Capítulo XXIII: Los perros dormidos, muerden [Parte 1]

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Cr. img: A quien corresponda

No saben cómo me duele este cap :'D 

El final se acerca!!

~*~*~*~

JiMin había sentido miedo antes. Lo había sentido de muchas maneras y era una sensación que conocía íntimamente. Demasiado. Después de pasar la mayor parte de su infancia trabajando con Haedogje Pa, había visto horrores que lo habían dejado aturdido por muchas cosas, cosas que causarían horror en los corazones de la mayoría de las personas. Si no era el recuerdo ocasional que se agitaba como un pozo de víboras para golpearlo, entonces eran las pesadillas, siempre acechando en la oscuridad para atraparlo. Las drogas habían ayudado a adormecer eso, al igual que el cálido cuerpo de JungKook contra el suyo, pero aún conocía el miedo que contenían las pesadillas.

Sin embargo, este era un tipo diferente de miedo, uno tan fuerte que sería más adecuado etiquetarlo como terror. No era un recuerdo de ver a otros niños heridos por las perras del burdel, de ver asesinatos, violaciones y mutilaciones. No eran cadáveres con cabezas cóncavas que lo agarraban y gritaban su nombre una y otra vez hasta que se despertaba llorando, gritando para mantener alejados a los fantasmas. Esto era terror porque estaba en peligro en lugar de otra persona. Lo que estaba sucediendo en este momento no era algo que se convertiría en un recuerdo suprimido o una pesadilla, sino algo mucho peor.

Cuando sintió esa fuerte presión de polímero clavándose en su frente, la presión inconfundible de un cañón de pistola, JiMin sintió que su cuerpo reaccionaba al instante. Su corazón no dio un vuelco rápido y duro, sino que pareció detenerse en su pecho por unos segundos antes de volver a la vida a una velocidad demasiado rápida. La misma sangre en sus venas se convirtió en hielo y perdió la capacidad de sentir sus dedos, que estaban entumecidos y muertos a sus costados. Ni siquiera podía contraerlos. Hubo un asco repugnante en la boca de su estómago y no se sorprendió en absoluto de ver que sus testículos se habían endurecido lo suficiente como para doler. Esa era una señal de verdadero terror y una que no había sentido antes. Dios, sentía demasiado floja su vejiga.

Esta no sería la primera vez que se mearía delante de otro hombre, pero podría ser la última.

—Cállate, perra.

Escuchar esas palabras saliendo de la boca de TaeHyung fue lo último que se sumó a su puro terror. JiMin nunca había escuchado esas palabras escaparse de su boca de esa manera, especialmente sin apuntar en su dirección. Sabía que probablemente había dicho eso y más a otros hombres, pero había una sorprendente diferencia entre su situación y la de ellos. Los hombres en el extremo receptor de su agresión y amenazas siempre terminaban muertos; torturados y mutilados, o con una bala directamente en la cabeza.

Al escuchar las amenazas que salían de los dulces labios de TaeHyung, JiMin descubrió que no estaba del todo seguro de que no terminaría con una bala en la cabeza.

JiMin logró arrastrar su mirada hacia abajo desde el cañón de la pistola para mirar a TaeHyung. El otro hombre lo miraba fijamente, sin pestañear. Su expresión parecía algo así como una máscara, sin emociones y fría. A pesar de sus palabras, no había ira presente en su rostro. Tampoco había miedo, ni siquiera una pizca de empatía. TaeHyung estaba desprovisto de todas las emociones y sintió un pequeño gemido escapando de sus labios flojos mientras lo miraba. JiMin no quería moverse, ni siquiera quería parpadear o respirar en caso de que los dedos de TaeHyung se alejaran del gatillo y se deslizaran contra esa pieza curva de plástico duro. No tenía idea de si el seguro estaba activado o desactivado porque no podía ver desde su ángulo actual. Todo lo que podía ver era la parte inferior de la pistola, sus dedos envueltos alrededor del mango y el protector del gatillo.

House of Cards - BTS [TRADUCCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora