•Capítulo 43•

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Luke

Tres meses después...

Amor.

Jack trató de explicármelo, pero es indescriptible. Son mil
sensaciones todas en una. Es aire y alimento. Es vida. Es él.

Michael.

Él es tan jodidamente inteligente y hermoso, que casi me vuelve
loco. A veces todo lo que puedo hacer es maravillarme de lo perfecto que es. Le gusta molestarme y decirme que soy espeluznante, pero no me inmuto. Si espeluznante es mirar al chico que amo todo el condenado día, entonces soy espeluznante.

Y lo amo.

Es la única explicación.

-Tengo hambre. -Hace pucheros, su trasero se ve demasiado bien en sus pantalones de yoga.

Lo miro fijamente por encima de mi computadora portátil, donde estoy sentado en la barra. Quiero preguntarle si le gustaría ir por tacos en su restaurante favorito en la ciudad, pero estoy demasiado hipnotizado por su trasero.

-¿Puedes pedir pizza? -pregunta, su cadera inclinándose a un
lado.

Arrastrando mi mirada de él, abro la aplicación de las pizzas.

Él presiona un beso en la parte superior de mi cabeza antes de
hurgar en los armarios a la caza de algo. A Michael le gusta hornear y lo hace a menudo. Al principio, quemó muchas recetas o quedaron pastosas. Me las comí todas para no lastimar sus sentimientos. Pero ahora, hace postres tan buenos como los que comemos en los restaurantes o compramos en la panadería de la tienda de comestibles.

El orgullo surge en mi pecho.Él es feliz aquí conmigo. Arranco mi mirada de adoración de él para consultar mi correo
electrónico. En mi bandeja de entrada hay uno de mi investigador privado, Danny.

Luke,
Han estado en casa de Guy todos los días esta semana. Sé que
sigue recibiendo el dinero que le has enviado, pero algo me dijo que estaban planeando algo. Y tenía razón. Se dirigen hacia ti. Solicito instrucciones.

Danny

-El hombre de la pizza está aquí -trina Michael mientras pasa junto a mí fuera de la cocina.

El terror burbujea dentro de mí y me salgo del taburete en una
misión detrás de él. No se suponía que debían encontrarnos.

Mierda.

Acabo de doblar la esquina hacia el vestíbulo cuando él abre la
puerta. En lugar del hombre de la pizza saludándolo, dos rostros familiares le devuelven la mirada. Son familiares porque me he obsesionado con ellos. Jack estaba obsesionado con ellos. Hicimos todo en nuestro poder, primero él y luego yo, para mantenerlos alejados. Y ahora están aquí.

-¿Michael? -pregunta la mujer, su mano volando a su boca con sorpresa-. ¿Eres realmente tú?

La mujer da un paso dentro de la casa y Michael tropieza con dos hacia atrás. Quiero arrojarlo sobre mi hombro, salir corriendo de la casa con él en mi agarre. Lejos. Jodidamente lejos. Lejos de estos monstruos insensibles.

Mi cuerpo lucha contra mí.

Soy obligado a mirar fijamente.

Incapaz de intervenir.

-¿P-puedo ayudarle-e? -tartamudea Michael.

-Soy Mabel. -Ella sonríe, revelando los cuatro o cinco dientes que la metanfetamina no se llevó-. Soy tu madre.

Las rodillas de Michael se doblan. Debería atraparlo. Quiero atraparlo. Mi cuerpo se niega a moverse. El hombre al lado de Mabel se acerca y recoge a mi chico en sus brazos antes de que caiga al suelo.

-Oh, Dios mío, cariño -arrulla Mabel. Su tono me resulta
desagradable-. Carl, llévalo hacia el sofá.

Él toma a Michael en sus brazos y pasa junto a mí. Soy dejado en una nube de su asqueroso olor a humo que aún persiste por su último cigarrillo. Mabel lo sigue, sintiéndose como en casa en nuestra casa.

Todo lo que puedo hacer es mirar fijamente.

Estas personas están entrando a nuestra casa y no puedo hacer una maldita cosa al respecto.

-¡No! -grito.

Mabel menea la cabeza y frunce el ceño. Su cabello rubio blanco está en hebras y grasiento, colgando flojo a los lados de su rostro. Los mismos ojos verdes con los que Michael me mira fijamente son los que me miran ahora. Pero estos son más duros. Calculadores. Oscuros. No me gustan los ojos de esta perra en absoluto. Necesita irse.

Hazla irse.

Mis manos se abren, pero todo lo que puedo hacer es observar.
Carl se arrodilla al lado del sofá y deposita a Michael en los cojines.

-Oh mira, Mabel, que se ha puesto el muchacho. -Su gran mano se trata de acercar al rostro de Michael, haciendo que me encienda de ira.

-¡NO!

Mabel susurra en voz alta a Carl, como si yo no pudiera oír.

-Él es el retrasado del que Guy nos estuvo contando. Es bueno que apareciéramos cuando lo hicimos.

Me duele el pecho con la necesidad de sacar a estos idiotas de esta casa. Vibro físicamente con el deseo de infligirles violencia. No los quiero cerca de él.

-Soy su padrastro Carl. Mi esposa, Mabel, y yo hemos estado
buscando a nuestra niño durante mucho tiempo. -Él me sonríe mientras se pone de pie. También, un desdentado hijo de puta-. ¿No es así, Mab?

-Hemos estado tratando de hacerlo bien por él. Su viejo padre de crianza, Guy, estaba tratando de jugar con nosotros, sacándonos dinero y prometiéndonos que nos diría dónde terminó.

-Mikey-Mikey -digo entre dientes.

Mabel asiente antes de hablar alto y lento.

-¿Tienes una enfermera?

La miro con furia.

-No creo que hable inglés, cariño -dice Carl, frunciendo el ceño- Demonios, tal vez no es retrasado. Tal vez solo es sordo. Vi en la televisión una vez que las personas sordas hablan como retrasados, pero eso es porque no pueden escuchar el sonido de su propia voz.

Estoy burbujeando de furia, una explosión esperando a suceder.

-¿En el canal Discovery? -pregunta Mabel.

-Creo que sí, cariño.

-Eres tan inteligente, cariño.

Comparten un momento, mirándose a los ojos de la forma en que Michael y yo lo hacemos a veces. Entonces, ella se vuelve hacia mí otra vez.

-¿Puedessss darmeeee un minutooo con miiii hijoooo? -Mabel prácticamente grita mientras arrastra cada palabra para que yo la entienda.

Mis ojos se dirigen a Michael en el sofá. Está parpadeando para
quitarse el aturdimiento y se frota sus sienes. Quiero sacarlo de ese sofá para llevarlo a él lejos de estas personas.

-¡NO! -grito de nuevo.

Carl cruza sus brazos sobre su pecho.

-Ahora esa no es forma de hablarle a mi señora, hijo. Será mejor que demuestres algo de maldito respeto.

Mabel levanta su mano y lo silencia.

-Cariño, está bien. Él no sabe hacerlo mejor.

-Tienen que irse -dice Michael desde el sofá-. Quien quiera que sean, váyanse.

Mabel se acerca al sofá y se sienta al lado de mi mujer.

-Soy tu mamá, cariño.








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Hshsgysge

Se esperaban eso???

La verdad iba a actualizar mañana,pero no quería que terminara el fin de semana y no actualizar....Igual eso no quiere decir que no vaya actualizar mañana

¡Gracias por leer!

Lxs amo

Bye 🥰

WEIRD Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