatro juntas en un grupo, aunque esta ocasión es especial. Compruebo una vez más que Ezra sigue dormida, la verdad es que se tira así bastante más tiempo de lo que quisiera, pero cuando empieza a sentir dolores le ponen en seguida los calmantes y se queda dormida como un bebé, no hay un solo ruido que la despierte. Y eso a veces me pone tensa, porque me quedo fijamente mirándola para ver como su pecho sigue bajando y subiendo a buen ritmo. Sigue respirando. Sigue viva. Y mi corazón vuelve a latir con normalidad una vez que me quedo tranquila.

No tardan en llegar los primeros mensajes de las chicas, que se extrañan de estar metidas en un grupo y con ese nombre en clave.

 -A: Hola, chicas. Ha pasado algo?

 -MB: Misión SV??? Acaso quieres ir a Supervivientes??

El primer mensaje es de Ángel, y el segundo, como no, tan irónico como siempre, pertenece a Maribel. Solo a ella se le ocurriría que esas siglas son de su programa favorito.

 -M: De todas tú eres la única con intención de ir a ese circo de programa ¬¬  -comenta Maite en el mismo tono fastidioso de siempre.

 -MB: Y llegó la alegría de huerta...
            Cuánto tiempo, verdad?
            Aunque si soy sincera no he echado de menos tu humor tan amargo.

Yo te vi pasar...Where stories live. Discover now