C.O34

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CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO

¡El objetivo: Shukaku! ¡Los aliados de la arena: los Shinobi de Konoha!

La estadía de Mei en el Hospital se había extendido por alrededor de una semana

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La estadía de Mei en el Hospital se había extendido por alrededor de una semana. Debido a la gravedad de sus heridas, Tsunade no quería dejarla ir hasta que notara una recuperación casi perfecta. Gaara había estado con ella los primero días, pero pronto tuvo que volver a Sunagakure. Ninguno de los dos querían despedirse, pues estaban a gusto charlando juntos, pero no había de otra. Ya habría otra oportunidad.

Mientras tanto, aprovechó para visitar a Naruto y los demás ingresados, esa misión había dejado varios heridos. Kankuro y Temari habían pasado a visitarla los días que estuvieron en la Aldea, e incluso le llevaron algunos presentes. Había sido agradable. Jun, Masaru y Shigeru habían estado pegados a ella prácticamente todos los días, buscando que se sintiera a gusto. A parte de ellos, había recibido las visitas de Sakura, Ino, Shikamaru e incluso Jiraiya, quienes habían pasado a ver cómo se encontraba. La mayoría se veían... aliviados, al ver que estaba bien, lo cual a Mei le resultó curioso. No creyó que podría preocuparlos de esa manera.

Hablando un poco con Shikamaru, no le había resultado difícil darse cuenta de que se sentía culpable. Al parecer el chico sentía que había fallado, ya que no había logrado traer a Sasuke.

Todos se veían tan afectados por la partida de su hermano que Mei llegó a preguntarse si debería haber intentado convencerlo, haberle rogado que se quedara. Aunque, por otro lado, el miedo a intentar convencerlo y que él se fuera de todas formas y enojado con ella, era más fuerte.

Naruto y Sakura no se habían rendido, durante su tiempo en el hospital escuchó que ambos habían salido en una misión con Jiraiya a los arrozales, buscando información sobre Orochimaru y su guarida. Mei sabía que probablemente fueran esfuerzos inútiles, pues Orochimaru tenía varias guaridas, no se arriesgaría a tener un solo escondite. Sería un descuido. Y el Sannin, por más que pese, era bastante precavido.

Después de su alta en el hospital, sus últimas semanas no habían sido nada espectacular. Mientras Naruto se la pasaba de misión en misión, Mei se concentraba en sus entrenamientos, tanto con Tsunade como con Shigeru. Su control del chakra era casi perfecto, entre el ninjutsu médico y el Jutsu de Detección, se la pasaba entrenando la manipulación y percepción del chakra. La mayor parte del tiempo se la pasaba entrenando ninjutsu médico, pues era lo que más dedicación exigía. Para este punto, tres meses habían pasado volando y podría decirse que su progreso era bastante bueno. El uso del ninjutsu médico no era sencillo, pero una vez le agarras la mano, se volvía manejable. Incluso Sakura había pedido a Tsunade que la entrenara.

Mei se encontraba en la oficina de la Hokage, últimamente había agarrado el hábito de matar el tiempo junto a Tsunade. Mientras ella revisaba unos papeles, Mei leía, en este caso, un libro sobre venenos. En lo que llevaba de entrenamiento de ninjutsu médico, se había leído alrededor de tres libros sobre venenos, siendo el que leía actualmente el tercero, y habiendo memorizado la mayor parte de los anteriores. A estas alturas, tenía su departamento lleno de notas sobre todo lo que leía, los nombres más complicados o las hierbas más difíciles de conseguir.

𝗙𝗘𝗘𝗟 𝗧𝗛𝗘 𝗣𝗔𝗜𝗡 | GaaraWhere stories live. Discover now