¿Puedo ser tuya ahora?

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Tal vez yo tenía pensamientos muy sucios o me estaba volviendo loca. Desperté con una ligera jaqueca y un sabor raro en la boca. No me gustaba ese sabor por lo que corrí a cepillarme los dientes.

Cuando me mire en el espejo lucía radiante a pesar de aún sentirme cansada y un poco adormecida. Me gustaba mi aspecto. Mis ojos lucían más grandes...Y para lo que me gustan mis ojos. Me había dormido con el mismo vestido de la noche anterior y aun podía percibir el ligero aroma a canela dulce impregnado en mi camisa.

Desabotone mi vestido poco a poco, desprendiéndolo de mi piel, dejándolo caer al suelo y mirándome fija al espejo de pie que se encontraba en el baño. Hacía mucho que no admiraba mi cuerpo. No era que soliera hacerlo muy a menudo, pero al tener un hermano gemelo todo el tiempo en casa y una madre atenta me resultaba complicado hacerlo.

Pude notar que ya no me veía tan delgada como siempre. Mis caderas y mis piernas parecían ahora estar conectadas por un ligero bulto que se dirigía hacia atrás. Ahora tenían una forma redonda y armoniosa. Mi vientre tenía un ligero bulto que no me agradaba del todo, pero formaba parte de mí y parecía favorecerme en conjunto con mis nuevas caderas. También me agradaban mis pechos, ahora que eran redondos y mis pezones comenzaban a tomar forma con el resto de mí. Aun me veía como una niña, pero con contrastes que me hacían sentir diferente; si bien, no soy perfecta no me gusta enumerar mis defectos.

Abrí el grifo de la tina y la habitación comenzó a llenarse de vapor.

A los quince años muchas cosas en ti pueden cambiar, pero los cambios, que a mis amigos no les habían sentado bien a mi me habían favorecido.

Aunque nadie tenía grandes expectativas acerca de esta película (ni siquiera yo misma) había sido bendecida por el amigo de mi padrastro. Andy siempre me miraba de manera extraña, a veces podría jurar que yo le gustaba y había discutido con un par de productores para que tuviera un lugar en It. Estaba haciendo mi mayor esfuerzo porque haber comprado ese lugar no fuera en vano. Yo era una buena actriz, lo sabía.

Aunque la película funcionara bien siempre corrían los rumores dentro de los elencos jóvenes, debido a los cambios físicos. Al menos en mi cuerpo los cambios se habían dado rápido y no parecían haber sido para mal. Aunque mi agente me había aconsejado que guardara ese aspecto tomboy y relajado, lo cual me mantenía cómoda en todas situaciones ya que yo siempre sabía quién era.

Me sumergí en la tina y comencé a pensar en Bill. La forma en la que me había tocado anoche, suave y a la vez firme. Existía un pequeño ardor en mi vientre, pero no se sentía de todo mal. Deseaba que lo volviera a hacer, deseaba ese plano íntimo. Había pensado mucho en él y deseaba que el fuera la persona indicada para aprender, sin importar nada.

Aun no había contestado su mensaje. Hoy era un día sin llamados, por lo cual tendría una tarde libre para hacer lo que yo quisiera...Incluso contestar ese mensaje de Bill. Podríamos escapar un rato.

A veces me daba la impresión de que él deseaba algo verdadero conmigo, que me veía frágil y sin el corazón apto para lastimarme, aunque si jugaba bien mis cartas podría ser lo opuesto.

Ya había mencionado algo acerca de dejar a su novia, pero bajo estas circunstancias y para mis deseos no lo consideraba necesario.

Ya nos habíamos besado y mil mariposas habían cruzado mi estómago. Podría incluso haber vomitado conejos y praderas enteras de ser posible.  Cada beso me gustaba demasiado, mucho más que el anterior. Pensaba en él, en lo imponente de su figura y en las mil maneras que podría jugar con lo que llevara en los pantalones.  Era el único pensamiento que cruzaba en mi mente cuando pensaba en él o cuando estaba con él.

Salí de la ducha con la humedad entre mis muslos y gotas de agua escurriendo por todos lados.

Había demasiada tentación cuando me sentaba en las piernas de Bill y se volvía un juego peligroso estar con él en cualquier lugar, así que todo tenía que ser discreto. Me dispuse a responderle el mensaje de anoche:

"Nos vemos en el café purpura a las 5. Piensa a donde iremos para tener privacidad "

Era solo excitación combinada con el calor de la ducha, pero ya no podría resistirme más. En seguida recibí respuesta:

"Ahí estaré"

Lo peligroso era lo mejor y aunque no quería herir sus sentimientos teníamos que poner todo en claro para disfrutar más de todo.

Ahora solo tenía que vestirme y lo del interior tenía que ser lo mejor.

Tenía algo de lencería nueva en mi cajón, que si bien no era para una niña de quince mi madre me la había regalado puesto que su filosofía era "lo principal era sentirse poderosa y hermosa desde debajo". Con el tiempo me di cuenta que era el mejor poder de las mujeres.

Estaba lista para ser suya...

El TerciopeloWhere stories live. Discover now