Eyes

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"Ojos"

Solté a Jimin en la cama, él tenía sus piernas enrolladas en mis caderas mientras yo lo cargaba hasta nuestra habitación. Sus manos encontraron un lugar en mi cabello para perderse en ellos.

Se quitó la camisa y me estremecí. Esto era algo nuevo para mí aún, apenas unas semanas habían pasado desde la primera vez que nuestros besos llegaron a algo más. Pero no a tanto.

Él tomó la iniciativa.

La cama era enorme para nosotros dos, así lo había ordenado una vez que Jimin llegó.

La primera vez que vio la habitación me aseguré de que nadie nos viera, él caminó en ella mirando curioso la decoración de esta.

—¿Aquí es dónde dormiré? —me preguntó sentando en la cama para posteriormente recostarse en ella. Cerré la puerta detrás de mí y me acerqué hasta él.

—Donde dormiremos —le corrijo produciendo un suspiro feliz en él. Su sonrisa es enorme todavía mirando el techo.

Mi cuerpo se sentía extraño al dejarlo entrar en mi habitación y dejarlo dormir en ella. Este siempre había sido mi refugio en la casa, no dejaba que nadie entrara, pero cuando pensaba en algún lugar donde Jimin podría estar más seguro, sólo me ocurrió aquí.

Además, la habitación cobró más vida con la sonrisa de Jimin estando en ella. Y con sus besos en la cama antes de ir a dormir, y sus abrazos que me rodeaban hasta el momento en el que cayera dormido. La primera noche fue perfecta, él me recibió después de una larga noche de trabajo.

Estoy seguro de que estuvo confundido cuando no le permití quietarse la camisa en medio de nuestros besos y caricias. Sentí su piel caliente y me estaba dejando llevar.

Pero en cuanto él me levantó la camisa, el recuerdo de él siendo...

Me nubló el juicio y lo aparté.

Sus pequeños ojos me miraron con confusión, pero mi mente me jugó una mala broma al hacerme ver miedo. Mi corazón dio un punzón al pensar en él mirándome de esa manera.

Le dije que estaba cansando y que debía dormir. Él pareció entenderlo, no me dio una mirada decepcionada ni nada parecido, al contrario, me regaló una sonrisa compresiva.

Todo transcurrió de esa manera por unos días. Su perfume dulce ya se había asentado en mi habitación y eso me complicaba la tarea de controlarme con él.

—¿Me dejarás quitarme la ropa esta noche? —su pregunta me hizo detenerme. Sus ojos ahora me suplicaban, ¿cómo iba a decirle que no?

Quería, de verdad quería, pero no podía dejar de pensar en él durante esa noche, ¿qué haría si él se arrepentía? Ahora podría parecer seguro pero, ¿y si eso cambiaba?

—Perdóname —intenté, pero él tenía convicción y esa noche lo descubrí. No me dejó terminar cuando él ya había negado.

—Perdóname tú a mí —se alejó un poco, sus manos dudaron en tomar el primer botón de su camisa, quise detenerlo, pero a la vez no.

Perdí el sentido de la razón y el aliento cuando el tercer botón fue desabrochado y me dejó ver su pecho. Sus clavículas ligeramente marcadas y sus pezones cafés. Él dejó la camisa en sus codos y me vio mirarlo.

Estaba sonrojado, pero aún así se movió para quitarme la camiseta. Lo dejé, lo único en lo que pensaba era en que quería dejarle marcas por todo su cuello y pecho.

Se alejó una vez vio mi pecho. Sus ojos estaban sorprendidos. Dudó en acercar su mano, pero no lo detuve y eso lo animó.

—Luego me contarás la historia de cada una de ellas —sus dedos tocaron las dos cicatrices que tenía en mi abdomen. Moví los labios.

Jimin's Man |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora