Día 12, semana 2.

3.7K 598 33
                                    

     Cada vez que veía el arreglo floral cientos de preguntas me invadían.

     "¿No se marchitan?" le había preguntado una vez a la enfermera. "Claro que sí. Las mandan a cambiar para que siempre estén frescas" me respondió ella con simpleza. "¿Las mandan a cambiar? ¿Quien? ¿Seokjin? ¿Lo has visto?" le pregunté curioso. Ella al leer lo que había preguntado, abrió los ojos como platos y dijo: "Deberías descansar" y después salió apresuradamente de la habitación. Al parecer ella habló de más y aquello era algo que no debería saber.

     «Pero ¿Por qué? ¿no era Seokjin quien las trajo? ¿O es que acaso... está mal hablar de Jin? Bueno, considerando que ella conoció a Jin y ahora me veía con Jimin... debería tacharme como un infiel. Y yo mismo estaba comenzando a tacharme. ¿En qué diablos estaba metido?»

     —¿Necesitas algo? —la voz de Jimin me regresó al presente.

     El pelinaranja hace pocos minutos había llegado. Y se veía tan bien como siempre con aquella chaqueta.

     Por la terapia, el horario de visitas se aplazaba. Mis padres también ya habían llegado, pero fueron por un café. Aunque yo comenzaba a notar que cuando Jimin llegaba, ellos se iban. Y cuando estábamos todos en una habitación, el ambiente era extraño.

     —No, gracias —le escribí.

     Jimin al igual que Seokjin, eran atentos. La única diferencia es que Jin nunca paso de entrelazar nuestros dedos, todo un caballero, en cambio Jimin no desaprovechaba la oportunidad para abrazarme y acariciarme.

     Aunque debía decir que no me molestaba.

     «¡Pero Jin!» me reprendí.

     Hoy tampoco Seokjin se había aparecido; aunque en realidad no tenía pensado que hacer cuando lo hiciera...

     "¡Hola Jin! ¿Qué tal? ¿Puedes creer que llegó otro chico diciendo que también es mi novio? Sí, ¿loco no?" sin duda eso no sonaba bien.

     «Dios ayúdame» suspiré. Debería resolver mis dudad por mí mismo y descubrir si realmente era un infiel.

     Observé a Jimin acercar una silla a mi camilla para luego tomar asiento. Tomé mi libreta.

     —¿Cuándo nos conocimos?

     —En el último año de la High School. Ambos teníamos dieciocho.

     —¿Somos de la misma edad?

     —Sí. Soy mayor que tú por dos meses. De octubre para ser más precisos.

     —¿Y cómo nos conocimos? ¿estábamos en la misma clase o algo? —le interrogué más que curioso.

     —En realidad, no estudiábamos en el mismo instituto. Nos conocimos en un evento de carreras clandestinas.

     «¿Qué?».

     —Te veías como un gatito perdido en ese lugar que fue imposible no mirarte —siguió diciendo Jimin sonriendo—. Tuve que obtener tu número, no lo conseguí a la primera, pero seguiste yendo. Cada vez que hablaba contigo despertabas aún más mi interés porque eras muy diferente a los chicos de tu clase.

     «¿Los chicos de mi clase?».

     Él pareció haberme leído el pensamiento porque me explicó:

     —Taehyung, prácticamente eres hijo de celebridades y, sin embargo, no supe que lo eras hasta que tus padres aparecieron pagando la fianza cuando los dos quedamos arrestados por ir a carreras de autos callejeras.

     «Espera un momento. ¿Fui arrestado?».

     No sabía ni que decir. Moría por saber qué tipo de persona era antes del accidente.

     Pero, por otro lado, analizando lo que dijo Jimin. Sabía que mis padres eran modelos, y pensándolo bien ahora... siempre vestían bien. Había visto a Jin con hermosos trajes a medida, pero nunca le había puesto atención que esos trajes podrían costar miles.

     —¿Yo vestía igual que ellos?

     —Y aunque no lo hicieras, te vez bien con cualquier cosa que te pongas, cariño.

     Le sonreí con timidez. El coqueteo descarado del pelinaranja de una extraña manera hacia que mi lado tímido saliera a flote.

     —Pero, ¿si me visto como ellos?

     —Usualmente cuando estas en mi recamara no llevas ropa así que...

     Con rapidez le lancé al pecho el lapicero que tenía en la mano. La carcajada acalorada que dio Jimin me hizo sonreír al final.

     Luego de calmar su risa, él me miró. —Te sigues sonrojando como siempre —comentó.

     Sus ojos estaban brillosos. Quería pensar que era a causa de la risa y no lágrimas. Pues esta vez en sus palabras no había coqueteo, estaban teñidas de nostalgia.

     —Me alegra saber que estas bien, cariño.

     Expectante le observé cuando con calma él se levantó de su asiento para acercarse a mí. Me transmitió su ternura al momento en que acarició mis cabellos antes de agacharse y besar mi frente.

     —Me... me hubiera perdido a mí mismo si algo te hubiera pasado —susurró, aun con sus labios a centímetros de mi frente.

     Sentí mi corazón apretarse alescuchar la sinceridad de sus palabras, y pensé: «¿Por qué no me muestras más esta parte dulce de ti Park Jimin?».

¿No me recuerdas? || VharemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora