Jimin's Man |Yoonmin|

Jealousy

"Celos"

Jimin no separó sus labios de los míos aún cuando lo moví para acomodarlo mejor en mi regazo. Pasé mis brazos cuidadosamente por su cintura y lo escuché reírse cuando lo abracé. Nunca tenía suficiente de él, no desde la primera vez que probé sus labios.

—¿Eres consciente de que tus padres pueden entrar en cualquier momento? —le pregunté aún sobre sus labios, pude sentir sus manos jugar con mi cabello y despeinarlo mientras él trataba de seguir con el beso. Me separé de él, a lo que él objetó con un pequeño berrinche que me hizo vibrar el pecho de la risa contenida. Giré la cabeza para meterla en su cuello. Sus labios me besaron en esa zona repetidas veces.

El como habíamos llegado a esa postura era realmente inexplicable para mí. Jimin y yo nos comenzamos a ver más seguido una vez sus padres supieron de nosotros, y a veces me dejaba entrar a su casa, como ahora.

Habíamos pasado la mayoría del día juntos, una vez dejé mis planes al equipo conduje hasta su casa. Me recibió con un beso y un fuerte abrazo. Desde que nos dimos nuestro primer beso no habíamos podido evitar hacerlo en cuanta oportunidad tuviéramos.

Jimin era quien a veces los comenzaba, lo hacía seguido cuando se sentía feliz o se reía de algo que le decía. Lo cual sucedía muy seguido.

—No vendrán hasta más tarde —restregó la punta de su nariz por mi mejilla con cariño. Viéndose derrotado me atrapó el rostro en sus manos, se alejó para mirarme fijamente sin decir algo—Además, no es como si estuviéramos haciendo algo indebido —se mueve de mi regazo para poder pararse y dirigirse hacia su refrigerador.

—Claro, apuesto que les encantaría verte sentado en mis piernas —él se ríe aún con la mirada dentro del refrigerador para sacar algo.

Wooyoung llegó para ese momento, casi le da un infarto de vernos juntos y para cuando Jimin nos dejó solos un momento me bombardeó con preguntas. Pensó que hacía eso como una manera de asegurarme de que me sería fiel.

Le aseguré que ese no era el caso. Él no me creyó.

Pero no había nada que hacer, yo no me iba alejar de Jimin. Ya estaba seguro.

Y es por eso que no deje que los celos me arruinaran las cosas con él.

Jimin aún estaba viendo algunas cuestiones de su universidad y teniendo algunas clases extraordinarias que sólo le daban a los alumnos que salieron con los mejores promedios.

Lo pasaba a recoger en las tardes sin falta, sus padres me confiaron que lo llevara seguro a su casa. Ese día estaba afuera del auto esperando a que saliera.

Casi no había nadie en la escuela, apenas eran más de veinte personas las que asistían. Comenzaron a salir de pequeños grupos cuando el reloj dio las ocho. Visualicé a Jimin a lo lejos, pero iba rodeado de otros chicos.

No me enojé, no había nada de malo con ello, no era ese tipo de persona. Además... Jimin ni siquiera los miraba. Sus ojos se posaron en mí apenas me vio.

Nada parecía importarle cuando me veía. A pesar de eso, trató de responder a lo que uno de ellos le había preguntado al parecer. Cuando terminó con ellos se giró a verme con una sonrisa que me iluminó la noche.

Creo que lo amo.

Me acerqué hasta él a paso lento viendo que él estaba más apurado en llegar hasta mí. Pero al a unos cuantos metros de distancia, alguien le llamó. De nuevo, no iba a decir nada.

Hasta que vi a aquel chico con una carta en su mano, la cual estaba en un bonito sobre y el nombre de Jimin adornándolo en el frente. Jimin lo vio nervioso y trató de ocultar que me miraba por el rabillo de su ojo. Pero yo lo noté. Es mi trabajo hacerlo.