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Con las frías temperaturas del invierno acercándose rápidamente, se sabía que este sería el último día antes de que las calles quedaran vacías

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Con las frías temperaturas del invierno acercándose rápidamente, se sabía que este sería el último día antes de que las calles quedaran vacías. Los inviernos en el infierno, contrariamente a lo que se pensaba, eran crueles y mortales, y a veces atacaban a los pecadores sin hogar que no tenían dónde refugiarse. Algunos afortunados serían compadecidos por otros y llevados a casa por los días más fríos. Fuera de eso, el Infierno era una perra cruel y se sabía que reclamaba a cualquiera que mostrara una pizca de debilidad.  

Esto era algo que Carmilla Carmine había aprendido más de treinta años después de su llegada. También fue algo por lo que hizo todo lo que estuviera a su alcance para proteger a sus dos hijas, Odette, que tenía diecisiete años, y Clara, que tenía diez.  

Reflexionando sobre las siguientes horas de la mañana, la Overlord se levantó varias horas antes de que sonara la alarma, agitada por la sensación de que algo no estaba bien. Después de revisar a sus dos hijas y encontrarlas durmiendo en sus habitaciones separadas, fue a la cocina, se paró frente al fregadero y corrió la cortina para mirar afuera. Su ventana estaba empañada debido a las temperaturas más frías del exterior.  

Pero, limpiando la condensación, la recibió la vista normal de un patio trasero iluminado con robles, lo que es una vista rara del Anillo del Orgullo. Fueron plantados especialmente para que Odette y Clara pudieran tener la misma zona de juego que ella tuvo durante su juventud, antes de su caída.

Necesitando mantener sus manos ocupadas, la madre se puso a preparar el desayuno para sus hijas y para ella misma. Y algo que se había convertido en un gusto adquirido, era el Café Black Lagoon al que Lucifer la había vuelto adicta.  

Durante las siguientes tres horas, se dedicó a hacer panqueques desde cero, cortando algunas fresas sobrantes, haciendo manjar, y untándolos con miel, terminando justo cuando sonó la alarma de su Hellphone. Lo silenció y esperó con impaciencia a que su cafetera preparara su bebida.  

⁠ー¿Mamá?

Carmilla se giró y vio a su hija Clara, de diez años, parada en la entrada de la cocina. Sprinkle, el objeto de consuelo de su hija, un cachorro de peluche con orejas de perro, chocó contra su pierna mientras se movía para tomar asiento en la mesa. Ella todavía estaba en ropa de dormir y con el cabello sobresaliendo en todas direcciones, sus pequeños cuernos negros apenas visibles entre el desorden.  

⁠ー¿Está despierta tu hermana?⁠ー Carmilla le preguntó a su hija menor mientras le acercaba la jarra de jugo de naranja. Era común que su hija mayor se despertara primero, o poco después que ella. ⁠ーClara, ¿mi luciérnaga?

Su pregunta pronto fue respondida cuando su hija mayor entró penosamente en la cocina con un gruñido bajo y se dejó caer en su asiento. No ofreció ninguna señal de saludo ni pidió nada a su madre. Vestida con su ropa de dormir y sus pelillos rubios claros, un desastre peor que el de Clara, no parecía feliz de estar despierta. 

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⏰ Last updated: May 15 ⏰

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❛ more than anything ❜ 𝓒𝓱𝓪𝓰𝓰𝓲𝓮Where stories live. Discover now