Capitulo 9

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Aquella noche paso entre risas y palabras, para cuando decidimos entrar a casa e irnos a domir, eran las tres de la madrugada. 

- Gracias por la charla- digo deteniendonos en la puerta de mi habitacion, como habia pensado esta tarde al llegar, su habitacion era la ultima puerta al fondo en el centro de aquel enorme pasillo.

- Gracias a ti por escuchar- sonrie, nos quedamos en silencio, mirandonos un al otro y para cuando me di cuenta, tenia un ligera sonrisa dibujada en mis labios, Damian da un paso al frente quedando a unos pocos centimetros de mi, involuntariamente levante la cabeza para poder verlo a los ojos, sin avisar, se inclino y deposito un suave beso en mi mejilla, aquel calido roce recorrio todo mi cuerpo, dejando una sensacion de hormigue en la zona y sintiendose extrañamente familiar- que descanses Venus- susurra, alejandose por fin de mi. 

El aire frio vuelve a recorrer entre los dos y de pronto aquel calido calor que me brindaba su cercania desaparece, con un inclinamiento de cabeza se despedi, da media vuelta y comienza a caminar hasta su habitacion, veo como se aleja, los musculos de su espalda marcandose bajo su camisa con cada paso que daba, haciendo en menor ruido que pudo entre a la habitacion, recoste la espalda a la puerta una vez la cerre y mi mano viajo hasta mi mejilla.

Justo ahi, donde el roce de sus labios seguia haciendo hormigue en mi piel, donde su calor estaba intactado, de pronto senti como si aquel roce fuera familiar, como si lo conociera a la perfeccion y aquello me desconserto, aquel hombre que estaba a unos pocos metros de mi, tenia una chica, una chica que podia notarse el amor tan intenso que sentia por ella. Una chica que, donde sea que este en estos momentos, se esta muriendo por estar entre sus brazos. 

Cansada y con pocas ganas de seguir pensando, camine hasta la cama, me encontre con que mis cosas estaban ordenadas en el armario, lo mas probable es que Laia lo haya echo, me alegraba volverla a ver, y aunque no sabia exactamente de donde la conocia, sabia que era un mujer con un cariño incondicional, y que era lo mas cercano a una nana que podia tener en estos momentos.

Con pereza me saque el vestido por encima de la cabeza y me coloque un como pijama de short y camisa de tirantes, una vez lista me meti bajo las sabanas sorprendiendome con lo comodo que era aquella cama, por lo normal, en una casa tan grande, las camas para la visita solian no ser tan comodas y tan buena calida como esta, pero justo ahi, acostada sentia como mis musculos se iban relajando uno a uno y en menos de lo que canta un gallo cai en un sueño profundo.

Joder quien estara tocando la puerta tan temprano, ¡me acabo de quedar dormida!, tape mi cabeza con una almohada, intentando en vano alejar el sonido de los insistentes golpes, oi como la puerta se abria, y unos pasos que identifique como los de Sam entraban apresurados a la habitacion.

- Ya es hora de que te levantes Venus- protesta, caminando hacia la ventana y abriendo de par en par las cortinas, la luz del sol entro a raudales en la habitacion, haciendome subir la sabanas y taparme completa por la luz escandilante que me cego los ojos por unos segundos.

- Es muy temprano Sam- me quejo, poniendome de lado y dandole la espalda a la ventana- dejame dormir unos minutos mas- digo acomodandome en la cama.

- Son las diez de la mañana, todos estamos esperando por ti para desayunar, asi que levanta tus preciosas nalgas y despierta de una vez por todas- abro los ojos de golpe, ¿Diez de la mañana?, ¿A que hora me habia acostado anoche?

A regañadientas me levanto, Sam me sonrie y camina hasta la puerta, justo antes de salir, se detiene en la puerta y voltea a verme.

- Te he visto con Damian anoche, tal vez sea bueno que se conozcan- sonrie y me guiña un ojo, dejandome roja como un tomate en medio de la habitacion. 

Por favor, recuerdameWhere stories live. Discover now