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—Lo siento tanto, Midoriya-kun. Estoy tan avergonzada... realmente no puedo creer que hayas tenido que pasar por algo así, lo lamento.

Nemuri tomaba las manos del omega entre las suyas, viéndole con sus ojos azulazos llenos de lágrimas.
Izuku, como había planeado ayer, fue temprano a la lavandería para devolver el juego de llaves que usó la noche anterior. Y su plan principal era no contarle nada a su jefa, para no verla en el estado en el que está ahora, pero Denki se le adelantó; contándole toda la situación pasada con lujo de detalles.

—Kayama-san... Usted no ha hecho nada malo, no tiene que disculparse.

—Te juro que algo así no se volverá a repetir. En recompensa, aumentaremos tu paga el resto de diciembre y bajaré tus horas de trabajo, ¿qué dices?

—No, por favor, no será necesario —sonrió dulcemente.

—Lo haré de todas formas. No puedo entender el comportamiento de mi hermano, pero no lo celebro ni lo defiendo para nada, es un idiota y me aseguraré de que no vuelva a este lugar nunca más.

Izuku asintió, dándose por vencido, ya que no hay una sola persona en la tierra que haga cambiar a Kayama Nemuri de parecer.

—Gracias... Ya debo irme a la universidad, Kayama-san. La veré en la tarde —se despidió abrazándola levemente.

Sin embargo, al recordar algo, la alfa le detuvo.

—Espera, casi lo olvido, hoy voy a cerrar la lavandería, así que no es necesario que vengas. Tienen el día libre.

—Ya veo, gracias por avisarme.

—Nos vemos mañana, Midoriya-kun. Cuídate.

—Igualmente, Kayama-san. Adiós —le sonrió y salió del lugar acomodándose su bufanda alrededor del cuello.

Dirigiendo sus pasos hacia la universidad, pensó en qué podría hacer por la tarde al no tener que ir a trabajar, y al instante Melissa apareció en su cabeza. Quizá podrían salir o simplemente quedarse a descansar en su casa. Después de todo, no recordaba cuándo fue la última vez que tuvo un día libre.

Al llegar al establecimiento educativo, caminó por los pasillos en busca de su casillero e inevitablemente recordó la rosa que encontró allí el día anterior, pero una vez más le restó importancia; tomando los libros de sus respectivas clases del día que sólo son tres.

Izuku estuvo bastante distraído. Por alguna razón no lograba concentrarse, y la causa tiene nombre: Todoroki Shoto.
No podía sacar los sucesos de la otra noche de su cabeza, y tampoco el primer encuentro que tuvieron hace una semana atrás; se reproducían una y otra vez como si se tratase de una película, volviendo torpes sus movimientos, acelerando su corazón y poniéndole ausente.

Entiende que es su alma gemela, pero lo que no entiende es por qué su cuerpo reacciona de esta manera por simplemente pensar en él.
Solo se han visto en dos ocasiones y su omega no deja de exigirle que lo busque, de hecho, ahora mismo, lo está haciendo de nuevo.

Lo necesitamos... Nos sentimos seguros a su lado, estaremos mucho mejor con él.

«No. Ya cállate de una vez»

Izuku se niega a aceptar tal cosa.
Siempre se ha cuidado a sí mismo, y también salió adelante sin pedir ayuda ni rogarle nada a nadie. No empezaría ahora.

Se nota que Shoto es una muy buena persona. Caballeroso y respetuoso. También es un hecho que se siente bien a su lado, pero todo está pasando demasiado rápido en su vida, justo cuando pensó tener las riendas de la misma.

Soulmate | TodoDeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora