Capítulo 9

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Otra, te contaría otra si, por cada mentira, me amaras más. Llanto, te quitaría el llanto, debajo del paraguas del verbo amar.


Abro los ojos. Miro el techo de mi pared. Creo que le hace falta una mano de pintura. ¿Eso que cuelga de ahí es una telaraña? Joder, he dormido con una araña en mi habitación y a saber desde cuándo. Ahora entiendo la roncha que me salió el otro día en la pierna. Cayetana, eres una puerca, lo primero que vas a hacer al levantarte es limpiar bien a fondo el cuarto. Bueno, después de desayunar, si no tomo mi cola cao antes no soy persona.

Me siento en el borde de la cama, el frío de enero me traspasa provocándome una sacudida. Mi cuerpo me pide que vuelva a meterme bajo el edredón, pero mi mente me dice "gandula, levántate de una vez". Miro el reloj, las doce de la mañana. ¡Dios mío, las doce de la mañana! No recuerdo la última vez que me levanté tan tarde, normalmente me gusta madrugar, así tengo tiempo de hacer todo lo que quiero. A veces pienso que el día debería tener más de 24 horas.

Me pongo en pie de un salto y abandono mi habitación, bajo las escaleras al trote y me embarga el ríquisimo aroma a churros. ¡Claro! Hoy es 1 de enero, mi padre siempre nos trae churros para desayunar, ya ni me acordaba.

 -Buenos días, dormilona -él es el primero en saludarme, dándome un beso en la frente y pasándome un churro.

Se lo arrebato de las manos y le doy un primer bocado, soltando una exclamación de placer alimenticio que hace reír a mi madre. Ella se encuentra junto a la cafetera, preparando café, por lo visto no he sido la única en levantarme tarde, ella aún va en pijama y mi hermana continúa durmiendo.

 -¿Y los abuelos? -pregunto dando otro bocado y empezando a calentar la leche.

 -Se han ido al parque a dar un paseo.

 -Es verdad -recuerdo al momento.

Es su tradición, dar el primer paseo del año juntos, como el primer día que se conocieron, también un 1 de enero. Tras toda una noche de fiesta se encontraron en un parque, caminando solos, cada uno perdido en sus pensamientos, con la vista clavada en el suelo. Sin darse cuenta, chocaron, y una sola mirada bastó para entrelazar sus vidas para siempre.

Doy el último bocado al churro que mi padre me había dado y vierto la leche sobre mi taza de Harry Potter que cambia de dibujo al sentir el calor. Mientras con una mano bato bien la leche para que el cola cao se funda, con la otra cojo otro churro, este un poco más grande. Cuando termino de batir, me siento en la mesa del comedor con ambas cosas y desayuno tranquilamente viendo "La casa de empeños", un programa que a mi padre le encanta y que siempre que está en casa no se lo pierde.

Cuando termino de desayunar, vuelvo a subir a mi cuarto con la intención de limpiarlo bien y deshacerme de esa araña que me ha atacado a traición mientras dormía. No la culpo, si lo hace mientras estoy despierta hubiera acabado aplastada. Tal como le va a pasar ahora. En parte me da pena, estoy contra el maltrato animal, pero no aguanto a las arañas, aunque me sienta mal después de matarlas.

Entonces a mi mente le viene la imagen de mi móvil, recordándome mi vicio a las nuevas tecnologías. La verdad es que no podría vivir sin mi teléfono, soy muy adicta a estar conectada a la actualidad en todo momento.

Desbloqueo la pantalla, entro en Whatsapp y descubro un par de mensajes de Ezra. El primero es una foto de lo más cursi que pone: "No te he dejado de pensar en toda la noche, habitabas en mis más profundos sueños". Tras la foto me escribe:

 -E: Vuelvo a agradecerte la oportunidad que me has dado, no imaginas lo feliz que me haces. Puede parecer una locura, apenas te conozco, pero es que me encantas miamor!!!! *inserte voz de Boris Izaguirre* -Rio al leer esto poniendo la voz de Boris en mi cabeza-. Fuera coña, es la realidad, me vuelves loca, y sé que voy a lograr que tú también te vuelvas locas por mí ;)
Psdt: Buenos días, leoncita!!!

Yo te vi pasar...Where stories live. Discover now