Capitulo 27

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Hora de confesar.
No habia sido totalmente honesta con Caspian. Su hermano la miro cuando llegaron a la parte del relato de su agresor y, la joven reina transito la charla sin mencionar el incidente. Luego, le pidió matrimonio y, una cosa llevo a la otra. Lo amaba, pero, se sentía condenadamente sucia por lo ocurrido. Sus hormonas habian tomado el control de la situación, aun así, ella no era digna de su afecto. No despues de que aquel sujeto la habia tocado. No cuando la habia transportado a una de las noches mas oscuras de su vida. Sus besos eran a la vez un bálsamo y un castigo para su corazón herido.
Susan jugueteo una vez mas con el anillo en sus manos, habia tomado la decisión incorrecta. No podía casarse con el ahora, no así. No podía portar el anillo de su madre despues de lo que habia echo, lo que habia permitido. No despues de que habia puesto a Rillian en peligro.
Lentamente, dejo su cuerpo deslizarse por la pared junto al balcón, mientras las lagrimas no paraban de llegar y, llegar. Edmund se habia dormido tiempo atrás, Susan sabia que tenían una charla pendiente, pero su hermanito cayo en los brazos de Morfeo mientras, ella terminaba de darse un baño.
Recordó el plan de Tumnus, mientras su corazón no dejaba de bombear rítmicamente la sangre a sus oídos.
Uno debe ir al oeste a la tierra de los gigantes y, recuperar el artefacto maldito, habia dicho. Según les habia explicado, existía una vieja leyenda Narniana. En tiempos de antaño, cuando la gran bruja blanca habia aparecido, un grupo de otras brujas arribo junto a ellas. Juntas, desmembraron la estructura del pueblo Narniano, sumiéndolo todo bajo un cruel invierno. Todas eran sus seguidoras, sus hermanas, aun así, Jadis se encargo de aniquilar a todas, sin contar, que los gigantes robarían la única arma capas de hacerle frente de esas muchachas. La lanza de fuego.
-¿Su?- murmuro Edmund desde la puerta, frotándose los ojos- ¿Te encuentras bien?
La muchacha asintio, mientras su hermano se dejaba caer a su lado sin gracia.
-¿Quieres hablar de eso?- inquirió mirándola a los ojos- ¿O quizás de tu nuevo anillo?
Susan cerro la mano sobre el pequeño objeto y, miro a su hermano. Ambos tenían una relación muy especial, un extraño vinculo que les permitía saber lo que al otro le pasaba, sin palabras.
-¿Que fue lo que paso en castillo, Susan?
La joven sintió la calidez de la mano de su hermano sobre la suya y, sintió como nuevamente sus ojos se humedecían. Edmund habia estado alli con ella la primera vez, sabia lo traumática que habia sido esa noche para ella y, parecía saber lo traumático que habia sido revivirlo, noches atrás.
-Yo ... no pude hacer nada. A pesar de haber entrenado y, entrenado, no pude evitar que volviera a ocurrir y, ahora con Rillian ... yo solo ...
-Esta bien- dijo su mano colocando su mano sobre su hombro- ambos están bien Su
-Aun así, me siento tan sucia ... y Caspian esta a mi lado todo el tiempo, no lo merezco. No despues de que ese sujeto me haya tocado, mi cuerpo se ve como una maldita pintura rota ¡Maldición, incluso mi estomago tiene marcada las manos de ese bastardo! ... No tolero si quiera verme al espejo
-¡Oye!¡Oye! ... ¡Tranquila! ... No estas rota, ni sucia. Ese bastardo que cree que aprovecharse de mujeres esta bien es el que lo esta, no tu.
-Pero..
-No ha sido tu culpa Susan ¿O acaso tu lo buscaste? ¡Claro que no! Mira tu cuerpo, es evidencia suficiente de que luchaste. No has hecho nada malo ¿ De acuerdo?
La joven apoyo su cabeza sobre su hombro mientras las lagrimas seguian deslizandose por su mejilla. El clima era realmente devastador, a pesar de las gruesas capas de ropa, su cuerpo tiritaba como una hoja.
- No va a seguir queriéndome cuando lo sepa Ed, ya es suficiente la presión por el bebe, si esto se divulga ...
