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Izuku

Recuerden traer un ensayo del libro que leímos para la clase de mañana. ¡No toleraré excusas!

El profesor habló por encima del bullicio de alumnos, que recogían sus pertenencias dado a que el timbre anunció el fin de la clase.

Izuku, en calma y sin apuros, se tomó su tiempo de llenar su planilla de asistencia para luego despedirse de su profesor con una leve inclinación —acción imitada por algunos de sus compañeros— y abandonar el salón.
La universidad es una de las cosas que más disfruta, está estudiando para convertirse en un profesor de literatura y lingüística; uno de sus mayores sueños. Cabe destacar que tuvo bastante suerte de haber obtenido notas lo suficientemente calificadas como para poder estar aquí, a pesar de ser un omega macho, porque no muchos llegan tan lejos.
Sin dudas fue un milagro entrar, pero lo que sería todo un reto es convertirse en profesor, algún día.

Alejó enseguida los pensamientos pesimistas de su cabeza, golpeando sutilmente sus mejillas con sus manos, sin detener su caminata hacia la salida de la institución, colocándose sus guantes y bufanda, la cual parece un castillo.
Es muy fácil perderse en su interior, pero ya siendo su segundo año allí, empezaba a acostumbrarse.

—¡Izu!

Una voz familiar lo llamó a la distancia, sin darle tiempo siquiera a voltear cuando se vio envuelto en los brazos de su mejor y única amiga.

—¡Melissa! ¿Acabaron tus clases? —preguntó devolviéndole el abrazo.

Melissa Shield, una beta de diecinueve años —al igual que él—, amable, entusiasta y con un carácter firme. Sus cabellos rubios caen como una cascada en su espalda, siendo de estatura promedio y poseedora de unos cálidos iris azules, ocultos detrás de sus gafas, con nacionalidad Estadounidense, a diferencia de él que es Japonés.

Ambos cruzaron caminos por primera vez en una guardería a los tres años, pero volvieron a reencontrarse en los primeros años de secundaria; siendo mejores amigos desde entonces. Hace siete maravillosos años.

—Así es, ¿vendrás esta noche a cenar con papá y conmigo? —quiso saber mientras empezaban a caminar, entrelazando sus brazos y titiritando los dos de frío.

—No lo creo, extenderán mi turno hasta la noche por unos días.

La rubia bufó, evidentemente molesta.

—Izuku, deberías conseguir otro trabajo. Allí solo se aprovechan de ti.

—No es así. Además, sabes que no es tan sencillo; tuve suerte al conseguir este.

—Pero no deberían explotar a sus empleados de esa manera.

—Es mi única fuente de ingresos y lo sabes —repitió sonriente.

Izuku vive solo desde hace casi cuatro años, y, por ende, todas las cuentas y productos para sobrevivir tiene que pagarlos por él mismo.

Su padre les había abandonado a él y a su madre en cuanto descubrió que pertenecía a la raza omega, y conforme pasaban los años, su madre falleció por el lazo roto.
En esos tiempo de desamparo y rechazo por parte de sus demás familiares, se refugió en los Shield; Melissa y su padre, David, lo recibieron amablemente durante varios años, hasta que consiguió estabilizarse —tanto emocional como económicamente—, saliendo adelante por su cuenta teniendo solo dieciséis años.

—Lo sé y lo entiendo, pero no mereces que te maltraten y pasen de ti como ese hombre hace —siguió, inflando una de sus mejillas. Él la tomó entre sus dedos para estirarla mientras sonreía; logrando que dejará de fruncir su ceño.

Soulmate | TodoDeku Where stories live. Discover now