Capítulo XXXII

138 12 13
                                    

¡Hey, hola! Les dejo la canción "At the break of dawn" de Arion para que escuchen mientras leen. ¡Que lo disfruten!

     El control que Serperior tiene sobre las plantas no es el problema más grande. Tampoco es el hecho de que él puede devolverle la vida a la isla si lo considera necesario, con tal de usarlo a su conveniencia. Está obteniendo su energía del sol. No sólo se regenera, sino que usa esa misma energía para potenciar sus golpes. Para generar escudos que devuelven nuestros ataques. Por el tamaño que tiene, debería ser difícil que se mueva. Y no es así. Es tan ágil y ligero como una hoja común y corriente. No necesita moverse mucho, a decir verdad. Es como si su mirada y sus pensamientos bastaran para superarnos.

James no puede luchar, y es un inútil y patético desperdicio. Así que esto depende solamente de Lynda, Kyle y yo.

Espero que estés haciéndote cargo de Katzenner, Mewtwo, o juro que te encerraré en la Master Ball.

La voz de Serperior se propaga con corrientes de aire que parecieran brotar de él. Se supone que es una planta, pero en realidad hace honor a su nombre. Es la naturaleza en sí misma.

—¡Los humanos no son bienvenidos en la isla! ¡Los humanos que esclavizan a nuestra raza deben ser exterminados!

—¡Nosotros no somos como ellos, Serperior! —le respondo—. ¡No estamos aquí para declarar la guerra! ¡Necesitamos que ustedes nos ayuden!

—¡Mientes!

Es difícil luchar contra la ráfaga de hojas afiladas que nos lanza. El agua de Gyarados no puede neutralizarlas del todo. El agua de Lucario es la única que puede crear una barrera lo suficientemente gruesa, que no tarda en destruirse cuando las lianas la penetran para golpearnos con tanta fuerza que las rocas alrededor de nosotros se parten en mil pedazos. Es como estar en medio de un bombardeo, y la fuente sigue levitando ante nosotros. Sigue protegiéndose con la energía del sol.

El poder de los Pokemon comunes y corrientes no funcionará...

—¡Lucario, somételo!

Sin embargo, los tentáculos de Lucario no bastan. No son lo suficientemente largos para sujetar a Serperior. Su cola se mueve finalmente para tratar de asestar un golpe que Gyarados intenta neutralizar lanzándose para morderlo. Los colmillos de Gyarados apenas consiguen rasguñarlo. Y lo único que Lucario puede sostener es la parte más delgada de la cola de Serperior. Es inmenso... Creo que tiene el mismo tamaño que Lugia. ¿Por qué mierda la dejé atrás? Si pudiera llamarla ahora mismo... Si tuviéramos a dos Legendarios de nuestro lado, Serperior no sería un problema. Pero sólo tenemos uno. Uno que es demasiado pequeño en comparación.

Maldita sea, Perla... ¿Por qué no pudiste atraparlos a todos...?

—Si estás pensando una estrategia, pierdes el tiempo.

Ni siquiera me había dado cuenta de la presencia de Kyle. Está a mi lado, y agradezco que así sea. Si estuviera frente a mí, si pensara que necesito que me proteja...

—A no ser que tengas un Pokemon de ese tamaño, entonces no tengo nada.

—Y con cada segundo que tardas en dar el golpe maestro, Serperior aprende nuestras tácticas y lee cada uno de nuestros movimientos.

Sé que así es. Basta con ver que Lynda no sirve de mucho, puesto que ni siquiera el fuego de Pyroar puede lastimarlo. A pesar de ser una maldita planta...

—Está buscando la energía del sol. Y, mientras la siga obteniendo, nuestras fuerzas serán inútiles.

—Tenemos que quitársela —dice Kyle—. Hazlo tú. Haz que tus Pokemon impidan el paso de la luz. Cuando Serperior se debilite, Lynn y yo atacaremos. Debilitaremos a Serperior, y lo atraparemos en una Master Ball.

Pokemon Re-Start II: SuplicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora