Capítulo 38

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El olor a duraznos invadió las fosas nasales de JungKook, no quería abrir los ojos, se sentía exhausto, pero necesitaba saber de dónde provenía ese exquisito aroma.

Abrió los ojos lentamente y lo primero que apareció en su campo de visión, fue una cabellera azabache. Todos los recuerdos de lo que habían hecho regresaron a él. Su corazón comenzó a latir fuertemente y una sonrisa apareció en su rostro.

Jimin estaba recostado sobre él, su cabeza estaba en su pecho y sus brazos estaban alrededor de su cintura, respiraba tranquilamente y se le veía tan a gusto y cómodo que JungKook no lo quería despertar.

–Jimin ¿Que me hiciste?– su mano que se encontraba posada en la espalda del más bajo, la dirigió a sus labios –Aún puedo sentir su sabor en mi boca– liberó una risita –Sabes muy rico Jimin.

Cerró sus ojos y volvió a posar su mano sobre la espalda del pelinegro, acariciándolo de abajo hacia arriba. El castaño no supo cuánto tiempo estuvo así, hasta que sintió a su novio removerse y acurrucarse más en su pecho, liberando un pequeño gemido.

– ¿Estas bien amor? – abrió sus ojos y se encontró con los avellanas de Jimin observándolo –Hola hermoso.

La sonrisa de Jimin se volvió más grande –Hola Kookie– mordió su labio inferior –Estás aquí.

–Claro que sí... ¿Por qué no lo estaría?

–Creí que había sido un sueño– volvió a recostar su cabeza en el pecho del castaño –Un magnífico sueño, para ser sincero.

JungKook liberó una risita, dirigió su mano a la cabeza de Jimin y comenzó a acariciar sus sedosos cabellos.

–Todo fue real amor... Demasiado real.

–Gracias Kookie... Gracias por hacerme el amor– liberó un suspiro –Todo se sintió tan bien.

–Gracias a ti Jimin, por reaparecer en mi vida, por pedirme ser tu novio y por darme una segunda oportunidad.

–Quisiera que este momento nunca acabara– beso el pectoral del castaño.

–Estoy totalmente de acuerdo bebé– sus dedos comenzaron a jugar con los mechones del pelinegro.

–Me duele el trasero– liberó una risita –Hiciste muy bien tu trabajo Kookie.

JungKook sonrió – ¿Quieres que te cure?– le dio un tierno beso en la cabeza.

–Me encantaría– giró su cabeza para ver la hora en su reloj. Frunció el ceño, el tiempo había pasado muy rápido –Van a ser las siete... ¿Quieres que nos duchemos juntos? O ¿Ya te tienes que ir a tu casa?

–Prefiero bañarme contigo y mimarte hasta que se te pase el dolor– Jimin se sonrojo –Así que vamos a limpiarnos y después me vas a regalar de esa pomada que me pusiste aquella vez, para untarla en ti.

–No estarás planeando una venganza, ¿verdad?... Ya sabes, esa vez te moleste un poco– mordió su labio inferior nervioso.

JungKook negó con su cabeza y sonrió en grande –Gracias por recordármelo... Lo tendré en cuenta– liberó una carcajada ante la expresión de Jimin –No es cierto amor, te prometo que no abran bromas, solo puro cariño y amor.

–Que cursi eres JungKookie– beso la comisura de los labios del castaño –Vamos a ducharnos de una vez, para que no llegues tan tarde a tu casa.

JungKook asintió estando de acuerdo, retiró suavemente al pelinegro de encima y después con mucho cuidado lo cargó en sus brazos, llevándolo al baño. En la ducha, solo se dedicaron a limpiarse y a besarse, sin ninguna otra intención. Cuando salieron JungKook ayudó a Jimin a secarse y luego le untó la pomada, sin ningún intento de broma o venganza, solamente con la intención de hacer sentir mejor a su hombre.

MI DULCE KARMA #1 - (JIKOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora