103. 𝗜𝗠𝗣𝗘𝗥𝗜𝗢

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.ciento tres

                       LA CENA FUE INCÓMODA, tanto Lucy como Harry se lanzaban miradas disimuladasEra extraño

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                       LA CENA FUE INCÓMODA, tanto Lucy como Harry se lanzaban miradas disimuladas
Era extraño. Los demás parecían no darse cuenta de las miradas, ya que comían, reían y conversaban como todas las noches. Hermione le hablaba sobre la P.E.D.D.O, mientras que Lucy observaba a Harry, inspeccionando cada uno de sus gestos. El azabache hablaba con los gemelos sobre el torneo.
 
  Lucy no pudo evitar ladear un poco su cabeza al observar la sonrisa que se formó en los labios de Harry. ¿Podría ser...? No, era muy obvio para ella que Harry la atraía, era lindo, torpe y muy zopenco, pero no creía estar enamorada de él.

    Por otro lado, las clases se estaban haciendo más difíciles y duras que nunca, en especial la de Defensa Contra las Artes Oscuras. Para su sorpresa, el profesor Moody anunció que les echaría la maldición imperius por turno, tanto para mostrarles su poder como para ver si podían resistirse a sus efectos.

—Pero... pero usted dijo que eso estaba prohibido, profesor —le dijo una vacilante Hermione, al tiempo que Moody apartaba las mesas con un movimiento de la varita, dejando un amplio espacio en el medio del aula—. Usted dijo que usarlo contra otro ser humano estaba...

—Dumbledore quiere que les enseñe cómo es —la interrumpió Moody,
girando hacia Hermione el ojo mágico y fijándolo sin parpadear en una mirada calculadora—. Si alguno de ustedes prefiere aprenderlo del modo más duro, cuando alguien le eche la maldición para controlarlo completamente, por mí de acuerdo. Puede salir del aula.

  Señaló la puerta con un dedo nudoso. Hermione se puso muy colorada, y murmuró algo de que no había querido decir que deseara irse. Harry, Lucy y Ron sonrieron. Sabían que Hermione preferiría beber pus de bubotubérculo antes que perderse una clase tan importante.

  Moody empezó a llamar por señas a los alumnos y a echarles la maldición
imperius. Lucy vio cómo sus compañeros de clase, uno tras otro, hacían las cosas más extrañas bajo su influencia: Dean Thomas dio tres vueltas al aula en un pie cantando el himno nacional, Lavender Brown imitó una ardilla y Neville ejecutó una serie de movimientos gimnásticos muy sorprendentes, de los que hubiera sido completamente incapaz en estado normal. Ninguno de ellos parecía capaz de oponer ninguna resistencia a la maldición, y se
recobraban sólo cuando Moody la anulaba.

—Potter —gruñó Moody—, ahora te toca a ti.

  Lucy miró a Harry de reojo, el azabache se adelantó hasta el centro del aula, en el espacio despejado de
mesas. Moody levantó la varita mágica, lo apuntó con ella y dijo:

¡Imperio!

  Harry no se movió, se quedó allí, parecía una estatua. Ojoloco lo observaba atentamente, como si entre ambos estuvieran supieran algo. Pero en realidad, Ojoloco hablaba en su mente, ordenandole.
  La clase se durmió en un silencio, esperando a que sucediera algo.

✓ DRAGONS, harry potter [#1]Where stories live. Discover now