♕ 13: Secuestro. ♕

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[...]



Las noches en el Krestum solían ser bastante silenciosas.

Cuando la noche caía en el sur, la vida en el castillo se ponía en pausa; los reyes dormían, exhaustos por el trabajo constante en el mantenimiento de su reino. El personal descansaba y se recuperaba para continuar con sus labores, siempre había algo qué hacer en la fortaleza. Los guardias cambiaban turnos, la mitad de la prakhane dorada de Kargem descansaba y la otra mitad protegía las afueras de las habitaciones de la corona y de su corte. Pero todo era siempre en silencio; desde los pasillos desolados y oscuros, levemente iluminados por las antorchas a cada tantos metros, los dragones descansaban en sus nidos, y se suponía que los príncipes debían estar durmiendo desde que terminaban de cenar...

Pero así no fue durante varios años.

De vuelta en el tiempo, cuando Daeron Akgon era el poderoso y benévolo rey de todo Goré... y sus hijos eran adolescentes, las cosas eran muy distintas.

Skyler lo recordaba con melancolía; ella "dormía" en su habitación, acostada bajo sus sábanas de seda completamente vestida, dejando su cabello largo libre y suelto. Esperaba hasta que las pisadas visibles a través de la rendija de la puerta de su habitación, cesaran, para así escabullirse fuera y encontrarse con sus dos primos.

Niall y Harry la asustarían entre la oscuridad, pero ella solo rodaría los ojos al cielo; él rubio llevaría el cabello despeinado por completo, el rubor en sus mejillas adornando su piel, mientras que Harry, el más alto de los tres, comenzaría a dejar de cortarse el cabello, causando que su incontrolable mata de rizos saltara por doquier mientras reían, antes alarmarse, pues un sonido los habría alertado en la punta de las escaleras y ellos debían correr.

Escaparían entre pasadizos secretos y a hurtadillas bajo los guardias cuidando en los balcones. Huirían de la luz de las antorchas y se golpearían juguetonamente el uno contra el otro hasta que montaran en sus dragones, y se perdieran entre las estrellas.

Las noches en el Krestum solían ser bastante silenciosas, si, pero las noches para Skyler solían ser tan divertidas...

Ahora la rubia ya no escapaba entre las noches, ella ya no era una niña delgada y menuda que sus tíos acarreaban con Gemma, enfundandola en vestidos y telas de seda, mandándola a clases de bordado y canto, intentando que Lady Akgon fuera lo que se esperaba de una chica nacida en genes puros, sobrina del rey y prima de príncipes poderosos.

Skyler ahora era una princesa, pero mientras más relucía de su título, más de alejaba de lo que ello simbolizaba; ella era una guerra que peleaba por su familia, una tía que cuidaba de sus sobrinos y una prima que adoraba a sus hermanos. Aún si Niall ya no era el niño bajito y gracioso que tramaba travesuras con ella, ahora vivía en el norte con su esposa la reina, y aún así Harry ya no era el hijo rebelde y caprichoso que habría dado la vida por una espada de acero valyrio, pues ahora ahora gobernaba todo el continente con diplomacia.

¿Lo peor de todo? Es que ella seguía en la misma página desde hacía años. Un título es lo único que había cambiado ¿algo más?

Oh si, unos cuantos lindos sobrinos agregados a la lista, unos pares de ojos azules y cabelleras castañas del norte que se sumaron al árbol genealógico. Y una vida tras la guerra que le había arrebatado a su tío, su padre..., y a un amigo.

Entonces las noches libres y divertidas de Skyler se convirtieron..., en las noches solitarias de Skyler.

Pero claro, no siempre eran tan malas.

No cuando se topaba con presencias interesantes; como esa noche en particular, se topó con los gemelos Ethan y Grayson, quienes parecían caminar en dirección a sus habitaciones en el piso inferior, su labor en el día había acabado y ellos se iban a a la cama como cada día. Skyler los interceptó en una esquina.

Drakhae [l.s]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu