Capitulo 12

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La cocina del castillo jamás se vio tan desordenada, como cuando los jóvenes Pevensie se infiltraron en ella. Después de su reconciliación, el pequeño príncipe reclamaba alimento a su madre, por lo que su querido tío se encargo de complacerla, mientras su padre se encargaba de sus deberes en el castillo.
A la hora del desayuno, ambos hermanos estaban cubiertos de harina y, ni falta hace decir las miradas que las señoritas le echaban a la reina por su atuendo, pero ¡Maldita Sea! ¿Quien se pondría esos vestidos de cintura de avispa con un embarazo en proceso? ¡Le daba nauseas de solo pensarlo!
Peter era un estupendo cocinero y, su hermana o mas bien su sobrino se aprovechaba de eso. Tenia los antojos mas raros que habia escuchado en su vida, sin mencionar la completa desorganización horaria que la muchacha traía.
En fin, en Narnia la camaradería se extendía desde tiempos inmemorables, por lo que el rey, desayunaba con sus mas fieles amigos y consejeros. El concejo se conformaba de 12 personas y, los amigos cercanos del rey eran 8, por lo cual, cuando ambos jóvenes entraron riendo y cargando bandejas seguidos de la cocinera y la joven Julliet, que intentaban disuadirlos, todos voltearon a verlos.
-Buenos días- saludaron al unísono tomando sus lugares junto a Caspian, mientras recibían sus respuestas. El joven rey habia sido muy claro al respecto el día anterior, ambos eran reyes y, merecían el mismo trato y respeto que el.
-Te ves realmente encantador esta mañana Peter- murmuro el rey por lo bajo mirando a su hermano.
-Espera tu turno, cuando despierte a las tres de la mañana con antojos de manzanas bañadas en chocolate y crema, es toda tuya-respondió sin inmutarse tomando la extraña comida que traían en el plato de ambos.
-Espero con ansias- murmuro mirando a su amada. Era realmente encantadora con lo que fuera, se veía extrañamente adorable con esas ropas grandes, despeinada y con harina en las mejillas.
-Disculpe el atrevimiento su majestad- inquirió Trumpkin mirando a la muchacha con inquietud - pero, ¿Que se supone exactamente que están comiendo?
Susan rio, sin poder evitarlo, a veces olvidaba lo diferentes que seguían siendo sus mundos.
-Es una comida de nuestro mundo, la llamamos Pizza ¿Quieren probar?- inquirió mostrándole la extraña masa con tomate, queso y ¿Nueces con azúcar?
-Hmm..-murmuro sin querer ser descortés con al muchacha que lo miraba ilusionada.
-¡Oh vamos Su! No querrás que QA odie la pizza por culpa de tus extrañas combinaciones.
-¡Oye!- exclamo al tiempo de que su hermano le pasaba una porción de su propia pizza napolitana.
-Prueba esta- dijo el magnifico ignorándola, mientras Caspian sonreía ante el altercado.
-Majestad esto es magnifico- dijo el enano. Poco después todos estaban probando el extraño platillo de los reyes de antaño, porque ¿Quien puede resistirse a una pizza en el desayuno?
-Cas- lo llamo la muchacha mirándolo con sus grandes ojos azules -¿Tu probaras, cierto?
Sin embargo, antes de que el rey pudiera responder, un mensajero de Calormen pidió una audiencia con el rey, regresándolos a la realidad.
Susan borro su sonrisa y, Peter cuadro los hombros, ambos podían bromear y relajarse, pero ante todo siempre serian reyes de Narnia.
-Hazlo pasar Jeremías- respondió el rey al soldado. Un joven desgarbado entro en la estancia, sus mejillas estaban rojas, sus ropas destrozadas. Lucia como si hubiera atravesado el infierno y, vuelto para contarlo.
-Calormen ha caído.

Las Crónicas de Narnia: MarcadoWhere stories live. Discover now