𝐯𝐢𝐢

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Con manos temblorosas, Vaggie intentó sostener la larga lanza, tratando desesperadamente de buscar una manera de huir y esconderse

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Con manos temblorosas, Vaggie intentó sostener la larga lanza, tratando desesperadamente de buscar una manera de huir y esconderse. Su mirada se movió aterrorizada antes de que Lute diera un paso adelante, lo que la hizo retroceder y acurrucarse.

⁠ーP-por favor⁠ー, suplicó sollozando. ⁠ーLute, por favor.

⁠ーDeja de ser una maldita marica⁠ー, espetó la mayor, agarrándola del cabello y tirándola callejón abajo. ⁠ーEsto hay que hacerlo, Vaggie. La primera muerte es siempre la más difícil. Cada vez que mates será más fácil. Lo prometo.

Jadeando y gimiendo, sintió la necesidad de arrancarse la máscara, ya que le resultaba demasiado difícil respirar. Hacía calor, lo que le provocó dolor de garganta y opresión en el pecho. Pronto, el ángel comprendió con horror que tal vez no pudiera respirar.

Con el corazón acelerado en su pecho, su mirada recorrió la carnicería, llegando a una pequeña figura acurrucada al final del pasillo. Presionándose contra el edificio de ladrillo, con una mano agarrando un juguete familiar con fuerza.

Intentando seguir adelante, su mirada marrón se posó en la niña. Con el corazón acelerado, el estómago dándole un vuelco al verle. Parecía apenas más allá de su rodilla, con un vestido azul claro, manchado por los líos del pasado. Cuando se acercó y la lanza se arrastró por el suelo, la niña miró hacia arriba y un rostro descolorido casi dolorido apareció en su mente. Desorientada por el velo y su entrenamiento, era demasiado difícil recordar de dónde era.

⁠ー¿Viviana…?⁠ー La voz era débil y suave, una dulzura entre los estímulos. ⁠ーHermana, ¿eres tú?

Tan pronto como vio el rostro sucio y manchado de lágrimas, Vaggie se encontró en una habitación estrecha. Hacía un calor sofocante, nada como ahora. Varios cuerpos estaban apretados detrás de ella, intentando apartarla del camino. Pero un par de brazos suaves, que rara vez la tocaban como tal, la levantaron y la colocaron en un regazo.

Otra persona sostenía un pequeño bulto en el brazo. Una mano guió su mirada, suave y amorosa, hasta los labios, lenta y firme.

“Hermana. Bebé…” Su hermanita. “Natalia”

⁠ーNata… ⁠ー El nombre se deslizó desordenado, casi imposible entre su lengua. ⁠ー¿Natalia…?

—¡Hermana!— La pequeña figura de su hermanita chocando contra ella hizo que arrojara su lanza y cayera al suelo. Sollozando y temblando, Vaggie se aferró a ella, presionando su máscara contra su enredado y sucio cabello castaño. ⁠ー¡Estás aquí! Tú... — Natalia se echó hacia atrás, con los ojos muy abiertos. ⁠ー¡Puedes escuchar!

⁠ーNo lo sé...⁠ ー Le dolía la garganta, la sentía en carne viva. ⁠ーE-estoy aquí. Estás segura.

Vaggie se puso de pie, todavía sujetando con fuerza la mano de su hermanita. Se suponía que Natalia no debería estar aquí. Era una buena niña. Todos los domingos asistía a la iglesia con toda la familia y asistía a la escuela bíblica.

❛ more than anything ❜ 𝓒𝓱𝓪𝓰𝓰𝓲𝓮Where stories live. Discover now