•Capítulo 50• Especial

113 18 21
                                    

Jack

Iglesia Freedom Mountain - 25 de diciembre de 1999

—¡Luke, no! —grita la señorita Belinda con voz áspera.

Levanto la vista de mi Gameboy y frunzo el ceño.

—¿Qué hizo?

En lugar de contestarme, ella le da palmadas en la mano. El adorno que él había sacado del árbol golpea el suelo de la guardería y se rompe. La niña pequeña de la señorita Linda, Judith, comienza a gritar desde la cuna.

—Señorita Belinda —mascullo sorprendido—. ¿Por qué lo golpeó? — Puede que solo tenga doce, pero sé cuando algo no está bien. Que lo golpee no es correcto.

Luke comienza a balancearse y a murmurar. Estoy enojado porque ella le pegó a mi hermano. Él solo tiene cinco años. No es como si se hubiera dado cuenta de que no debería tocar el árbol. Ella es quien hizo que lo rompiera.

—No responderé a un niño pequeño. Respeta a tus mayores —
resopla—. Voy a decirle a tu padre. Él los castigará a los dos en
consecuencia.

Empujo mi Gameboy en mi bolsillo y corro hacia mi hermano.
Arrodillándome a su lado, rápidamente aparto los fragmentos rotos del adorno para que no se corte accidentalmente. Mi piel queda perforada por uno de los fragmentos, pero soy fuerte. No duele. Ignorando la picadura del dolor, intento hacer contacto visual con mi hermano. Mi madre solía ser capaz de hacerlo antes de morir, pero papá y yo no somos tan afortunados.

—Oye, amigo —digo en voz baja, en un tono que también aprendí de mamá—. ¿Estás bien?

—¡NONONONONONONONONO!

—No te preocupes por ella —le digo.

Judith grita y la señorita Belinda se queja de que nunca trabajará en la guardería sola otra vez.

Me inclino y le digo en voz baja:

—Es una gran idiota tonta.

Luke deja de balancearse. Él no se ríe. Él nunca se ríe. Pero sí se
calma considerablemente.

—Apuesto a que come sapos para la cena —bromeo—. Probablemente come gusanos de postre. Santa probablemente nunca vino a verla. Apuesto a que su casa está hecha de carbón.

Luke grita:

—¡CARBÓN!

—Oh, querido Señor —gime la señorita Belinda.

Le sonrío a mi hermano antes de gritar con él:

—¡Carbón!

—No, tú también…

La puerta se abre de golpe y papá entra. Su mirada salvaje se posa en la mía primero y luego en Luke. Mi papá es increíble. Estoy bastante seguro de que es un superhéroe encubierto. ¿De qué otra forma habría escuchado las cosas malas que estaba diciendo la señorita Belinda?

—Es una casa de locos ahí fuera —dice papá, con voz ronca. Él mira hacia abajo a lo que está sosteniendo. La angustia destella en sus ojos.

Lo he visto mirar a Luke de esa manera. Lo que sea que esté en sus brazos es especial.

—¡Buaaaaaa!

La cabeza de Luke gira en dirección a nuestro padre y lo miro
sorprendido. ¿Un bebé? ¿Papá nos consiguió un bebé?
La señorita Belinda corre apresuradamente por la guardería
mientras ella y papá intercambian palabras. Estoy demasiado centrado en nuestro bebé. Corro hacia él y para mi sorpresa, también lo hace Luke.

Lo mira pero no lo toca.

¿Yo?

Necesito tocar al bebé.

Estirándome, acaricio su cabello suave.

—¿Es un chico o una chica?

—Chico —gruñe papá.

—¿Nos conseguiste un bebé? —Sonrío a papá. Él es realmente un superhéroe. Su mandíbula se aprieta y él arranca su mirada de la mía. El niño llora. Quiero sostenerlo.

Protegerlo. Protegerlo. Debes protegerlo.

—Es tan bonito —digo, me duele la boca por sonreír tan grande—. ¿Oíste eso? —la arrullo—. Eres tan bonito.

Luke  suelta un sonido, pero conozco ese sonido. Es su sonido feliz.

Él quiere al bebé también.

—Él puede quedarse en mi habitación. Yo me ocuparé de él,
papá. Le he dado de comer a Judith con el biberón y la señorita Belinda me permite cambiar todos los pañales. —Le sonrío a mi papá.

Sus cejas se juntan y su labio inferior se tambalea. Él llora mucho ahora que mamá se ha ido.

—Me temo que no, amigo.

Luke tira de su manta.

—¡MÍO!

—La policía está aquí —grita alguien en la guardería.

¿La policía?

—¡MÍO! —grita Luke cuando papá se para con el bebé.

—Lo siento, chicos. Él irá a un buen hogar.

Me apresuro a ponerme de pie.

—¿Qué? ¿Un buen hogar? ¡Nuestro hogar es un gran hogar! ¡Papá, lo queremos! —Todos dicen que soy valiente, pero siento que tengo ganas de llorar.

—No es un cachorro —dice papá con dureza—. Él es un
compromiso. No puedo darle lo que necesita.

—Yo lo alimentaré —suplico, y mi voz se quiebra—. Me ocuparé de él. ¡Por favor, papi!

Papá niega y se aleja con ella en sus brazos.

Luke  grita detrás de él:

—¡¡¡¡MMMMMMIIIIIIIOO!!!!

Las lágrimas calientes se filtran por mis mejillas. Nunca pido nada. Soy un buen chico. Quiero el bebé.

—Papi. —Lloro detrás de él—. ¡Papi!

La puerta se cierra detrás de él y la señorita Belinda se para frente a ella con sus brazos cruzados sobre su pecho.
Con lágrimas corriendo por mis mejillas, agarro a mi hermanito y lo protejo de ella. Ella tiene la mirada mezquina en sus ojos y no dejaré que lo golpee de nuevo. Golpearé su enorme y feo estómago si ella siquiera piensa en tocarlo de nuevo.

Protegerlo. Protegerlo. Debes protegerlo.

—Mío. —La voz de Luke es un susurro.

—Lo siento, amigo. Lo siento mucho.





••••••••

Se acuerdan el principio....bueno esto es lo que paso despues..

Ya falta tan poco para que termine :(

Adivinen...cambie la portada x1653578 vez jsjsjsj

Lxsssss amo

¡Gracias por leer!

WEIRD Where stories live. Discover now