—Oh, te entiendo. ¿Vas a ir al baile?

Hago una mueca y ladeo la cabeza.

—¿Qué te parece esto del baile? ¿No te gusta?

—Pues es una gran oportunidad para ¿bailar?

Para convivir, comenzar de cero con personas, integrarme. Pero Dios, que difícil suena todo, suena a que me van a dar diez ataques de pánico, un desmayo y mucha ansiedad. Quisiera ir, pero me da mucho miedo no soportarlo.

Ríe un poco y se acomoda en la silla para mirarme cómodamente.

—¿Ya sabes con quién quieres ir? ¿O tienes ganas de que alguien te invite?

—No voy a ir.

— ¿No? ¿Por qué? Hay como diez chicos pensando en invitarte ¿De verdad no irías con nadie nadie nadie en la faz de la tierra? —frunce el ceño.

¿A dónde intenta llegar?

—Una fiesta es más casual, me puedo ir cuando quiera. Un baile es muy formal, con protocolos de cena y baile.

—¡Pero es un sueño hecho realidad! Puedes hacer realidad tu noche soñada con quien más desees.

—Es que no deseo ir con nadie.

Frunce los labios y luego habla.

—¿Y si te invitara Leo? ¿O Ken?

—No lo creo, no hablo mucho con ellos desde hace bastante tiempo.

— ¿Y si te invita Jace? Con él sí que has hablado. —Alza una ceja.

Jace.

Lo miro por unos segundos, está hablando con Ken y Leo. Con Jace probablemente sí iría, porque comenzamos a ser buenos amigos de nuevo, tenemos cosas de que hablar, cosas que recordar. Un par de bailes no cambiarían mucho nuestra confianza.

Además, ¿quién no quisiera ir al baile con el mismísimo Jace Grey? Es lindo, y eso nadie lo puede negar.

—Poco probable. —Alzo los hombros.

Daphne compone una sonrisa, frunce el ceño y parece pensar un par de cosas.

—Pero no es imposible, ¿verdad?

Niego. No, no es imposible que acepte, pero sí poco probable que me invite: hay muchas chicas lindas a su alrededor.

JACE

—¿A quién vas a invitar, Ken? —pregunta Leo.

—Estaba pensando en Sucy Ellen, es linda. —Sonríe—. Planeaba dejarle un regalo en su casillero, cinco cupcakes, con un cartelito pequeño haciéndole la dichosa pregunta. ¿Les parece buena idea? A ella le gustan mucho.

Leo y yo asentimos. Si a la chica le gustan, entonces eso le dará muchos puntos, porque a las chicas les agrada que sepan sus gustos.

— ¿Tú, Leo?

—Había pensado en Melanie. Tengo planeado llevarla a cenar, regalarle un ramo de rosas con una tarjeta en la que esté escrita la pregunta. No es tan original, pero a ella no le gusta llamar la atención en la escuela. Así que quizá podamos ser algo más que amigos.

Y se supone que el único enamorado soy yo.

—Eso es muy lindo, eres como un bebé—Ken se ríe abombando sus mejillas y ganándose un par de manotazos de Leo. Al terminar su burla intercambian una mirada cómplice. ¿Qué estupidez planean decir o hacer?

—Y Jace ¿a quién invitará, Ken? —pregunta Leo.

Aquí van

—¡Oh!, no tengo ni idea, Leo. —Se toca la barbilla y se hace el pensativo—. Tal vez a una chica que casi nunca menciona, creo que su nombre es Charlie, ¿o es Charlotte?

Hasta el último de mis días. [EN LIBRERÍAS]Where stories live. Discover now