𝗣𝗔𝗜𝗡 ━━ ❝Porque prefiero sentir dolor a no sentir nada.❞
Mei creía estar condenada por las circunstancias de su vida, hasta que alguien le gritó en el rostro que podía ser diferente. Había renunciado a cosas que creía banales, como los sentimien...
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Dos meses habían pasado desde la partida de Naruto. En ese tiempo, tal como le había prometido, Tsunade no había dejado de enviar a Shikamaru a distintas misiones, buscando que el chico ganara experiencia. Y, de alguna manera, Mei también había terminado envuelta en varias. Como era el caso actual.
Ambos chūnin se encontraban en la oficina de la Hokage, esperando para recibir órdenes.
—Shikamaru, Mei, les asignaré una misión en conjunto —explicó Tsunade.
—¿De qué se trata esta vez? —preguntó Shikamaru, cansado de tanto trabajo.
—La situación es la siguiente: En primer lugar, una familia noble del País del Fuego solicitó hacer entrega de un importante paquete a Sunagakure. Al parecer, contiene varios pergaminos de gran valor que deben ser entregados a la Biblioteca de la Aldea de la Arena.
—¿Y qué más?
—En segunda instancia, este noble ha solicitado una escolta particular. Pero esta persona se encuentra actualmente en territorio del País del Viento, por ello la misión deberá hacerse en conjunto con un equipo de Sunagakure.
—Ya veo, ¿dónde está el paquete? —preguntó Mei.
—Shizune —llamó a la chica—. Entrégales el paquete y la lista de nombres.
—Sí, señora.
Mientras Shizune salía de la habitación, Tsunade volvió su atención a los dos chicos.
—Pueden escoger de los genin disponibles para esta misión. Tengan en cuenta que solo tres shinobi de la Hoja deben pertenecer a la escolta, así que elijan bien. Deben ser muy cuidadosos, no pueden perder estos pergaminos, ni dejar que nada le ocurra al noble.
—¿Nos dejarán entrar a Suna así como así? Aún no tienen un Kazekage —preguntó Shikamaru, rascando su nuca con fastidio.
—Sí, no se preocupen. Un equipo de la Arena los estará esperando en la puerta, ellos los escoltarán por la Aldea y serán quienes harán la misión con ustedes.
—Bien.
—Una cosa más. —Tsunade cruzó sus dedos sobre el escritorio—. El paquete debe ser entregado inmediatamente, sin embargo, el noble recién volverá al País del Fuego dentro de diez días. Quitando los tres días promedio de viaje que hay hasta Sunagakure, deberán permanecer en la Aldea durante una semana antes de volver.
—¿Dijo una semana? —protestó Shikamaru.
En ese momento, Shizune volvió a entrar en la habitación. Traía consigo una gran caja de metal, cerrada con candado y varios sellos. Lo que sea que estuviera allí dentro, Mei intuyó que era bastante importante. La pregunta era... ¿cómo harían para pasar desapercibidos con tal artefacto?
