Jimin's Man |Yoonmin|

Familia (Segunda parte)

—¿Cuándo va a volver papá? —los pequeños ojitos de Yoongi miraron a su madre, ella le sonrió. ¿Cómo le diría a su hijo?

—Él no va a volver, mi vida, pero nos estará cuidando, desde muy lejos —Yoongi no entendió muy bien las palabras de su madre, pero al no verla angustiada, no le tomó mucha importancia.

La mujer, con lágrimas ocultadas en sus ojos, abrazó a su pequeño hijo de cuatro años. Esperaba que su futuro fuera mejor, no como el suyo, no como el de su padre.

Ella sabía lo que le esperaba, lo entendía muy bien cuando se encontró con el cuerpo de su esposo. Ella seguía. Y luego, su hijo.

Y no iba a permitir eso, si no se podría proteger a ella misma, lo haría con su hijo.

Yoongi dormía la noche que lo vio por última vez, sabía que nada de lo que haga por protegerlo duraría más tiempo que lo que estaba a punto de hacer.

Lo amaba, con todo su corazón, era su pequeño niño, y tendría que dejarlo pronto, se iría por siempre. Por su bien.

El hombre esperaba impaciente la despedida de la joven madre con su pequeño.

—Recuerda, hijo mío, que aunque tú y yo estemos separados, no hay nada en este mundo que me haga dejar de amarte. Ni siquiera la muerte, porque te seguiré amando incluso si mi corazón dejase de latir.

El hombre entonces hizo una mueca triste, las palabras de la mujer lo conmovieron por unos segundos.

Ella se levantó para mirarlo, sus ojos se conectaron como alguna vez lo hicieron años atrás.

—Prométeme que lo cuidarás con tu vida —Chansung alzó ambas manos para acunar el rostro de la mujer, las lágrimas rodaron al tacto.

—No tienes que preocuparte, Hana. Cuidaré de él y lo haré un hombre.

Hana. Era ese el nombre de la primera mujer que amó a Yoongi ciegamente.

Yoongi apenas la recuerda ahora.

Ella lo hizo cada día hasta su muerte.

Traté de tomar a Jimin entre mis brazos, pero él se alejó y negó lloroso.

—Mi amor, tranquilízate —le pedí. Me estaba doliendo verlo tan herido y alterado. Obviamente yo estaba igual, me estaba desgarrando por dentro saber que se habían llevado a mis hijos. A nuestros bebés.

—¡No! No me voy a calmar sabiendo que mis hijos no están —Alice llamaba a los demás para iniciar con la búsqueda de mis hijos, hackearían todas las cámaras de la ciudad si es necesario. Alguna debió haber captado algo—¡Tus bebés, nuestros hijos, Yoongi!

—Lo sé amor, ¿crees que no quiero destruir la ciudad entera hasta encontrarlos? —sus ojitos aguados me miraron mientras se mordía las uñas nerviosamente—Voy a destruir todo Seúl, incluso todo el país, piedra por piedra hasta encontrarlos.

—Promételo —me dice por fin bajando la guardia—Prométeme que recuperaremos a nuestros bebés —suspiro, me acerco para abrazarlo.

Él me aprieta durante el tiempo que dura, le beso la cabeza mientras lo consuelo. Me estoy desesperando por pensar en que dejé desprotegidos a mis hijos y se los llevaron.