•Capítulo 51• Especial

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Jack

Unos días antes de morir...

Las palabras que estoy escribiendo están borrosas delante de mí, pero las escribo. Tengo que escribirlas. Se lo debo.Él se merece esto y mucho más. Un día, él abrirá ese archivo y verá su vida trazada en imágenes y documentos. Será más de lo que ha tenido, pero aún no es suficiente. Ojalá pudiera retroceder en el tiempo y convencer a papá de llevarnos a nuestro bebé a casa.

Él era nuestro.

Él es nuestro.

Si tan solo tuviera las agallas para decirle, que podríamos haberlo tenido todo este tiempo. Pero no viviré mucho más tiempo y estaré condenado si veo esa mirada aplastada en su bonita cara. Solo sonrisas.

A partir de ahora, la haré sonreír tanto como pueda.

Mike,

Entraste en nuestras vidas graznando y rogando por un hogar.
Luke y yo queríamos dártelo. Pero fuiste apartado de nosotros. Nunca te vimos u oímos de ti otra vez.

Nuestro padre estaba triste y deprimido por la pérdida de
nuestra madre, sin embargo, y decidió en contra de nuestros deseos de que te quedaras con nosotros. Con los años, le supliqué a papá que te encontrara. Un día me dijo que te habías mudado a otra ciudad y que vivías con una buena familia.

Quería creer eso.

Ahora entiendo que no era apto para adoptar un niño. Él
mintió para proteger a los que tenía. A pesar de no llevarte a casa, te siguió la pista. Papá era un buen tipo, simplemente estaba muy abrumado por la pena.

Dios debe haber tenido un mejor plan para nuestra niño,
porque regresaste a nuestras vidas en el momento perfecto.

Un ángel.

Te envió una vez como una promesa.

Te envió de nuevo como un regalo.

Destino. Casualidad. Karma.

Lo que sea que fuera, estabas de regreso y eras nuestra.
Prácticamente entregada justo a nuestros pies cuando saliste de la oficina de la doctora Cohen aquel día. Fue mágico, Michael. Luke sintió la conexión. Yo sentí la conexión. Fue confirmado cuando hice que mi detective privado investigara quién eras, y que eras, de hecho, nuestro. Dos semanas después, le pagué a Guy y te subiste a mi auto.

Viniste a casa.

El pastor Joe solía hablar sobre el plan de Dios. Todo pasa por
una razón. La vida es una serie de pruebas que te presenta el Señor.

Papá nunca lo creyó. Podía verlo en sus ojos. Él pensaba que era una excusa. Pero yo sí creía. Creía que era más que una excusa. Más que una razón para explicar lo malo. Dios nos está vigilando y nos está probando. Está fortaleciendo nuestros corazones.

Esto no es un juego. Es un plan.

Odio que mi parte del plan esté terminando. Solo fui una
herramienta en la ejecución de dicho plan. Sin embargo, no puedo decir que haría algo diferente. Los preciosos momentos que he tenido contigo no han tenido precio. Un regalo de despedida perfecto.

Papá no era un mal hombre. Solo estaba abatido. Lo siento por tu madre. Ella es horrible y si alguna vez viene, no confíes en ella. Pero estoy agradecido de que te entregara así
nosotros pudimos tenerte. Llámame bastardo egoísta, pero es la verdad. No me disculparé por ese sentimiento. Cuando me haya ido, espero que vivas la vida que siempre quisiste vivir.

Espero que ames a mi hermano como los dos lo hicimos en el
momento en que pusimos los ojos en ti en ese nevoso día de Navidad en la guardería de la iglesia. Si por alguna razón crees que tu vida te espera más allá de esta casa sin ventanas, lo respetaré. El hogar, el dinero, la compañía, y los derechos del petróleo y el gas son todos mitad tuyos. Se encargarán de ti hasta el día de tu muerte. Hasta que nos encontremos.

De nuevo.

Sucedió una vez antes y sucederá una vez más.

Y te estaré esperando con los brazos abiertos, cariño.

Te amo, siempre.

Jack

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