Capitulo 30

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Susan sintió un cosquilleo en el cuello. Se encontraba en el bosque, con un pequeño bulto envuelto en mantas azules. El niño la miraba con sus enormes ojos mientras, la muchacha tarareaba una canción de cuna. Sus hermanos y, Caspian estaban preparando un picnic junto a la cascada, habia más personas allí, pero no podía precisar sus rostros.
Otra vez sintió aquel cosquilleo, esta vez sobre sus parpados y, su cintura.
-¿Hola? - cuestiono mirando hacia todos lados, mientras protegía al bebe entre sus brazos. El niño envolvió su pequeña manito sobre su dedo anular, balbuceando en un intento de recuperar su atención.
- Es hora de despertar cariño- escucho como un susurro en el viento, junto a un cosquilleo junto a la oreja.
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Caspian sonrió con ternura mientras, veía a su novia fruncir el ceño aun dormida. Habia entrado a su habitación y, se habia topado con la chica con solo una de sus camisas, que se había subido a la altura de su cintura, exponiendo sus finas y blancas piernas. Las mantas por algún motivo estaban arrojadas en varios lugares de la habitación y, la chica dormía echa una bolita tiritarte. El joven dejo la bandeja que traía en la mesita junto a la chimenea y, se recostó junto a ella. Beso su cuello y, acaricio suavemente su cintura, el calor de su cuerpo lo sorprendió un poco.
-Es hora de despertar cariño- susurro levemente mientras, la muchacha lo apartaba aun dormida.
-Susan ... cariño, si sigues durmiendo estarás despierta toda la noche ...
- 5 minutos mas ...- murmuro aun en la bruma del sueño, con una voz algo extraña, tironeando de su brazo para aferrarse mas a su abrazo - hace demasiado frio Cas... mi cabeza
El joven abrió los ojos alarmado, al notar lo sudoroso que estaba su rostro.
- Susan, princesa, mírame por favor- insistió volteándola en sus brazos- ¿Que ocurre? ¿Que esta mal?
-N.. no se... - Caspian miro sus ojos vidriosos, sin dudarlo toco su frente y, sus sospechas se confirmaron, la muchacha estaba ardiendo de fiebre.
-Voy a llamar al doctor Cornellius- exclamo intentando levantarse, mas la chica se lo impedía.
-Susan, por favor ... solo sera un segundo ...- el joven no pudo terminar su frase, ya que en ese momento, la muchacha se enderezo como un resorte y, la atacaron las arcadas. Caspian sujeto rápidamente su cabello en un moño flojo, mientras la chica con un quejido de protesta, volvía a caer en sus brazos sin fuerza. El problema era que no habia vomitado comida, la muchacha habia vomitado sangre.
-¡Susan!¡Susan!- grito zamarreándola, pero la chica no respondía, lo miro levemente a los ojos, antes de caer en los brazos de la semi inconciencia nuevamente. Caspian no lo dudo, se quito rápidamente el abrigo y, envolviéndola delicadamente, la tomo en sus brazos. No pensaba dejarla sola ahí ni por toda la plata del mundo. Corrió a la planta de abajo a la habitación del doctor Cornellius, mas el lugar estaba desolado, Susan seguía tosiendo sangre aferrada débilmente a su pecho. No habia nadie en los corredores, parecía que todo el mundo se había esfumado. Recordó las últimas palabras de Isabella cuando paso por la cocina, todo el mundo debería estar en el comedor tomando algo caliente para combatir el frío. Por decima vez en menos de diez minutos maldijo su suerte.
Cuando llego al comedor, sus pulmones parecían a punto de explotar.
-¡Profesor!- grito ni bien cruzo las puertas semi abiertas. Su rostro estaba pálido y, el terror estaba escrito en cada una de sus facciones, temblaba de pies a cabeza. El hombre corrió a su encuentro, más rápido de lo que podría esperarse en un hombre de su edad. Jamás lo habia escuchado emplear ese tono de voz, ni si quiera la noche que su padre había muerto.
- Muchacho que ...- el hombre no pudo terminar. Al llegar a su lado, contemplo a la joven en sus brazos cubierta de sangre-¡Oh por Aslan!
-¿Que diablos esta pasando aquí?- grito Peter abriéndose paso en el mar de gente que se habia comenzado a agrupar a su alrededor.
-¡No hay nada que ver aqui señores, vuelvan a sus asientos!- ordeno Mathew a la multitud.
-¡Caspian! - volvió a repetir Peter
-Estaba dormida y ... no respondía cuando intentaba levantarla, solo susurraba que tenia frío y le dolía la cabeza, iba a buscar al d.. doctor Cornellius cuando comenzó a vomitar sangre ... no... no logro que reaccione ... no se como ayudarla ... yo no ...
Susurro el muchacho con desesperación acunándola en sus brazos, la muchacha como confirmación, volvió a llevarse inconscientemente la mano a la boca mientras volvía a toser, al dejarla caer inertemente en su costado, todos vieron la sangre escurrirse lentamente sobre sus dedos. Caspian volvió a acomodarla nerviosamente en su lugar.
-Lucy tu cordial- dijo Edmund con urgencia.
Caspian se dejo caer a su lado mientras la niña abría el vial. La muchacha estaba cada vez mas pálida, Caspian podría jurar que en cualquier momento vería debajo de su piel. Sus manos temblaban sin cesar mientras acomodaba a la reina en su regazo.
Fue allí, con su cuello expuesto que Cornellius reacciono sobre lo que le estaba pasando, al notar la mancha negra que resaltaba sobre su piel blanca.
-¡Majestad No!- alcanzo a gritar, pero ya era demasiado tarde, la niña habia dejado caer una gota entre sus labios.
Antes de que alguno pudiera reaccionar, la joven abrió sus ojos, arqueando su espalda con un jadeo, mientras sus manos arañaban su cuello. Se incorporo instantáneamente en los brazos del rey y, volvió a vomitar sangre. Solo que esta vez era mucho mas oscura, no le quedaba mucho tiempo penso su hermano con terror. Entre medio de la sangre, un extraño insecto parecido a un escarabajo o una cucaracha se convulsionaba abandonando la vida.
La chica perdió la fuerza y, cayo rápidamente para atrás. Caspian pudo atraparla antes de que su cabeza golpeara el duro suelo de piedra. Su pecho ya no subía ni bajaba, su respiración habia cesado.
-¡Susan!¡Susan!- grito con desesperación intentando reanimarla, las lagrimas nublaban cada vez mas su visión.
-Apártate muchacho- ordeno el doctor Cornellius dejándose caer a su lado. En un rápido movimiento tenia un cuchillo en su garganta.
-¿Que diablos crees que haces?- el rey frenético intento detenerlo pero, Peter tomo su mano con fuerza en un intento de tranquilizarlo y, facilitar el trabajo del medico. El hombre perforo su tráquea y, en un rápido movimiento inserto un cilindro en su cuello. La chica soltó un leve jadeo volviendo a respirar.
-Ese majestad, es un escarabajo del abismo, una criatura sumamente letal que es usado cuando se quiere forzar un aborto. Algo protegió al niño, pero su majestad no corrió con la misma suerte. Sabían que le darían ese cordial, la criatura lanzo su veneno en un intento de defenderse, si no toma el antídoto en menos de media hora, ambos estarán muertos. La han envenenado ha conciencia.
Caspian lo contemplo con los ojos abiertos, como un niño asustado sin comprender sus palabras. El profesor suspiro agotado, Caspian era como un hijo para él y, que el muchacho sufriera destrozaba su alma. El solo se aferraba a la chica en sus brazos, como si su vida dependiera de ello. El hombre solo podía imaginar el pánico del chico, al llegar a su habitación y, encontrar a su novia en ese estado.
-Lo que estoy tratando de decirte muchacho, es que levantes tu trasero del suelo y, la lleves a mi consultorio ahora mismo.
Peter y, Edmund lo tomaron por los hombros y, lo forzaron a levantarse. Si se lo preguntaban alguna vez, no tenia idea de como habia llegado a esa habitación.
El profesor la conecto a varios artefactos, empujando un liquido negruzco a su sistema.
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Susan abrió los ojos en una habitación en penumbras, iluminada tenuemente por el brillo de una vela. Todo su cuerpo estaba adormecido. Sentía una leve presión en el antebrazo. Entrecerrado los ojos, diviso a su lado una mata de cabello oscuro que reconocería en cualquier lado. Con dificultad, estiro su mano acariciando la suya. El muchacho despertó sobresaltado, se habia quedado dormido mientras la cuidaba.
-Esta bien cariño- susurro con dificultad mirándolo atreves de la bruma de sus ojos. El muchacho sintió que su corazón se detenía al oír su dulce voz. Lo primero que la muchacha noto, fue el aspecto desalineado de se ropa y, la barba que cubría su rostro.
-Susan ...- murmuro tocando su rostro, como si creyera que se trataba de un sueño. La muchacha plácidamente se inclino a su tacto- Mi amor ...
El muchacho rompió el llanto aferrándose cuidadosamente a su cuerpo. Susan creyó que su corazón se rompería al escuchar sus lamentos desconsolados. Algo dentro de él se había roto. Lo supo al mirar el brillo faltante de sus ojos.
-Shhh.. esta bien Cas, estoy aqui ...
-Te amo, te amo Susan Pevensie ... por favor no vuelvas a asustarme de esa manera, yo...
La joven lo silencio con un beso, acariciando tiernamente su rostro.
-¿Que ha pasado mi amor? ¿Por que estas así? ¿Porque me duele todo? ¿Rillian ...- exclamo preocupada levanto sus manos a su abdomen.
-Esta bien- dijo el muchacho recomponiéndose- Nuestro bebe esta bien, ¿No recuerdas nada?
La joven reina negó con la cabeza intentando enderezarse en la cama y, sintiendo nuevamente el tirón en su antebrazo.
-Déjame ayudarte- le dijo el muchacho rápidamente acomodando las almohadas a su alrededor, para darle mas comodidad.
-¿Qué es esto?- inquirió moviendo el brazo- ¿Puedes sacármelo?
El muchacho delicadamente asintio y, retiro la aguja de su brazo, la chica casi se desmaya al ver el largo. Volteándose cerro la válvula, ya no necesitaría la alimentación por goteo.
- ¿Qué es lo último que recuerdas?
- Tenia sueño, tome una de tus camisas porque me sentía algo sofocada. Tuve un sueño lindo, con nuestro bebe y, luego desperté aquí.
El muchacho le sonrió con cariño, besando sus labios. No sabia por donde empezar.
-Eran como las cinco de la tarde cuando note que no habías bajado en todo el día. Pase por la cocina para traerte algo de comer, estaban profundamente dormida y, cuando intente despertarte, solo te aferraste a mi. Susurraban que te dolía la cabeza y, tenias frio. Realmente tenias fiebre y, cuando intente ir por el doctor Cornellius- el muchacho suspiro, acariciando sus piernas- comenzaste a vomitar sangre. Jamás habia estado tan asustado en mi vida, todo el mundo estaba en el comedor, Lucy te dio de su cordial pero solo empeoro las cosas. Te habian envenenado con un escarabajo del averno, quisieron provocarte un aborto. Tu corazón se detuvo y, yo ... creí que jamás despertarías, el doctor Cornellius te mantuvo enchufada a maquinas por unos días. El bebe estaba bien, pero tu habías entrado en una especie de estado vegetativo. Nadie podía decirme cuando despertarías o, si lo harías. Susan, creí que me volvería loco, cada día solo quería ocupar tu lugar. No tengo idea de que ha pasado con el reino, Peter se ha encargado de todo, yo solo no puedo dejarte solo. La persona que te lastimo esta suelta y, yo no podría permitir que vuelva a pasar, yo... les he fallado, no he podido protegerlos ...
La muchacha lo atrajo a sus brazos, acariciando cariñosamente su espalda tratando de reconfortarlo. Finas lagrimas se deslizaron por su rostro al imaginar, a alguien tratando de lastimar a su bebe.
-¿Cuanto tiempo he estado dormida? - inquirió despues de un tiempo. Caspian se habia recostado en su pecho, abrazándola por la cintura, mientras la chica acariciaba sus cabellos.
- Cuatro semanas- respondió acariciando su vientre. La muchacha cerro los ojos con pesar.
-Jamás volveré a dejarte solo Cas, no hay nada en el mundo tan fuerte como para separarme de tí o, nuestro porotito.
-Te amo- susurro finalmente el muchacho.
- Me agrada tu barba- murmuro con coquetería tratando de hacerlo sonreír- creo que te ves sexy con ella.
-Creo que aun estas algo dormida- sonrió con cariño.
-Nada de eso- dijo deslizándose entre las almohadas para estar a su altura. Poco a poco sentía como su cuerpo recuperaba la movilidad, agradecía a Aslan por aquello.
-¿Que haces?- inquirió el rey, mirándola a los ojos con una ceja levantada.
-Te demuestro mi punto- susurro lentamente desabotonando su camisa. Caspian cerro los ojos al sentir sus manos recorrer su pecho desnudo, mientras su boca dejaba un camino de besos alrededor de su mandíbula.
-Princesa necesitas descansar ...
-No- murmuro sobre su boca- he dormido suficiente. Lo que necesito en este momento es esto.
La muchacha lo sujeto del cuello, uniendo nuevamente sus labios.
-Debería llamar al doctor Cornellius- murmuro sobre sus labios.
-Deberías callarte- contrataco su novia- no contradigas a una mujer embarazada.
Caspian se saco las botas sin romper el beso y, se metió en la cama junto a la chica. Ella instantáneamente, subió su pierna a su cadera, dejando expuestos sus muslos. El joven beso su cuello, apretándola mas contra él.
