Extra uno: KT, el escritor y sus escritos.

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     Entré por primera vez al despacho que me pertenecía en la casa, ya que desde que había llegado al departamento si bien me había dado curiosidad por ver cómo era por dentro, no había entrado.

     Mi primera impresión al entrar fue enriquecedora. En las paredes beige estaban grandes repisas con libros, había un juego de sillones muy agradable color mostaza con mesita en medio, un gran ventanal inspirador, alfombra café, pero el principal punto ahí era el bonito escritorio de madera cerca de ella.

     Tenía unas cuantas hojas de cierta manera acomodados regados en ella, carpetas, tres libretas forradas de cuero con diferentes tamaños, varios bolígrafos y por supuesto la computadora de escritorio.

     Me senté en la silla giratoria. Era muy cómoda cuando me recline contra ella. Pase mi mano por el teclado para después, curioso tomar una de las carpetas más cercanas.

     Era un manuscrito, la primera página marcaba ser la número ciento cuarenta y dos, no tenía título, ni siquiera el nombre del capítulo (dando a entender que era como un fragmento de alguno), pero 'KT' se remarcaba como el autor de igual manera en el pie de página.

     Ansioso, pues ese era mi seudónimo, comencé a leer dichos párrafos.

     "Entonces, gemí de anhelo cuando sentí el deseo de ambos restregarse contra mí, uno a mi espalda y el otro en mi estómago. Sollocé en modo de súplica, los quería ya tenerlos dentro de m..."

     Tiré las hojas a mil metros lejos de mí como si fueran lava.

     Aunque literalmente lo eran.

     Mi rostro se sentía hirviendo. De pronto en la habitación faltaba el aire, y a mi garganta agua.

     ¿Q-Qué demonios acababa de leer?

     —Taetae, ¿dónde estás?

     La voz de Jimin se escuchó en el pasillo. En cuestión de segundos ya había abierto la puerta y entrado.

     Lo observé con ojos yacían exaltados y con la sangre fluyendo por mis venas a toda velocidad.

     Jimin me quedo viendo extrañado y le vi la intención de preguntarme sobre que era lo que había sucedido ante mi aspecto de pánico, como si me hubieran atrapado con las manos entre la masa. Pero cuando el pelinaranja vio al suelo, a las hojas desparramadas, y a mis mejillas hasta las orejas teñidas de un rojo pasión, se quedó mudo.

     Y nos quedamos viendo. Yo cada vez más nervioso ante su silencio.

     —¿Qué pasa? ¿Lo encontraste? —Hoseok ingresó detrás de él.

     —Sí... Tae encontró sus escritos —avisó el pelinaranja rascando su nariz.

     Hoseok pareció divertido, viendo las hojas en el piso. —Uh-uh.

     —¿P-Porque...

     Ambos sonrieron ante el nerviosismo en mis movimientos. Trague saliva.

     —¿Por qué escribo ese... tipo de cosas?

     —Bueno —la sonrisa de Jimin creció—, eso es porque escribes novelas eróticas.

     ¿Qué escribo qué?

     —Y veo que te gusta, ¿no?

     ¿Eh?

     Hoseok también ladeo la cabeza no comprendiendo a que se refería el pelinaranja por lo que disparó miradas entre Jimin y yo, pero finalmente su vista se detuvo en la parte inferior de mi cuerpo. No sabía que era lo que tanto miraba así que cuando seguí su mirada y lo descubrí, casi me desmayo de vergüenza ahí mismo.

     Más apánicado que nunca, con mis manos intente cubrir mi entrepierna.

     ¡La maldita cosa se había levantado!

     ¡Abajo, Fifi!

     Hoseok silbó. —Pero mira que tenemos aquí.

     —Un niño travieso —Jimin sonrió.

     Pero su sonrisa parecía incitar a muchas cosas... no muy inocentes que digamos.

     —Ven aquí, Tae.

     —Nosotros vamos a cuidar de ti.

     Mi mente hizo cortocircuito cuando el pelinaranja se posó tras de mí y Hoseok enfrente.

     Uh, dios bendito, sí. Digo, no.

     —Deténganse —Yoongi interrumpió desde el marco de la puerta.

     No supe si sentirme agradecido o enojado cuando aquellos dos dejaron de aprensarme.

     Ellos empezaron como a discutir, la verdad no les preste mucha atención, yo seguía abismado en mi excitación que crecía al ver sus expresiones serias. ¡Pero es que eren sexys, perdóname! Y recordar lo que había leído no me ayudaba... Demonios, debía de salir de ahí. Así que viendo que para ellos estaba en ese momento en segundo plano (cosa que me molesto un poco... sólo un poquito, pero ¡Perdón! Me gusta la atención), no lo pensé mucho y salí corriendo al baño.

     Aquellos no me siguieron. Y pude respirar tranquilo una vez me desparramé contra el frio piso del baño. Una vez me calmé un poco, decidí tomarme una ducha porque me sentía caliente por todos lados y sobretodo... por eso.

     Estuve al chorro helado en la ducha por minutos, pero la maldita cosa no se bajaba.

     Me sentí frustrado, era casi doloroso amigos. Y cuando me avente a pasar mi mano de manera superficial ahí un jadeo se me escapó.

     Uff, se sentía bien.

     —¿Taetae? —Seokjin tocó la puerta.

     Me asuste tanto que salte, y por ende me resbale por el jabón que aún no había enjaguado de mi cuerpo, intente sostenerme de las cortinas, pero me las traje conmigo cuando mi espalda impacto con un sonido sordo al suelo.

     —¡Taehyung!

     Seokjin entro de golpe al baño.

     Y yo... con la imagen más graciosa de mi vida, o eso creo. Con champú aun en el cabello, la cortina enredada de una extraña manera en mí, que yacía desparramado en el piso con la regadera pegándome en la cara puesto que seguía abierta.

     Muerto del miedo, sin importarle que su traje se mojara, Seokjin me auxilió. —¡Taehyung!

     Creo que me di muy fuerte en la cabeza porque de un momento a otro en vez de ver al peliverde comencé a visualizar a un niño muy bien parecido que me miraba con preocupación.

     —¡Taehyung! Te dije que te caerías de ahí, ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo?

     Como si presenciara una película, me miré a mí mismo, pero... con cinco años dándole un puchero al niño mayor.

     Este niño se parece a Seokjin...

     Y como si lo hubiera intuido, en un parpadeo el dicho niño se desvaneció dejando al Jin actual, quien me quitaba el jabón de la cara buscando heridas.

      Me lo quedé embobado viéndolo, y segundos después fruncí el ceño. Espera un momento, ¿eso fue un recuerdo?


¿No me recuerdas? || VharemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora