Día 20, semana 3.

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     Al día siguiente no me contuve a abordarlo con preguntas una vez la terapia terminó y me acostó de regreso a mi camilla.

     —¿Dónde nos conocimos?

     —En la escuela elemental. Tenías nueve años mientras yo siete, ibas en tercero y yo acababa de entrar —comentó—. Unos chicos de sexto me encerraron en la bodega, tú pasabas por ahí y escuchaste pidiendo ayuda, luego me ayudaste a salir. Así es como nos conocimos.

     —¿Te molestaban?

     No me imaginaba a alguien haciéndole bullying a Jungkook.

     —Sí. Hasta que llegaste tú, Taehyung.

     Mis entrañas se apretaron.

     «Agh, basta por favor» pedí sintiendo mis orejas calentarse.

     Porque fuera de la apariencia inexpresiva de Jungkook, él era alguien realmente tierno... O mejor dicho ¿Cursi? ¿Pasional? No sabía cómo decirlo. No era cariñoso, pero lo demostraba de una manera muy directa y sincera con palabras y pequeñas muestras que con sólo verlo lo decían todo.

     Él me quería. Lo veía en sus ojos. Tenía esa mirada como la que me dedico Jin cuando me dijo que a pasar de que era un desconocido para mí, él estaba seguro de que me amaba; O la manera que me observó Jimin cuando me confesó que se perdería así mismo si algo me hubiera pasado.

     Y yo me sentía como la mierda por ser a quien le dedicaban esa mirada. Esa que estaba llena de amor, de entrega.

     Pero yo... para mí ellos ahora eran desconocidos. ¿Podré amarlos de nuevo?

     «Quiero hacerlo. Quiero recordar».

     Aunque, ¿Si quiera antes los amaba? ¿Qué pasa si sólo estaba jugando con todos ellos? ¿Me odiarán cuando se enteren de todo? ¿Debería huir? ¿Debería escoger a uno y terminar a los demás mientras puedo? Pero ¿qué pasa si escojo a uno y luego vuelvan mis recuerdos y resulta que él no era el indicado?

     «Debo dejar de pensar» me dije, como un dolor en forma de aguijón golpeaba mi cabeza.

     Pero si ellos se enteran o no de mi infidelidad, yo no podré seguir manteniendo está vida de salir con cuatro hombres al mismo tiempo.

     «Cosa que no suena mal- ¡Fidelidad, Taehyung! ¡Fidelidad!» me interrumpí en mis propios pensamientos.

     «Pero es que el que no es zorra no disfrut- ¡Fidelidad, coño!».

     Suspiré, tomando mi libreta y esperando que Jungkook no notará mis debates mentales.

     —¿Qué hice yo? —pregunté mordiéndome los labios.

     —Aparecer.

     «Aww. Si en este momento me pide matrimonio no dudaré en decirle que sí» pensé y le sonreí enormemente con mis mejillas sonrojadas. «Bueno... antes de que me trinchen por infiel y sus ojos me miren con repulsión o otra cosa que no sea amor... disfrutaré lo que queda y seré el novio que ellos dicen que soy» decidí.

     —¿Te gustaron las flores? —preguntó el pelinegro de la nada.

     «¿Mm?».

     Seguí su línea de visión y me topé con el arreglo floral que ha permanecido como la primera vez que lo vi. Reluciente. Cabe decir que el ramo de rosas que me envió Jimin ya había sido desechado pues se había marchitado. Por lo que aquellas flores eran las únicas ahí.

     «É-Él... ¿Él las envío?».

     Escribí con rapidez. —¿Tú las enviaste?

     Él asintió.

     Me quedé estático. Todo este tiempo había pensado que eran de parte de Seokjin.

     Como si fuera un flash recordé que hace unos días la enfermera había hablado de más, revelándome que las flores las mandaban a cambiar; también que ella no me contestó cuando le pregunte sobre quien las enviaba. Sus palabras de antier resonaron en mi mente: "Ha sido un placer cuidar del joven Kim y trabajar para usted, señor Jeon".

     «Claro» pensé encajando todo. «Por eso lo trataba con tanto respeto. Ella lo conocía. Ella... lo supo desde el principio».

     Sentí caer un balde de agua fría sobre mí. «¿Q-Qué es lo que ella debe estar pensando de mí? De seguro de que soy un cualquiera...».

     —Entonces, ¿Te gustaron? —Jungkook me miró sumamente expectante.

     Yo asentí torpemente con un movimiento de cabeza.

     —Son tus favoritas.

     Observé las flores. Era cierto que me parecían hermosas, sobre todo las pequeñitas de color azul.

     —¿De verdad? —curioseé.

     —Te encanta el lenguaje de flores. Por eso creí que cuando despertarás y lo vieras lo entenderías —dijo, sin embargo, a pesar de que habló en un tono neutro sentí su dolor en mi pecho—. Pero vi que no resultó.

     —Minha me dijo el significado de ellas. Al parecer a ella también le gusta el lenguaje de flores —garabateé en una hoja blanca, tratando de quitar esa mirada opaca en sus ojos—. Fue muy lindo, gracias.

     Y mi cometido funcionó. Una sonrisa curvó sus pequeños labios.

     —Ya veo. Con ellas quería que supieras que a pesar de que no estaba físicamente aquí, yo estaba viendo por ti.

     —¿Viendo por mí?

     —Cuando me enteré de tu accidente no pude venir inmediatamente, lo lamento —se disculpó. Y me miró tan intensamente que creí por un momento que me iba a derretir aquí acostado—. Tuve que hacer cargo de unos asuntos antes de venir aquí. Pero aun así me encargue rápidamente que tuvieras la mejor atención médica.

    Se veía tan apenado que le sonreí y decidí burlarme un poco de él.

     —¿Me estás diciendo que estoy en el mejor hospital del país o algo así? —bromeé.

    —Eso mismo, Taehyung.

    Abrí los ojos como platos y parpadeé perplejo.

     —¿Eres millonario?

     La sonrisa en su rostro no desapareció.

     —Yo no.




•••

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¿No me recuerdas? || VharemWhere stories live. Discover now