-Creo que ya he entendido el punto mi princesa- susurro sintiendo su mano en el botón de su pantalón.
-Quiero hacer el amor contigo Cas ...por favor ...- les suplico al borde de las lagrimas. El joven la miro a los ojos, esos grandes ojos azules que tanto amaba ¿Como podría negarle alguna vez algo?
El joven asintio con un nudo en la garganta, sintiendo sus propias lagrimas calientes sobre sus mejillas, con cuidado, beso cada lagrimas de la chica mientras, le quitaba el camisón.
Se fueron desnudando poco a poco, sin palabras. Disfrutando del cuerpo del otro, entregándose al acto mas puro que pudiese haber entre dos personas que se amaban. No dejaron de mirarse a los ojos en ningún segundo.
-¿Mi amor?- susurro la chica apoyada en su pecho despues de un tiempo.
-¿Mmm?
-¿Por qué me llamas princesa?
El joven sonrió inconscientemente, acariciando su cabello.
- Cuando era un niño, mi niñera solía contarme cuentos de hadas. En los que el príncipe rescataba a una princesa y, tenían un amor para toda la vida. Tenían su felices para siempre y, yo siempre espere conocer a alguien así. Hasta que llegaste tu mi valiente guerrera. Eras la reina mas hermosa que habia visto, aun así, cuando empecé a hablar contigo comprendí que eras mucho más que una reina bonita, eras la mujer por la cual habia estado esperando toda mi vida. Cuando me separaron de ti, le jure a Aslan que no descansaría un minuto para saber que eras feliz y, me convertiría en un rey del cual pudieras estar orgullosa y, cuando el destino te devolvió a mi, sentí que tenia nuevamente mi oportunidad de vivir nuestro felices para siempre. Así que me aferre a eso, al amor que nos profesábamos y, a nuestro pequeño bebe. Tu eres mucho más de lo que pude haber llegado a soñar, eres mi princesa guerrera, porque estoy seguro de que tendremos nuestro propio cuanto de hadas juntos.
La muchacha sonrió enternecida, mientras una lagrima se deslizaba por su mejilla.
-Entonces tu serás mi príncipe azul.
La mañana los encontró aun abrazados, la muchacha somnolienta se incorporo sobre su pecho, viendo la luz del amanecer brillando en su rostro. Juro que nunca habia estado tan apuesto.
-Buenos dias mi reina
-Buenos dias mi amor, ¿Quieren tomar un baño conmigo y, bajar a desayunar?
A pesar de las protestas de Caspian, la muchacha consiguió lo que quería. Con cuidado, la ayudo a vestirse y, juntos bajaron al comedor. Cuando pasaron las puertas, todos los ojos cayeron en ellos y, a pesar de las creencias de Susan, todo el mundo se levanto de su asiento haciéndoles una reverencia mientras los aplausos y, buenos deseos cubrían el lugar cubrían el lugar. La muchacha se sonrojo y, cubrió su rostro en el pecho de su novio ocultando sus lagrimas.
Sus hermanos se acercaron pronto, abrazándola con cuidado y cariño, mientras lagrimas traicioneras volaban aqui y, allá.
-¿No la has podido mantener en la cama verdad?- inquirió Lucy con una sonrisa.
-Lo he intentado- exclamo rodeándola con sus brazos.
-¿Cuando te has levantado? ¿Has visto al doctor Cornellius?
-Desperté anoche, me siento bien Pet. Tranquilo enserio
-¿Que has estado haciendo desde anoche que no has llamado al doctor Cornellius?- la muchacha levanto una ceja y, el rostro de su hermano cambio- Déjalo, no quiero saber.
-Si, realmente no quieres- respondió la chica sin poder contenerse, sus hormonas estaban algo alborotadas.
Peter miro a Caspian como si quisiera matarlo y, el muchacho solo atino a tapar la boca de su novia antes de que dijera más. Edmund y Lucy, rompieron la tensión riendo del rostro de su hermano mayor.
-No vuelvas a asustarme así jovencita- dijo el gran rey apretujándola nuevamente sobre sus brazos, mientras asesinaba a su cuñado con la mirada.
-Te amo Pet
- Y yo a ti SusiPo
-¿Peter ...?
-Dime
- ¿Me prepararías una pizza?- le suplico con sus grandes ojos azules de perrito, mientras ninguno podía contener la risa. Así era su familia, loca, caótica y algo extraña, pero estaba conformada por las mejores personas del mundo y, atravesarían cualquier desafío que el mundo les quisiera imponer.
Juntos.

Las Crónicas de Narnia: MarcadoWhere stories live. Discover now