El muchacho rio mientras sacudía la cabeza - ¡Ven! ... vallamos por chocolate caliente, creo que el frio empieza a afectar tu cerebro.
Ambos caminaron por los pasillos en silencio, rezando a Aslan por  no toparse a  nadie con esas fachas. Edmund no estaba bromeando, la arrastro por varios pasillos oscuros hasta llegar a la cocina. Todo estaba inquietantemente desolado, como si el pueblo narmiano estuviera sumido en un sueño eterno. Susan estaba inquieta, presentía que algo no estaba bien.
Ambos se acercaban al gran salón, cuando un extraño zumbido penetro en su mente. Intrigada, se separo de su hermano caminando a un pasillo oscuro. Lo que vio alli, marcaria cada una de sus pesadillas hasta el día de su muerte. En el medio del corredor, dos cuerpos colgaban precariamente de un par de sogas rodeados de insectos. La muchacha permaneció estática viendo sus cuerpos rotos, mientras una grotesca sonrisa se formaba en sus rostros. Como diabólicas marionetas devueltas a la vida.
-Tu bebe nunca estará a salvo cariño- chillaron con una voz rasposa de ultratumba. Susan dio un paso atrás apresuradamente, cayendo sobre su hermano, mientras sus cuerdas vocales se destrozaban con sus gritos, hasta que todo se volvió negro.
Caspian despertó con un sobre salto a causa de los atronadores golpes en la puerta de su recamara. Mathew estaba al otro lado, blanco como un papel.  La gente iba y, venia por los pasillos, atolondradamente.
-¿Qué diablos esta ocurriendo?
-Tenemos una situación majestad- respondió- sera mejor que me acompañe.
Caspian y Peter, llegaron al pasillo prácticamente al mismo tiempo. Lo que antes habia sido un corredor desolado, se habia transformado en un mar de gente con rostros horrorizados.  Sus súbditos les abrieron el paso, despejando el camino hacia sus hermanos. Susan estaba inconsciente en los brazos de Edmund, quien tenia su rostro enterrado en su cuello y, se balanceaba de un lado al otro.
Cuando el muchacho miro hacia arriba, se helo su sangre mientras, que una furia destructiva llenaba todos sus poros. Estaba tan enfrascado en su mundo que no comprendió hasta que fue demasiado tarde, que habia otra persona a sus espaldas. Los gritos desgarradores de su hermana menor rompieron su burbuja y, su corazón, mientras la veía caer tironeando su cabello.
Rápidamente la atrajo hacia el, obligándola  a ocultar su rostro en su camisa para protegerla de la escena ante sus ojos, mientras la niña seguía llorando a todo pulmón  y, golpeando su pecho en un intento de  alejarlo.
-Saca a Lucy de aquí- le dijo firmemente al señor Tumnus depositando a la histérica niña en sus brazos- no permitas que vuelva a mirar.
Con paso firme, se acerco al resto de sus hermanos. Caspian estaba estático en su lugar, junto a Susan y Edmund, sin salir del asombro de la escena creada por la niña. La joven Lucy era una persona muy valiente, sin embargo, aquella noche algo se habia destrozado en su interior para siempre.
El olor en el lugar era espantoso, sin contar con el incesante zumbido de las moscas. Alguien había logrado colarse en el castillo.
Con delicadeza, Peter logro que Edmund soltara a su hermana.
-Peter- croo el menor de los hermanos Pevensie con los ojos abnegados en lagrimas
-Esta bien Ed- respondió- estoy aquí.
Caspian tomo a la muchacha en sus brazos, la pobre estaba tan blanca como el papel.
-Encárgate de esto-  le indico a Buscatrufas, uno de sus mas fieles y confiables consejeros.
-Peter … ellos- volvió a escuchar a su hermano tartamudear a su lado.
-Lo se Ed, lo se- respondió su hermano mayor mientras lo ayudaba a salir de allí, sin poder evitar contemplar una vez mas la escena a sus espaldas. Sin poder evitar contemplar una vez mas a sus padres mientras, su corazón se estrujaba.

Las Crónicas de Narnia: MarcadoWhere stories live. Discover now