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'¿Dónde está Charlie?' Cor seguía tocando furiosamente la pantalla de su Hellphone. Se dio cuenta de que algo andaba mal. La amargura y la pesadez la agobiaban a través de su conexión. '¿Dónde está Charlie, Rosie?'
A pesar de sus súplicas, Rosie no ofreció respuesta a la angustiada niña. Más bien, tomó asiento en una de las sillas de la sala de personal. Su mirada estaba centrada en el reloj de la pared. La escuela terminaría pronto, faltaba menos de una hora. Solo esperaba quedarse durante la hora de la mañana, la Overlord no había cancelado ninguna reunión o tarea de la tarde, al haber permanecido más tiempo del previsto, algunas reuniones tuvieron que cambiarse en torno a tareas encomendadas a sus más que capaces residentes.
'¡Rosie!'
La overlord no pudo evitar reírse de lo frustrada que parecía la chica. Sería fácil para muchos olvidar, y en ocasiones hasta para la misma Rosie, que Cor seguía siendo ella misma, a pesar de ser sorda. Llegar ahí sorda era diferente a ser sorda y nacida en el infierno.
Al llegar ahí, los sordos se volvían presas fáciles, de las que se ocuparían otros pecadores o una exorcista. Los pocos que sobrevivían eran vistos como mascotas, algo que los rangos superiores, incluso algunos Overlords, mantendrían como seres exóticos. Personalmente, ella nunca mantendría a nadie como tal. Pero sí sabía que Valentino, el overlord polilla, tenía en una de sus obreras una pequeña araña pecadora como su pequeña mascota.
Ser un nacido en el infierno y a la vez sordo brindaba una mejor protección. Aunque todavía estaban bajo los problemas de posiblemente ser eliminados por un pecador, había más protecciones para ellos. Las comunidades estaban más unidas entre los hellborn, donde los más débiles eran mirados y protegidos. Todos los hellborn con discapacidades estaban protegidos, pero también daba la posibilidad de que otros que llegaran ahí no lo estuvieran.
Cor, debido a con quién estaba apegada, obtuvo una ubicación única; novia de Charlotte Morningstar, la princesa del infierno, pero también dependiendo de los demás para sus propias necesidades. Ella no era una mascota como podrían serlo otras. Su propia persona, algo que su Henry merecía ser cuando estuvo casado con ella. Algo que le alegraba que Charlotte le estuviera dando a Cor.
'¡Rosie!' Cor enojada presionó el botón de hablar varias veces. ‘¡Charlie! ¿Dónde está Charlie?’
ーTranquila, muñeca. ー Rosie bajó suavemente el teléfono antes de que Cor rompiera la pantalla. ーCharlie está terminando su última lección del día. Una vez que suene el timbre, nos reuniremos con ella en la puerta principal.
‘Charlie está molesta’ la niña se cruzó de brazos mientras la miraba fijamente. 'Encuéntrala’
ーCharlotte no querría que estuvieras allíー. La pecadora era una overlord y mayor físicamente que la adolescente, pero ella seguía siendo la princesa. Rosie tenía que escucharla. ーSimplemente estoy haciendo lo que ella deseaba.
Cor le lanzó una mirada dura, algo que la overlord no esperaba, y pisoteó el reposapiés. Su mirada cada vez más oscura se estaba estrechando.
ーNo te atrevas a intentar hacer nada, jovencitaー. Rosie entrecerró la mirada mientras daba un paso adelante. No en vano era conocida como la Overlord ‘cuidadora’ haber criado a varias docenas de pecadores y hellborn a lo largo de los siglos le había enseñado bien. ーPuedo ver tus pequeños engranajes trabajando.
'¡No!'
La chica de quince años miró duramente a Rosie mientras esta levantaba los pies de los reposapiés. Había caminado y estado de pie sin la ayuda de Lucifer, Lilith y Charlie. Sin embargo, nunca había caminado más de unas pocas docenas de pasos sin tener que descansar. Pero Cor estaba lista para descansar para poder encontrar a Charlie. Algo andaba mal. Charlie estaba molesta y eso la estaba afectando con más fuerza. Los destellos de una habitación vacía, pisos fríos y cosas volando fueron suficientes para impulsarla a continuar.
Cor, apoyando las manos en las manijas y empujándose lentamente hacia arriba, se puso de pie, todavía pequeña en comparación con Rosie, que se cernía sobre ella por varias cabezas. Pero ella le fulminó con la mirada, casi como una niña que se porta mal. Sólo pareció hacer que Rosie se riera entre dientes mientras su mirada negra se mantenía fija en ella. La overlord no intentó detenerla mientras ella daba algunos pasos tambaleantes, casi como un niño pequeño que camina solo.
Pero mientras se acercaba a la puerta, la overlord le puso una mano dura en la parte superior del brazo y comenzó a arrastrarla de regreso a la silla de ruedas antes de que pudiera restablecer cualquier progreso que había logrado a lo largo de los meses.
ーCharlie estará bienー, animó Rosie, poniéndose a la altura de su ojo. ーElla vendrá a buscarnos.
Cor negó con la cabeza y volvió a pisar fuerte. Charlie la necesitaba. Algo andaba mal. El ángel caído podía sentirlo.
ーAhora…ー Rosie le dirigió una mirada severa. ーTe quedarás aquí hasta que termine la jornada escolar. ¿Me entiendes?
Cor, enojada, agarró su teléfono y casi golpea el teclado. Le tomó unos segundos encontrar dónde estaban todas las letras, pero logró escribir un mensaje muy rápido y enojado, uno que Rosie vería más tarde como su primera posición firme.
'¡Déjame encontrar a Charlie! ¡Ahora, perra!'
ーPerraー, repitió Rosie, divertida pero sorprendida. ーNo sabía que el gatito tenía garras.
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