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Cuando Izuku salió de la ducha, con una toalla rodeando su cintura y otra encima de sus húmedos cabellos, lo primero que pudo observar fue a Denki, sorpresivamente molesto, sentado sobre su cama con su abrigo en mano.

—Izuku, ¿de quién es este aroma?

Él tragó saliva y aclaró su garganta.

—Debe ser... ¿el aroma de algún alfa del metro? Yo qué sé —mintió, sacándole la prenda de las manos para guardarla en su armario.

—Claaro, y por esa razón estaba en tu cama, cubierto de semen.

—¡Denki, por Dios!

—¿Quién es este alfa, Izuku? —insistió—. ¿Acaso eres consciente de lo que es un alfa puro? ¡Son bestias!

—¿Alfa puro? ¿De qué hablas?

—El aroma que hay en ese abrigo, pertenece a una de esas bestias.

Izuku recordó las viejas noticias sobre ataques de personas pertenecientes a la raza alfa que poseen la capacidad de convertirse en enormes lobos, y no pudo evitar comparar el amable rostro del bicolor con uno de ellos. Para nada son iguales.

—No tengo idea de lo que estás hablando, pero si fuera así; no es cierto. Son humanos al igual que tú y yo, solo que con la capacidad de transformarse e-...

—¡En bestias! —chilló—. ¿Te amenazó o algo así? ¿Te hizo daño? Déjame verte.

—¡No! Dios, Denki, relájate un segundo. Nisiquiera lo conozco.

—¡¿Y por qué su aroma está en tu abrigo?!

—Ahg, ¡porque es mi alfa!

—¿Qué has dicho?

La voz de Melissa los sacó de su pequeña discusión, y el peliverde tapó su rostro con sus manos.

«Maldita sea»

—Izuku, será mejor que empieces a hablar. ¿Qué alfa? ¿De qué estaban hablando?

El omega tomó una profunda inhalación.

—El día que salí del trabajo, no volví a casa porque tenía que pasar por la biblioteca y cuando salí sentí... no sé cómo explicarlo, pero mi cuerpo se paralizó completamente y en un pestañeo tenía a un alfa frente a mí. Viéndome como si fuera u-un especie de cofre repleto de diamantes. En fin. Sólo sé su nombre, ya que en cuanto tuve la oportunidad salí corriendo, y al llegar a casa entre en celo... gracias a su aroma. Así que sí, esa persona es mi alfa porque no solo yo lo siento, mi omega lo siente... ¿Entienden?

Ambos se encontraban completamente en shock por el mini relato, pero aun así, intercambiando miradas, suspiraron y asintieron.

—Dijiste que te miraba como si fueras un cofre lleno de diamantes, ¿a qué te refieres con eso?

Melissa, al ser una beta, no entiende muy a profundidad el tema de Omegas y Alfas, las almas gemelas y todas esas cosas; no puede entender a Izuku del todo, como lo hace Denki, ya que ella jamás experimentó —ni experimentaría jamás— una sensación así.

—Pues a que se quedó hipnotizado viéndome. Yo... mierda, estaba tan asustado, realmente asustado, y él solo acarició mi rostro, incluso su mano temblaba, y me suplicó que no le tuviera miedo —murmuró, sonrojado por recordar las sensaciones de dicho momento.

Denki chasqueó su lengua.

—¿Y su nombre? —preguntó el rubio.

Se sintió estúpido cuando se detuvo a pensarlo. Era imposible olvidar el nombre que su omega estuvo llamando desesperadamente durante tres noches seguidas.

Soulmate | TodoDeku Onde as histórias ganham vida. Descobre agora