Día 21, semana 3.

3.5K 557 102
                                    

     Desde la ventana de la habitación se podría vislumbrar que el cielo está nublado. Incluso la habitación de sentía más fría. Pasé mis manos por mis brazos y le sonreí a Jungkook cuando éste me arropó con una cobija.

     —¿Cuánto llevamos como novios?

     Casi temí la respuesta.

     —Tres años.

     «¡Ugh! Mejor... mejor ya ni digo nada» me dije a mi mismo.

    —¿Cómo me pediste que fuera tu novio?

     Jungkook me miró fijamente un momento antes de contestarme. —Sentí curiosidad por ti cuando te vi por primera vez.

     «¿Era un emo, un friki o algo? ¿Era callado o parlanchín?» me pregunté, pero luego retuve mi tren de pensamientos. «Espera un momento. Yo soy mudo...» me hice facepalm mental. «Es que soy estúpido».

     —¿La vez que quedaste encerrado?

     Él asintió. —No te había visto antes de eso, ni tú tampoco, pero luego de eso, te veía en todos lados.

     —¿Entonces nos hicimos cercanos?

     —Yo era tu sombra, Taehyung. A cualquier lado que ibas, iba yo.

     Sonreí ante la escena en mi cabeza de un adolescente Jungkook detrás de mí.

     —Mi madre cuenta que cuando saliste de la escuela elemental y entraste a la primaria yo entré en un estado de depresión.

     Abrí los ojos sorprendido. Uno, porque era primera vez que hablaba demasiado, y dos, por su declaración.

     —¿Por qué?

     —Porque yo creía que no iba a seguir viéndote. Pero tú prometiste que seguiríamos viéndonos. Y así fue. Todos los fines de semana iba a tu casa y viceversa. De ahí que tus padres me conocen y tú a los míos —relató con su rostro neutro.

     —Eso es tierno.

     —Luego entraste a la High School y temí realmente no verte más, porque yo aún entraba a la primaria, pero seguiste tu promesa... —las comisuras de sus labios se estiraron un poco hacia arriba—. Después entraste a la universidad y yo aún a la High School. Me aferré a ti con fuerza. No quería dejarte ir. Para cuando te graduaste, yo apenas entraba a la universidad. Y cuando sucedió lo de tus padres... —su mirada se endureció—. Te fuiste a vivir conmigo ya que me mudé a un departamento cerca de mi universidad.

     «Oh...».

     No sabía exactamente qué decir. Aquello era intenso.

     —Gracias a ti soy abogado —agregó.

     Mis ojos brillaron.

    —¿De verdad? —le cuestioné emocionado.

     Él asintió con un movimiento de cabeza.

     —Me animaste cuando los demás me daban el pésame.

     Fruncí el ceño. —¿El pésame?

     —Muchos le huyen a derecho.

     Asentí a modo de compresión. Una laguna de silencio se formó, donde sólo nos mirábamos.

     —Taehyung, yo... No podré venir en unos días a partir de mañana.

     «¿Qué?».

     —¿Por qué?

     Él suspiró y se desabrochó un poco más la corbata. Se veía algo... ¿estresado?

     —Hay un caso complicado que tengo que resolver.

     —¿De tu trabajo?

     Jungkook asintió.

     —Tengo que ganarlo. Mi cliente es acusado de homicidio.

     «Uy».

     —Entiendo.

     —Estaré tan pronto como pueda.

     —No te preocupes estaré bien.

     Le sonreí, ocultando que en cierta manera si me afectaba no verlo más por aquí.

     «¿Estaré solo ahora no?».

     —Bien.

     Silencio de nuevo.

     Tomé mi bolígrafo con manos temblorosas cuando me dispuse a escribir aquello que anduvo picando mi cabeza todo el día.

     «Diosito échame tu bendición» pedí cuando le tendí la libreta a Jungkook para que leyera lo escrito.

     —¿Puedes hablarme de Seokjin?

     Si conocía a mis padres y era mi mejor amigo de la infancia, según me relataba, yo daba por hecho que él conocía a Jin.

     —¿Te hablé del caso?

     El pelinegro me miró fijamente y con seriedad.

     «¿Mm?».

     Lo miré con confusión. Y él, mostró una expresión lejos de la estoica que regularmente ponía. Sus ojos se abrieron un poco más de lo normal y sus labios se abrieron repetidas veces hasta formase una línea. De manera abrupta se levantó de su asiento y tomó sus cosas. Si bien se recuperó rápidamente, yo claramente vi su rostro asustado.

     —Tengo que irme.

     «¿Q-Qué? ¡Espera!» parpadee saliendo de mi desconcierto.

     —Me haré cargo que seas bien atendido en mi ausencia. Volveré lo más pronto posible —habló con rapidez caminando a zancadas hacia la puerta.

     Intenté hablar para detenerle, pero sólo un sonido estrangulado y desesperado salió de mí.

     Dándome la espalda, Jungkook se detuvo en la puerta y dijo:

     —Te quiero.

     Y se marchó.

¿No me recuerdas? || VharemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora