.♛ Introducción ♛.

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Dedicado a: Drakhae Team.



Ya no me aguante. Estef se va a enojar conmigo.


[...]

El sol de medio día entraba por los enormes ventanales en la sala del trono; tan nítido, brillante y feroz, como el fuego que lanzaban las bestias en los aires.

Los cráneos que decoraban la estancia, esos que pertenecían a las leyendas de dragones que habían servido fielmente a sus monturas, reposaban sobre los suelos de mármol del lugar. Tan grandes e intimidantes como lo fueron en vida. El símbolo que no solo demostraba poder, que no solo causaba respeto y alabanza, esta era la prueba de como durante siglos y siglos, la casa que se había mantenido ferozmente sobre el poder permanecía inquebrantable, invicta.

El imperio más poderoso de poniente.

La dinastía más imponente del mundo.

La casa Akgon y su cabeza, Kargem.

El rey en el sur, la figura máxima de poder en el continente. Un rey que no solo había heredado el cargo, si no, él que se lo había ganado. Peleando durante una larga noche que dejó paso al amanecer, él que sangró por su pueblo, quién vio morir a los amados por su gente y que cargó con el cuerpo de su propio padre hasta haberlo llevado a casa, con su familia.

«Harry Akgon, primero con el nombre, rey del amanecer, que no arde. Protector de las tierras doradas del sur y Kargem del cielo.»

El muchacho rebelde que pasaba los días enteros fuera de su castillo para divertirse... se había desvanecido, como las cenizas restantes de la fogata, acarreadas por la brisa cálida del verano. Donde el sur mostraba sus días más calurosos y tostaba la piel blanquecina de a poco. El enigmático chico de cabello largo, príncipe de Goré, un día voló en su dragón hasta otras tierras, encontrándose con el desastre de una inminente guerra, viendo los rostros destrozados de la gente que acababa de perder su hogar y tenían presente el miedo de nunca recuperarlo; fue ahí cuando el hijo de Daeron Akgon, volvió a casa como un hombre, sujetando con fuerza la mano de un omega del norte por el que habría dejado todo, incluso su apellido.

Pero su reino le necesitó; su gente, su familia.

Esos ojos azules.

Harry peleó, creció, maduró, no porque fuera forzado, sino porque quería hacerlo. Quería hacer sentir orgulloso a todos quienes se preocuparon por él, ya que él de pronto, no quería seguir decepcionándolos a todos o a sí mismo... y es así como él ganó una batalla, él trajo a casa la cabeza del rey oscuro, él acabó con la larga noche y fue lo suficientemente fuerte para cargar con la corona de oro sólido que no solo traía consigo aquel poder tan grande, si no que llevaba la responsabilidad más compleja jamás otorgada a otra persona de su edad: la capacidad para gobernar.

Harry se había transformado en el rey, en Kargem y esto no había sido tarea fácil. Acostumbrarse al trono y a sus labores no resultó tarea sencilla, pero lo logró, eventualmente, así como solo la práctica te puede convertir en el maestro. Así como los errores te hacen aprender grandes lecciones; Harry ya no era un chico mimado que se rebelaba contra las órdenes de su padre, ahora era un hombre que intimidaba a cada chico que no siguiera sus propias órdenes.

Pero el rey no era un tirano. Era duro, sí. Era serio, como nunca antes lo había sido en su adolescencia. Era frío con sus consejeros, recto con sus súbditos y fuerte contra quiénes flaqueaban y amenazaban con ser el eslabón débil; Harry no era un mal rey, en realidad, era el mejor rey que pudo ser tras la muerte de Daeron. Era inteligente y aprendió de las mujeres más poderosas de su dinastía. Allenya dándole su consejo constante. Gemma, su hermana y reina del mismo trono, controlando los asuntos financieros y sociales de La Capital. Skyler teniendo un ojo feroz sobre sus fuerzas en ejércitos, en su estrategia. Y contando irrevocablemente, con la ayuda del segundo hombre más poderoso en el continente, la fuerza inequívoca de una mente brillante, el apoyo sólido que le aconsejaba, que le ayudaba a tomar la decisión correcta y quién mantenía cálida a su alma, a su corazón latiendo fuerte, la persona a la cual Kargem se rendía por completo:

Drakhae [l.s]On viuen les histories. Descobreix ara