Capitulo 19

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Me dolian las piernas, el torso, los brazos, todo el cuerpo.

Empecé a despertar poco a poco, sintiendo el dolor de mi cuerpo y recordando lo sucedido anoche, de pronto abrí los ojos de un golpe.

Estaba en una habitación que no era la mía, las paredes eras blancas, pero el armario, el peinador y la puerta corrediza que había a un lado eran negros, incluso la cama donde estaba acostada era negra, demasiado lujoso aquel lugar.

¿Donde estaba? Me levante, sentando en la cama y arrugando la frente por el dolor muscular, llevando una mano a mi cabeza para disminuir un poco el mareo. Escucho pasos en el pasito y por instinto subo las sabanas hasta mi pecho, la puerta se abre poco a poco en segundos veo a Laia entrando con una bandeja llena de comidas.

- ¡Oh! A despertado- sonrie- ¿como se siente?- pregunta.

Estoy confundida. ¿Qué hace Laia aqui? De pronto, como una rafaga el recuerdo me golpea.
Me habia perdido, me habia topado con unos tipos quienes terminaron persiguiendome para vaya a saber Dios que, recorde que el telefono me habia quedado en 1% cuando lo encendi y marque el primer numero que se me cruzo... Pero, ¿habia sido Damian? Podia jurar que habia marcado a Max. Laia estaba de pie frente a la cama, sonriendome aun y mirandome detenidamente.

- Me duele el cuerpo- admito, luego de un tiempo en silencio. Laia camina hasta mi lado y deja la bandeja en la cama, busca entre los cajones de la mesita de noche y me saca una pastilla, sirve un poco de jugo en el vaso de la bandeja y me lo extiende.

- Luego de que se toma esto, le aseguro que se sentira muchisimi mejor- sonrie- ahora tiene que comer- me mira. Habia por un segundo olvidado el hambre que podia tener, ayer cuando sali a trotar solo me habia comido una barra de cereal por la tarde y como si mi estomago tuviera oidos, al escuchar la palabra, comer, comenzo a sonar- si necesita algo, estaré en la cocina- deposita un beso en mi frente para luego sonreirme e irme.

Comienzo a comer, sin darle tiempo a mi estomago de seguir protestando y cuando pasan 10 minutos, estoy literalmente que ruedo. Me quedo unos segundos sentada, reposando la comida que acababa de ingerir, me paro y es justo cuando me doy cuenta de que la ropa que llevo no es mia.

Tenia unos shores de algodon grises, holgados y un camison blanco que casi los tapaba, el suelo estaba frio al contacto de mis pies, decido caminar hasta las enormes puertas dobles corredizas y cuando las corro me encuentro con otra habitacion o al menos eso parecia.

Armarios desde el suelo hasta el techo cubrian las paredes y de este lado el suelo era de alfombra.. Habia una pared completa de cajones sobres cajones, abro uno de ellos y me encuentro con un cajon repleto de corbatas, eran de todos los colores y de todos los materiales, cojo una en color vinotinto y me descubro a mi misma sonriendo.

Sigo explorando el enorme armario, camisas, pantalones, zapatos, medias, ropa interior, trajes, moños y corbatas, relojes, billeteras, lentes de sol, todo perfectamente acomodado. Era impresionante la cantidad de cosas que habia en aquel lugar, yo que pensaba que el armario de un hombre era menos problematico que el de las mujeres, ademas, ¿quien acomoda su ropa por el orden de los colores?

Segui mirando cada cosa que me llamaba la atencion, reviso los ultimos cajones hasta que mis ojos se fijan en una caja que habia debajo de algunas ropas. Miro unos segundos por la puerta y espero a escuchar pasos en el pasillo, cuando nada se oye la tomo. Sabia que un dia Diosito no me dejaria entrar al cielo por ser tan chismosa, pero ya que estaba aqui, no iba a desaprovechar la oportunidad de saber un poco mas acerca de este hombre.

La caja era sencilla, cuadrada y de madera oscura, en medio tenia un pequeño broche dorado, lo cojo entre los dedos y la abro.

Habian algunos papeles dentro, parecian cartas, habia una pequeña caja cuadrada? Forrada en terciopelo negro, y entre los papeles habian varias fotos. Eran fotos de una señora en sus cuarenta y tantos años, de piel clara y cabellos castaños, sus ojos eran tan azules que podias ver el mar a travez de ellos, sonreia directo a la camara, cargando en brazos a un bebe de unos dos años, eran identicos. Pase a la segunda foto, en esta tambien salia aquella mujer, la unica diferencia es que estaba sola, sentada en la arena de la playa, con un ligero vestido color coral y el viento revolviendole el cabello, era hermosa, de echo, se parecia a ¿Damian? ¿Sera su madre? Habian mas fotos de aquella mujer, cuando llegue a las ultimas dos fotos, senti que la boca se me secaba y como mi pulso comenzaba a acelerarse.

Por favor, recuerdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora