¿Se lo vas a contar?

202 15 5
                                    




Alida era una chica linda y agradable, mujer de aspecto sereno, sensual y apiñonada. Era una mujer madura en todos los aspectos, incluso era un poco mayor que Bill y por supuesto todo lo contrario a la niña que yo era. Desconocía si era la novia perfecta, pero en definitiva veía algo en Bill y él la aprecia.

No estaba segura si lo decía para ofenderme en este momento tan especial he importante o simplemente se sentía culpable por ese acto de infidelidad de su parte.

Alida era maravillosa y yo sabía que la amaba, pero a decir verdad no me interesaba saber más en absoluto. No deseaba que terminará con ella ni saber nada de sus aspectos personales. Bill era un tipo genial, con quien deseaba aprender y no ver más allá de lo que el sexo puede ofrecerle a la vida. Simplemente ese era Bill para mí.

- Creo que me voy – dije, ante esta aseveración totalmente incomoda y fuera de lugar para el momento. ¿Acaso los hombres eran idiotas a cualquier edad?

- Espera Sophia, ¿vas a marcharte? ¿solo así? – me dijo Bill con los ojos muy abiertos al ver que comenzaba a vestirme con rapidez para salir volando de aquel lugar.

- No deseo saber de Alida ahora, Bill. Tus problemas con ella no son de mi interés. Si la dejas o no, me da igual. – solté tajante con frialdad.

El semblante de Bill se torno gris. Vi como agachaba la mirada con aflicción y desconcierto. ¿Acaso no era obvio que nos habíamos utilizado? ¿Creería que yo podría quedarme a su lado? En seguida me arrepentí de mis palabras.

- ¡Bill mírame! – ordene, sentándome a su lado en la cama. – Tengo 15...Si alguien sabe de esto habrá problemas, sobre todo para ti. Nadie va a creer que estamos enamorados – Enamorados era una fuerte palabra, pero si no la usaba corría el riesgo de que Bill enloqueciera.

- Podemos esperar hasta hacerlo público. Se me da bien ocultar mi vida personal y por lo que se a ti igual. – No tenía una respuesta para aquello. Bill realmente creía que teníamos algo serio.

- No soy tú novia Bill. No deseo serlo...Solo...No sé qué quiero. – y era la verdad. No había sido tan sincera con él hasta ese momento, pues todos los sentimientos que creía haber tenido por él ahora parecían muy confusos – Pero deseo mucho que esto se repita. No tengo mucha experiencia, pero sentí chispas en mi interior. Es así como se supone que debe ser, ¿no? Creo que nos vemos muy bien juntos hoy – después de decirle esto ultimo tome su mano y sonreí. El me devolvió la sonrisa - ¿Vas a decirle?

- Esperare a que estés lista, Sophia. En verdad me interesas...Como mi mujer – Su mirada parecía sincera. Lo que pasaba ahora era un momento más dulce que el amor mismo. Todo había pasado tan lento...Aunque solo habían sido 15 minutos en el acto habían parecido una eternidad. Bill tenía que entender que yo no le pertenecía, pero era inevitable no hablar de toda esa mierda después de ese suceso tan severo entre un hombre de 27 y una niña de 15. Ahora comenzaba a comprenderlo.

Acto seguido terminé de vestirme y me llevo a casa. Me dejo un poco alejada para que mi madre no notara que llegamos juntos. Entre a casa:

- ¡Sophia! Al fin llegas. No contestabas el celular, un poco más y comenzarías a preocuparme. Es hora de la cena – me dijo mi madre

- No tengo hambre – le dije y corrí a encerrarme a mi habitación

No necesitaba la aprobación de Bill para comprender que todo eso solo había sido placer físico...Pero joder, había sido maravilloso.

Sentía un pequeño ardor debajo de mi abdomen. Me desvestí, esta vez para tomar una ducha corta y tirarme a dormir. Pude notar una pequeña línea de sangre entre las piernas, correr por mis pies hacia el drenaje de la regadera. Era un dolor peculiar, no se asemejaba al de un espasmo menstrual, más bien era un ardor que subía desde mi centro en el interior y de pronto recordar ese dolor lo intensificaba y subía hasta mi corazón, sintiendo todas esas puñaladas en él.

Las palabras de Bill eran agridulces y confusas. Siempre había querido experimentar el sexo, sentir y saber, y desde que lo vi a él, había parecido el candidato perfecto. Aunque la experiencia había resultado satisfactoria solo podía pensar en sus palabras, en que realmente deseaba quedarme con él, recostada y solo mirar al horizonte, que hiciéramos él amor una y otra vez hasta que ese dolor, que ahora había aparecido como un musculo desgarrado en mi interior desapareciera, pero había conseguido que me tomara demasiado en serio sus palabras.

"En verdad me interesas...Como mi mujer"

Esas palabras retumbaban en mi cabeza y no podía dejar de pensar en él, en su rostro de satisfacción al hacerme suya, sosteniéndome con firmeza, pero también con dulzura...Había resultado absolutamente perfecto y parecía que nuestros cuerpos enredados encajaban como un rompecabezas. Era verdad eso de que ambos nos habíamos visto muy bien juntos esa noche. Me estaba volviendo totalmente loca y me sentía muy cansada.

Sentía como todo el calor que mi interior había albergado esas semanas se iba apagando y ahora solo me sentía tierna. Me gusto lo que Bill me había hecho y ahora solo deseaba sentirme abrazada por él.

No podía dejar que lo que Bill me había dicho me controlara, pero ahora estaba temerosa ¿Acaso me había enamorado de él? ¿Porqué me arrepentía de haberle dicho que no terminara con Alida?

El cansancio había hecho que me quedara dormida y con el celular en la mano sentí el vibrar de un mensaje entrante.

- "Lo que pasó hoy entre nosotros fue maravilloso. Sentí chispas en mi interior también"

Se sentía raro pensar en un "nosotros". Y es que ahora solo éramos él y yo...Pero ahora la vergüenza comenzaba a invadirme, porque en realidad Bill no me pertenecía.

¿Acaso se lo contaría?

El TerciopeloWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu