—¿No recuerdas nada?— su voz curiosa y sorprendida me hizo dudar.

—Recuerdo estar en Phillip's, platicar con Jimin, comer unas papas fritas con carne y queso, y tomar. Después recuerdo discutir con alguien por teléfono, y de un momento a otro yo estaba luchando por ponerme mi pijama en el baño, y ya.— me encogí de hombros, sabiendo que era todo lo que yo podía sacar por mí sola. —Si me dices tal vez lo recuerde, seguro hice algo malo para que no me veas a la cara.— volví a hablar.

El sonido del suspiro pesado que soltó JungKook me dejó en claro que lo que iba a decir, ni siquiera quería decirlo. Pero tampoco se le miraban ganas de guardárselo.

Volteé a verlo, su perfil marcado estaba siendo iluminado por la luz que se estaba filtrando por la ventana a pesar de la cortina levemente cerrada. Estaba mordiendo el piercing de su labio, y después lo soltó al tiempo que abría los ojos enorme por un microsegundo, como si buscara que decir, pero al final solo se rió un poco y su mirada se posó sobre mí brevemente.

—Te llamé, porque era la 1:30 de la madrugada y no sabía nada de ti aparte de la cita que habías programado con el tal Jimin la otra noche. Me dijiste Jonh y comenzaste a pelear conmigo porque dije que pasaría por ti en unos minutos.— se rió y también lo hice.

—Lo siento, John.— me burlé y rodó sus ojos divertido.

—Cuando pasé por ti, te pusiste feliz, porque el tal John quería secuestrarte y querías que yo te llevara a casa, me dijiste que era un buen perrito aunque a veces no lo fuera y después te fuiste en un viaje astral en todo el camino, pero no parabas de verme.—

—Ay no...— me lleve las manos a la cara y rodé en mi lugar, avergonzada de que me viera en un viaje astral. —Dime que mi cara no lucia tan mal.— destapé mis ojos mirando como hacía un ademán de "más o menos" y entonces me quejé mentalmente por tomar demasiado.

—Cuando llegamos estabas luchando mientras estabas acostada porque no podías quitarte tu suéter y cuando me acerque para ayudar, bueno, tú...— frunció los labios y el ceño, pero su rostro parecía un poco divertido.

No sabía que quería decir y me estaba alterando.

—¿Yo qué?— cuestioné sentándome y girando en mi lugar para estar de frente a él, muerta de la curiosidad.

Me miró, esta vez sostuvo su mirada en mí debatiendo un poco, y entonces mi cerebro comenzó a acomodar algunas piezas faltantes. JungKook pudo notarlo, por lo que no mencionó nada y también se sentó para mirarme de frente.

El aire con el pequeño quejido que saqué por mi boca fue de desaprobación total.

Recordé que yo estaba besando el cálido y dulce cuello de JungKook, tan lentamente como podía para disfrutar cada pequeño centímetro que mi boca recorría el pedazo glorioso, cuando el agua fría me detuvo. También recordaba bajar de él, y avergonzarme por el problema que le había generado en sus vaqueros mojados, y entonces comencé a llorar.

Mi cabeza dolió más al sacar información nueva, demasiado borrosa y vergonzosa.

No sabía que decir, o si no decir nada y solo esperar que un agujero en la tierra me tragara y le aventara en el desierto para morir por zorra.
Mi corazón dolió por el ridículo que hice, pero latió fuerte en un sentimiento lindo también, demasiado agradecido y loco solo por la idea de que JungKook no había intentando pasarse en ningún solo momento.

Me cuidó.

—Mira, enserio que yo no quise mirarte de una manera en la que pudiera ofenderte... Yo solo quería que descansaras, ya que ese maldito idiota hizo que te desvelaras.— mencionó, molesto por lo último.

• LOBO NEGRO • 》Jeon JungKook y Tú《 *EN EDICIÓNजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें