Capítulo 34

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Sheldon alzó los ojos al cielo con un gesto de total desesperación. Apretó el móvil que sostenía contra su oreja.

- Mamá, no creo que sea en absoluto necesario tal despliegue de… convencionalismos sociales. ¿Qué lógica existe en que os presente a Penny como mi novia? Ya la conocéis de sobra, y no ha cambiado nada en absoluto desde la última vez que la visteis.

Leonard alzó una ceja, entre curioso y divertido. Sheldon resopló. Su cara reflejó de pronto el más absoluto pavor.

- No, no pienso acudir a tus reuniones en la iglesia para que la congregación conozca a mi prometida. Y, ¡no es mi prometida! Mamá…- se dejó caer en su sitio del sofá, derrotado…- No, mamá, no estamos viviendo en pecado.

En ese punto, Leonard no pudo evitar soltar una carcajada. Sheldon le fulminó con la mirada y el físico experimental se llevó una mano a la boca, para intentar reprimir el ataque de risa que estaba adueñándose de él. El físico más alto siguió mirando con mala cara a su amigo mientras intentaba mantener la calma en aquella difícil conversación.

- Te lo vuelvo a repetir. No-estamos-viviendo-en-pecado.- dijo puntualizando cada palabra.- Sí, ella sigue viviendo en el apartamento de enfrente y… - dejó caer la cabeza, derrotado, sobre el respaldo del sofá. De pronto, todos los tics aparecieron en su cara, además de un rubor bastante evidente.- Mamá, no pienso responder a esa pregunta.

Leonard se acercó, intentando oír mejor la voz de Mary Cooper. Sheldon volvió a fulminarle con mala cara. Su amigo extendió la mano, en un gesto de comprensión. El físico teórico bufó, pero le entregó el móvil.

- ¿Señora Cooper? Sí, soy Leonard. Sí, yo también me alegro de hablar con usted. Verá, perdone la intromisión, pero tal vez se sienta más tranquila si le reitero que no tiene de qué preocuparse. Sheldon sigue siendo el mismo especímen alienígena sin identificar que todos adoramos.

El físico teórico entrecerró los ojos, furioso. Leonard le hizo una mueca y volvió a poner su mejor expresión de persona responsable.

- Por supuesto, no tiene nada que temer. Se lo aseguro. Desde que Penny es su novia, no he oído ningún ruido sospechosamente carnal en su habitación. Le doy mi palabra.

El joven físico se quedó sin aliento. Leonard asintió.

- Sí, señora, le paso con Sheldon. Buenos días.

Sheldon tomó de nuevo el móvil.

- Mamá…- respiró, llenándose de paciencia.- Te aseguro que no creo que sea la voluntad de Nuestro Señor que sufras tanto por mi culpa. – de nuevo se escuchó una retahíla de palabras al otro lado del móvil.- ¡Oh, vale, de acuerdo! Iremos a visitaros, si a Penny le parece bien, pero con la condición de que no organizarás ningún evento, ni nada parecido para que todo el vecindario se entere…- resopló.- ¿Por qué diablos reaccionas así? Missy ha llevado innumerables parejas a casa y nunca has montado un circo para celebrarlo.- cerró un momento los ojos.- Mamá, te repito que Penny es mi novia, no mi prometida. Así que…¡deja de planificar una boda!

En ese momento, la puerta del departamento se abrió y apareció una sonriente Penny.

- Hola chicos.

Leonard le devolvió la sonrisa. Sheldon la miró como si hubiera aparecido el Joker.

- Mamá… tengo que… dejarte.

- ¿Es tu madre?- preguntó la chica, acercándose risueña.- Oh, déjame saludarla.

Sheldon la miró como si hubiera perdido el juicio e intentó levantarse y alejarse de ella, pero Penny fue más rápida y se sentó sobre él. El joven físico alzó el brazo, sosteniendo el móvil fuera del alcance de la chica, pero ella apoyó una rodilla entre las piernas de él y se estiró para alcanzarlo. Pronto pareció desatarse una increíble lucha. Leonard los miraba perplejo, mientras los dos se peleaban por el móvil, en el que podía oírse la voz de Mary Cooper preguntando qué pasaba. De pronto, la chica le miró peligrosamente y, sin más, se sentó sobre él a horcajadas, en una pose provocativa, rozando una parte demasiado sensible de él. Sheldon ahogó un jadeo. Penny sonrió victoriosa y le arrebató el móvil de la mano.

La teoría es más sencilla que la realidad Место, где живут истории. Откройте их для себя