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Vegetta.

-¿Estoy bien? –ya ni se cuántas veces había formulado la misma pregunta, Auron, Alex y Mangel se miraban fastidiados.

M –Que sí, que si tío…

Al –Te hemos acomodado el traje como veinte veces ya.

Au –Te queda bien gilipollas, deja de armar tanto escándalo.

-Es que estoy nervioso.

-Lo sabemos –dijeron todos a la vez.

M –Rubius debe estar igual o peor.

Al –Apuesto que lleva cinco veces devolviendo en el baño.

Au –Dejen de incomodar más a Vegetta –agradecí con la mirada al psicólogo –Yo apuesto que lleva más de quince.

Todos rieron logrando tranquilizar mi ansioso corazón, estaba a unos minutos de subir hacia el altar, ahí me esperaría mi futuro esposo junto a Luzu, Lolito, Fargan, Willy, y el resto de los invitados.

Cuando el reloj dio a las cinco en punto, respire hondo para colocarme en medio de la entrada de la Iglesia, adelante mío, se prepararon los chicos. Cuando la música comenzó a sonar y las puertas fueron abiertas, sujete con nervios mi ramo de flores moradas, y lentamente ingresamos al compás de la música.

Todo parecía detenerse a mí alrededor, no saque mi mirada del ramo hasta que agarre coraje y busque los ojos verdes que tanto espere encontrar en este día.

Al verlo sonreír, esperándome, comencé a sentir una gran felicidad, los nervios, los miedos y todo prejuicio se esfumo, invadió la tranquilidad en mi cuerpo, asegurando que este sentimiento era mucho más allá de lo que podría pronunciar.

Cuando llegue a tu lado, me tomaste mi mano izquierda, no dejabas de sonreír y tus ojos ocultaban en vano lagrimitas de emoción. Al frente nuestro esperaba el cura del pueblo, nos sonrió y comenzó a leernos lo que en toda boda se debe decir.

No escuche la mayoría de las palabras que salían de su boca, mis ojos no dejaban de ver a las esmeraldas que tenía observándome, ansioso y feliz al igual que yo. 

Llegamos a la parte de los votos, donde dos velas (una encendida, y otra pagada), una copa y una botella de vino, reposaban en la mesada que teníamos al lado.

Rubius alzo la botella y yo tome la copa, alzo su mano libre para comenzar a citar.

-Con esta mano, yo sostendré tus anhelos, tu copa nunca estará vacía, porque yo seré tu vino –con un leve movimiento comenzó a llenar la copa que sostenía en mis manos, al finalizar la acomodamos al frente de la biblia que era iluminada por la vela, mi amado tomó la otra que aún se mantenía apagada –con esta vela alumbrare tu camino en la oscuridad –la encendió con la llama de la anterior y la colocó al lado de la copa, Luzu y Auron se acercaron sosteniendo un cojín, en él, reposaban dos alianzas de oro, lo cual una fue tomada por el castaño y la otra por mí –y con este anillo, te pido que seas mío –tomo mi mano, y coloco la argolla en su lugar, yo tome la suya y coloque la alianza, respondiendo lo siguiente.

-Acepto.

-Bajo el poder que me consagra la Iglesia, los declaro marido y esposo, pueden besarse.

Ambos nos aproximamos, depositando nuestra unión con un beso de amor, todos aplaudían y nos felicitaban, bajo la mirada de los dioses, estábamos unidos para siempre. 

Sin duda, el mejor día de mi vida.

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N.A: Espero que la referencia se haya ajustado bien al contexto, es mi escena favorita en la película llamada "El cadáver de la novia".
Si no la han visto, se las recomiendo.
Gracias.

Me tienes cautivadoWhere stories live. Discover now