C.OO4

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CAPÍTULO CUATRO

¡Protejan los secretos de la Aldea del Remolino!

Les tomó alrededor de media hora conseguir que todos despertaran y estuviesen listos para partir hacia la isla, y otro rato más encontrar alguien dispuesto a llevarlos allí en su barco

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Les tomó alrededor de media hora conseguir que todos despertaran y estuviesen listos para partir hacia la isla, y otro rato más encontrar alguien dispuesto a llevarlos allí en su barco. Finalmente, partieron del puerto del pueblo alrededor de las nueve de la mañana. Mei sentía que era tarde, en ese horario los intrusos ya podrían estar allí, pero sus compañeros parecían bastante tranquilos, como si fuese un detalle menor. Cosa que la irritaba terriblemente. ¿No podían tomarse las cosas con seriedad? Si así iban a ser las cosas, tal vez tomara en consideración la propuesta de pertenecer a un escuadrón, o incluso volverse ANBU.

Tenten parecía esforzarse por lograr entablar una conversación con la azabache, quien respondía a sus preguntas con lo justo y necesario, dándole a entender que no estaba de muy buen humor, aunque ese fuera su trato habitual. Al parecer la castaña debería acostumbrarse a las actitudes de la Uchiha, o esa amistad no duraría ni dos días. Aunque Mei pensaba que tal vez debería poner un poco de su parte para aquella amistad. No podía dejar todo el peso de la situación sobre Tenten, eso no sería justo. Aunque la interesada fuese ella.

El viaje en barco demoró otros cuarenta minutos y, cuando por fin llegaron al lugar, Mei fue la primera en bajar de un salto.

—Iré a hacer un reconocimiento del lugar —informó, puesto que ya lo había hablado con su sensei y estuvo de acuerdo—. Masaru, Jun, ¿me acompañan? —Sí, esa había sido la condición del Senju. Aunque igualmente Mei consideraba de utilidad contar con el Byakugan para en reconocimiento.

—¡Por supuesto! —exclamó Jun, saltando a su lado.

—Claro. —Masaru bajó de igual manera.

Clavó su mirada en el grupo de Gai.

—Si quieren pueden controlar los muelles de la isla, de esa forma controlaríamos las entradas y salidas. Coloquen trampas, alarmas, lo que se les ocurra.

—Son un par de idiotas que roban ruinas, no será difícil atraparlos —comentó Neji Hyūga.

Mei desvió su atención hacia él, clavándolos su mirada en los ojos perlados del chico. Por alguna razón, Neji se sintió intimidado, aunque no lo demostró.

—Nunca deben subestimar la situación, podría no ser lo que parece. Subestimándolos es como terminas fallando. —Volvió su atención a sus dos compañeros—. Vámonos ya.

Comenzó a caminar, dejando a los demás con las palabras en la boca. Shigeru sonrió burlón, clavando su mirada en el equipo de su amigo.

—Ella tiene razón. —Se encogió de hombros, mientras se disponía a seguir a su equipo.

Dejando atrás el muelle principal de la isla, comenzaron a adentrarse a través de la colina que separaba las costas de lo que había sido la Aldea. Después de unos minutos caminando, tuvieron el primer vistazo de lo que alguna vez fue Uzushiogakure. Mei se sorprendió, deteniendo su paso y observando el lugar. Sus compañeros se detuvieron al darse cuenta que ya no se encontraba junto a ellos, y la encontraron viendo las ruinas del lugar con un brillo extraño en los ojos.

𝗙𝗘𝗘𝗟 𝗧𝗛𝗘 𝗣𝗔𝗜𝗡 | GaaraWhere stories live. Discover now