Capitulo 10

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Era pasada la media noche, cuando la reunión del consejo se dio por finalizada. Tanto Caspian como Peter, estaban completamente agotados. Ambos se dirigieron a sus habitaciones a paso tranquilo, sabiendo que la joven reina no debía de ser molestada, a esas horas. Valla sorpresa se llevarían a la mañana siguiente, al notar que la muchacha no se encontraba en su dormitorio.
Con una leve inclinación de cabeza, ambos se despidieron y, se dispusieron a marcharse a la cama. Peter cayo pronto rendido ante los brazos de Morfeo, sin contemplar la puerta semi abierta de su armario, ni la falta de varias de sus prendas de vestir. Caspian por otro lado, permaneció despierto hasta pasada la madrugada, pensando en la cara de tristeza y, decepción de su amada reina, pero sin poder evitar, soñar con un futuro a su lado, junto a su amado bebe. "Usted debe desposarse" había dicho hacia un par de horas Lord Stein, en su afán de que proporcionara un heredero a la corona ... Que irónica es la vida ¿Verdad? El joven rey no pudo evitar que una sonrisa burlona tirara de sus labios, mientras pensaba en su querido consejo.
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Susan revisaba una y, otra vez los antiguos libros. Se había pasado la mayor parte del día allí encerrada, solo había salido a cambiarse y, tomar algo de comer para su bebe, aunque, el pequeño monstruo, no se lo hacia nada fácil, ya que habia tenido a su pobre madre vomitando constantemente.
Nadie la habia interrumpido, ni se habia molestado en encontrarla, cosa que la alegraba y decepcionaba a la vez, ya que por mas furiosa que estuviera con el joven rey, su comportamiento creaba un gran alboroto en sus sensibles hormonas. Peter solio decirle que se habia transformado en un camaleón humano, nunca sabias cuando sus cambios de humor saldrían a flote.
No supo cuanto tiempo paso entre aquellas hojas tratando de encontrar algo, sin embargo, su pequeño reclamaba su atención arrastrándola ida y, vuelta desde el mundo de los sueños a la realidad en cada una de sus corridas al baño.
-Susan- escucho arrastrado por el viento, en una melódica y profunda voz que reconocería en cualquier lado.
-¿Aslan? - cuestiono esperanzada -¿Donde estas? ¿Has encontrado a mis hermanos?
-Mi niña, no debes confiar en el pájaro de hierro- volvió a escuchar desde las tinieblas- Cuando la luz de luna bese sus labios, el velo caerá.
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Isabella caminaba de un lado al otro totalmente lívida, cuando tropezó de prepo con los dos monarcas.
-¡Oye Bells!- dijo Capian riendo cariñosamente -¡Cuidado por donde caminas!
La muchacha se puso mas pálida mientras los veía, comenzando a tartamudear incoherencias. Ambos jóvenes fruncieron el ceño sin comprender absolutamente nada.
-Tranquila- la consoló el gran rey poniendo fin a su diatriba- cuéntanos lentamente, ¿Que ocurre?
-Su majestad... La Reina Susan-dijo por fin- ha desaparecido.
-¿Que dices?- exclamo Caspian totalmente en pánico tomándola del brazo.
-Madam Rosmerta no habia cambiado la distribución de las damas, por lo que ninguna atendió a sus majestades en su estadía en el castillo. Pero, esta mañana al comprender su error, me ha mandado a buscarla, pero su majestad no se encuentra en su alcoba, su cama esta perfectamente tendida y, no hay rastro de ella en ninguna de las salas acostumbradas por las señoritas.
-¿Que dices?
-Yo.. Caspian...
-Relájense los dos- los interrumpió Peter- Yo se exactamente donde esta mi hermana.
Caspian lo miro con el ceño fruncido, mientras la desesperación creaba un agujero en su interior. No le importaba que Isabella fuera su amiga, ni que fuera el rey de Narnia, si esa muchacha no aparecía en los próximos cinco minutos, estaba seguro de que iba a enloquecer.
Su mente no dejaba de formular mil teorías sobre que podría haber pasado con ella y, su bebe, mientras ambos seguían al magnifico a través de los pasillos.
-Peter- murmuro entre dientes totalmente impaciente. El muchacho se giro, levantando una ceja despreocupadamente, con su típica mirada de "yo se algo que tu no", mientras abría la puerta a sus espaldas.
Su bella dama, se encontraba profundamente dormida, aferrada a uno de los libros de la biblioteca. Caspian creyó, que de ver a un ángel, no se compararía con la belleza de su amada. La muchacha, traía puesta la ropa de su hermano, por algún extraño motivo y, el cabello amarrado en una simple trenza, que ya empezaba a desarmarse dejando libres por su rostro, varios de sus mechones castaños. El joven rey, sintió como poco a poco el alma le regresaba al cuerpo, mientras no podía evitar pensar que la joven, se veía extrañamente adorable con ese inusual vestuario, demasiado grande para su pequeño cuerpo.
Solo Susan pensó.
Isabella por otro lado, miro a la joven totalmente anonadada. No conocía a la muchacha, pero, definitivamente aquel no era el comportamiento que se esperaba de una reina y, menos de una dama. Lo que no pudo evitar notar, fue la leve barriga que se asomaba entre sus ropas.
¡Valla!- Se dijo- Jamás vi un monarca tan extrañamente normal. Mas allá de Caspian, cada rey rebosaba riqueza y, formalidad, sin embargo aquellos chicos se vean extrañamente como eso, simples chicos, pero con algún extraño factor que los hacia únicos y, te impedida sacarles los ojos de encima.
Susan se despertó sobresaltada, al sentir la mano de su hermano, sacudiéndole el hombro. "Solo un minuto", bufo su inconsciente.
-¿Mala noche? - cuestiono besando su frente. La muchacha asintió adormilada, recordando vagamente que estaba enfadada tanto con su hermano, como con el muchacho parado en la puerta.
-Te han estado buscando- continuo mirando a Isabella- Casi les das un infarto a tus pobres damas.
-Lo siento- murmuro, frotándose el sueño de los ojos- Se me ha pasado la hora.
Isabella sonrió algo nerviosa, sintiendo que no debía estar presenciando aquella escena. Con rapidez, se excuso para informar a madam Rosmerta de que la habían encontrado.
-¿Sigues enfadada con nosotros? - inquirió el joven rey, acercándose a los hermanos, cuando se encontraron los tres solos. Susan no respondió, solo se limito a fulminarlos con la mirada a ambos.
-Lo lamento mi reina- dijo besando su mano- pero, debes comprender que si les pasara algo moriría. No se trata de la corona o el futuro de Narnia, tu mi bella dama, eres mi mayor debilidad y con este pequeño aqui- acaricio tiernamente su estomago- ambos son vulnerables. Solo hace falta un golpe brusco y, los podría perder a ambos.
-Tienes un embarazo delicado Su- dijo su hermano uniéndose al muchacho- hay que tener cuidado.
- Lo se- dijo por fin, poniendo su mano junto a la de Caspian en su vientre- pero, deben comprender que gamas pondría en peligro a Rillian. Soy su madre y, por mas que el este creciendo en mi interior en este momento, mis pensamientos no son obsoletos. Estamos a solo unos pasos de entrar en una guerra, nada fue coincidencia y, aunque estén en desacuerdo con mi participación, soy una reina de Narnia y, como tal, mi nación se antepone a mi persona. Fue un error dejar a Lucy y Edmund a la deriva y, no porque sean incapaces de manejarse solos, sino porque ante una amenaza desconocida debemos permanecer unidos, ya que solos, cada uno de nosotros es vulnerable.
-Jamás volveré a subestimarte- dijo el muchacho arrodillándose frente a ella- tienes mi palabra mi reina, no volverá a ocurrir.
La muchacha sonrió enternecida acariciando su rostro- Te amo mi rey- susurro besando su mejilla.
-Y yo a vosotros- respondió el joven besando su estomago.
-En fin, basta de cursilerías- dijo Peter haciéndose notar- ya tengo hambre.
Ambos rieron poniéndose de pie, Susan no tenia ni idea de que hora era, pero su precioso bebe estaba ansioso por obtener comida.
-Creo que tu sobrino podría estar muy de acuerdo contigo- dijo acariciando tiernamente su vientre- se ha comportado completamente errático con la comida desde ayer, creo que solo quería que su tío Peter regresara a cocinarle.
Caspian levanto una ceja sin quitarle los ojos de encima.
-¿No has comido nada desde el desayuno de ayer?- cuestiono algo enfadado.
-Lo he intentado- respondió quitándole importancia- pero, Rillian se niega a querer que algo permanezca en mi estomago.
-¿Rillian? - inquirió al escuchar por segunda vez aquel nombre de sus labios.
-Mi hermana, esta completamente segura de que es un niño- respondió Peter con una media sonrisa. Caspian la miro embobado, olvidándose momentáneamente de sus quejas ante su falta de apetito.
Tiempos difíciles se avecinabas, sin embargo, al encontrarse allí con parte de su familia, pudo estar seguro de que no importaba a que se enfrentaran, lo resolverían juntos.
-Es perfecto- dijo con una sonrisa besando sus labios.

Las Crónicas de Narnia: MarcadoWhere stories live. Discover now