Soulmate | TodoDeku

4

Shoto

Cuando Izuku huyó de mí... sentí mi alma ser perforada.

La peor sensación fue verlo alejarse y no poder ir tras él porque mi celo empezó; y las veinticuatro horas que duró, fueron las veinticuatro horas más dolorosas de toda mi vida. No por el celo en sí, tengo bastante tolerancia al respecto, sino porque podía escuchar a Izuku llamándome. Sentí su voz presionando en mi cabeza, una y otra vez, sus latidos desesperados en mi pecho y la presión en mi vientre como si él fuera yo, y yo fuera él.

Momo se quedó conmigo durante días, aunque ya no estuviera en celo, y estuve tan molesto que nisiquiera fui capaz de abandonar la habitación, porque el de Izuku claramente aún no ha terminado, y ni por un segundo su llamado dejo de sonar en mi cabeza. Tampoco desapareció el dolor que sentía en mis entrañas, pero, extrañamente, al medio día del quinto día, se detuvo. Y no poder sentirlo me desesperó. Me preocupa que algo le haya pasado. Y más me desespera el hecho de no saber siquiera en dónde buscarlo.
Un tanto deprimido por ello abandoné la cama, minutos después de que Momo me gritara desde el pasillo que saldría por un momento, arrastrando los pies al baño para tomar una ducha y tratar de despejar mi mente de los pensamientos negativos. Sequé mi cuerpo, solo me vestí con un pantalón de algodón y salí de la habitación mientras envolvía mis hombros con una manta.

Al llegar a la sala me dejé caer sobre el sofá. Me siento sin fuerzas debido al frío, tanto que mis extremidades están entumecidas, y es algo extraño porque normalmente parezco una estufa humana.

—Tal vez... tú eres el que tiene frío, no yo... —susurró para sí, refiriéndose a que ese frío que lo envolvía era en realidad el frío que está sintiendo Izuku, y eso lo hizo gruñir en voz baja; sintiendo la desesperada necesidad de correr hacia él.

Cuando Momo regresó y ambos terminaron de almorzar, se sentaron en los sofás de la sala. Después de todo, su amiga dijo que tendrían una conversación. Y Shoto está bastante inquieto... como si de alguna u otra manera supiera que la alfa le esconde algo importante.

—¿Y bien? —Momo suspiró y dejó un pedazo de papel sobre la mesa. Él no tardó en tomarlo y leer el contenido—. ¿Qué es esto? ¿Una dirección?

—Sí. Es la dirección del hogar de Izuku-san.

El cerebro de Shoto hizo un click.

—Me voy.

—¡Espera! —se paró frente a él y sostuvo sus hombros—. Por favor, sé que quieres verlo, per-...

—Tú no lo entiendes, Momo. Jamás tuviste que estar lejos de Kyoka.

—¡Solo escúchame! ¿Crees que Izuku-san te aceptará en su vida como si nada por ser su alfa? —el ceño del bicolor se frunció—. Las almas gemelas no se eligen, pero sí eliges quedarte con ellas.

—¿Estás insinuando que él no me ve como su alfa?

—¡Por supuesto que no! Sólo digo la verdad, y la verdad es que Izuku-san debe estar asustado y confundido. Tómalo con calma, ¿qué crees que pensará si de un día para el otro apareces en su hogar?

«Tiene razón, ¿en qué estoy pensando? No quiero volver a ver esa expresión aterrada en su rostro. No puedo hacerle eso» se dejó caer en el sofá una vez más. Momo suspiró.

—Entonces... ¿qué debería hacer?

—Dejemos que todo siga su curso. Puedo averiguar en qué universidad estudia, si tiene trabajo, familia y demás si eso te tranquiliza, pero no debes acercarte a él, al menos no por ahora. Si sucede, que sea por una coincidencia.