11. Culpabilidad.

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Capítulo once.

11.00 am. Día 7.

Me despierto en una cama que no es la mía, en un cuarto que no es el mío.
Ayer estaba muy cansada, y aburrida, y por ello Yoongi tan amable como siempre me ofreció su cama para que duerma. Y al parecer pasamos la noche aquí. O al menos yo.
Me pongo de pie y me dirijo al baño que se encuentra en el pasillo, hago mis necesidades, me arreglo un poco y...¡Oh mi dios! ¡Tengo un chupón en mi cuello! Hijo de...
Cuando salgo voy hacia el living y tomo el pañuelo que llevaba la noche anterior. Me cubro el cuello antes de que alguien lo vea.

Todo está en silencio. En el sofá duermen Taehyung y la chica castaña que ayer le ha bajado los humos a las otras estúpidas, no recuerdo su nombre.

Debo encontrar a Jungkook. Vuelvo al pasillo y sin hacer el más mínimo ruido, abro una de las puertas. Distingo cuerpos masculinos y femeninos durmiendo por doquier, pero el invasor no está aquí.
¿Es que todos han tenido una noche loca? Cierro la puerta, asqueada. Hago unos pasos y abro otra de las puertas.
Bingo. Jungkook y Mika se encuentran bajo las mismas sábanas. Diugh. Se me revuelve el estomago.

—Jungkook —lo llamo, colocando mis rodillas en el suelo, a su lado.

El se queja, incomodo.

—Jungkook —insisto.

—¿Que quieres?

—¿Irme a casa, tal vez?

—¿No puedes tomar un taxi, tal vez?

—Está lloviendo. No querrás que me enferme nuevamente.

—Los taxis tienen techo.

—¿Y planeas que estacione dentro del departamento o que salga a la calle a buscar uno?

—Está bien, ya voy.

—Genial —me pongo de pie y espero.

Sus ojos, aún medio dormidos, se abren dejando ver ese envidiable color.
Se sienta y pasa las manos por su cabello. Me pierdo en su torso desnudo. No le había prestado atención a sus tatuajes, y son bastantes. Pero el dibujo de una gran mariposa en su pecho se roba mi mirada por unos largos segundos.

—¿Te importa?

—¿Que cosa?

—Verme desnudo —sonríe.

Es cuando caigo en la realidad de que no lleva ropa puesta, salgo del cuarto horrorizada.
Él sale unos minutos después. Vestido.

Lo sigo por el pasillo. Cuando llegamos al living, mira los dos cuerpos en el sofá y no parece agradarle mucho. Algo se remueve dentro de mi. Debe ser el hambre.

Pero, ¿Por qué le molestaría que duerman juntos?

Tomamos nuestras cosas y nos dirigimos hacia mi casa. Al fin.
Aunque mi alegría de volver se desvanece cuando veo a Jason en mi puerta. Me golpeo mentalmente y trato de crear un diálogo en mi cabeza para que esta conversación no resulte desastrosa. Acomodo mi pañuelo, tapando la gran marca color roja.

—Mierda.

—Uy, se ve enojado.

Estaciona el coche frente al garage y entra. Ninguno de los dos se saluda.
Me acerco a él para darle un beso, pero corre la cara haciendo que mi beso aterrice en su mejilla.

—Ahm, ¿todo bien? —pregunto.

—¿Dónde has pasado la noche?

—¿Por qué esa pregunta?

© Bajo Las Reglas -𝙅𝙐𝙉𝙂𝙆𝙊𝙊𝙆Where stories live. Discover now