My Sugar Daddy

16- Por amor tengo el alma herida*

-Sin embargo necesito lanzar algo potente para sacar a flote este lugar- Natasha se enderezo y fue a buscar a un mueble cercano unos panfletos- Voy a lanzar una fiesta por los cinco años de apertura de Budapest y necesitaría que asistas en la muestra, sería horas extras que no podrán ser contables en tu pasantía.

-Sería un gran honor poder ser parte de tal conmemoración, por favor cuente conmigo- El rubio sonrió ampliamente por primera vez en la semana.

-Gracias Steven, nunca me olvidare de este favor. Obviamente estas invitado a mi boda- Mencionó con una sonrisa en su rostro.

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-¿Por qué en las redes no están hablando de la gran fiesta que dará Tony Stark esta noche?- El castaño se encontraba exasperado con su amiga Pepper.

-Si quieres ser un desgraciado, hazlo tú. Yo no pienso ser cómplice en como arruinar aún más un lindo vinculo Tony.-

-Pero Pepps, me prometiste  que me ibas ayudar en lo favores que te pedí-

-Y lo hice Anthony, evitando que cometieras más estupideces. Por favor, afornta tus sentimientos y ve a hablarle- Virginia lo miraba fijamente, intentado encontrar un poco de esperanza.

-No es tan fácil.No soy el correcto Pepps y lo sabes.- Stark avanzo hacia el ventanal de su mansión.

-¡Maldición Tony! Podrás engañar a todos con esa frase típica de novelas pero a mi no, por una vez en tu vida ponte los pantalones y ve a buscar a esa persona que mueve tu existencia. No lo dejes ir como Strange.- Sin esperar respuesta la rubia se marchó.

-¡Carajo!- Estrelló su vaso de whisky en la pared. El se había prometido no vincularse tanto como lo hizo con Stephen y aunque no compartió tanto tiempo con el rubio,  el jodido universitario sexy logro entrar su mente. 

Busco su celular.

Llamando a Baby Blond

Una, dos incluso una tercera vez lo llama y no contesta. El empresario respirando fuertemente, toma valor y se dirige a su auto deportivo. En menos de diez minutos, luego de pasarse algunos cuantos semaforos rojos, llega a la casa de Steve.

-Bien Stark, llegamos hasta acá. Bajas, tocas su puerta, te disculpas, lo besas y final feliz- Respirando pausadamente, repetía esta frase como si fuera un mantra sin embargo al momento de abrir su puerta, observo como un auto negro se estacionaba adelante de él bajando su empleado Brock molesto Rumlow, molestándose con la presencia del sujeto y más al verlo con un un ramo de rosas rojas.

Claramente él no podría con esto, ¿Cómo podría? La cabeza de Stark empezó a funcionar una vez más en su contra.¿Haría feliz a Steve?¿Tendría estos detalles?¿Por que mierda pensaba más en el rubio que cualquier otra mierda? Ya no soportaba el sentirse tan inútil para encarar una relación. El miedo podía más que él. La impotencia por ser un cobarde lo inundó.

Un motor se escucho, fue el de Stark que rápidamente acelero yéndose muy lejos de sus miedos.

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-Invito la próxima ronda a todos- Varios gritos y festejos se escucharon en el bar mala muerte que se encontraba Tony.

-Señor creo que ha bebido mucho- Amablemente el barman intento quitarle la botella que tenía firmemente agarrada el empresario.

-Hey, no toques lo que es mio. Tal parece que hoy es el día de robarle a Tony Stark... oye oye...que lindo ojos tienes, tan celestes como los de Steve, pero te falta su brillo- Empezando a delirar Stark se giro en busca de pararse, logrando que todo el alchol consumido haga efecto y se encontrara mareado.