✓ DRAGONS, harry potter [#1]

109. 𝗘𝗦 𝗣𝗢𝗥 𝗠𝗜 𝗦𝗔𝗡𝗚𝗥𝗘

.ciento nueve

         Cruzaron aprisa el vestíbulo sin desviar la mirada hacia el Gran Comedor y pronto recorrían a zancadas la explanada en dirección al lago, donde estaba anclado el barco de Durmstrang, que se reflejaba en la superficie como una mancha oscura. Era una mañana fresca, y no dejaron de moverse, masticando las tostadas, mientras Harry le contaba a Lucy qué era exactamente lo que había ocurrido después de abandonar la noche anterior la mesa de Gryffindor. Para alivio suyo, Lucy aceptó su versión sin un asomo de duda.

—Bueno, sabía que tú no habías puesto tu nombre en el Cáliz —declaró cuando él terminó de relatar lo sucedido en la sala. Harry la observó sorprendido.

  Ambos se encontraban sentados bajo el árbol frente al lago, donde Lucy había tenido su cita con Cedric. La cual salió muy bien, claro que no de la forma romántica, ya que Lucy le había dejado en claro que no sentía nada por él y no podía darle oportunidades, porque no jugaría con él. No le daría esperanzas sabiendo que ella no era una persona fácil. Ambos son amigos y así debería quedar todo.

—¿En verdad? —preguntó Harry, tragando el bocado de la tostada que mordió.

—Sí, hubieras visto la cara que pusiste cuando Dumbledore leyó tu nombre —dijo Lucy con una sonrisa burlesca, le dió un leve golpe con su hombro y Harry sonrió.

—Solo me sorprendí —se defendió el azabache, pero con su sonrisa sin borrarse.

—¿Sí? Parecías un cachorrito perdido —se burló la pelirroja y Harry arqueó una ceja, viéndola aún con su sonrisa.

—¿Un cachorrito? No parezco un cachorrito —dijo ofendido y Lucy sonrió al verlo así.

—Claro que si, eres muy tierno y tus ojitos son como de un cachorrito —dijo Lucy aguantandose la risa. Lucy sonreía y Harry se mantenía serio, observandola—. No pongas esa cara, eres lindo cuando eres tierno.

  Harry se sonrojó levemente y una sonrisa volvió a sus labios.

—¿Has visto a Ron? —cambió de tema.

—Está desayunando —dijo Lucy, encogiéndose de hombros.

—¿Sigue pensando que yo eché mi nombre en el cáliz? —preguntó Harry, mirando hacia el Lago.

—Bueno, no... no creo... no en realidad —contestó Lucy, entrecerrando los ojos.

—¿Qué quieres decir con «no en realidad»? —preguntó incrédulo, volviendo a mirarla y haciendo rodar los ojos a Lucy.

—¡Ay, Harry!, ¿es que no te das cuenta? —dijo Lucy—. ¡Está celoso!

  Harry miró unos momentos a Rawraq, el cual se revolcaba en el césped y buscaba un lugar cómodo para recostarse. Luego volvió a mirar a Lucy.