Mientras me encuentro sentada en el comedor, donde después de cada entrenamiento, tomamos nuestro "desayuno", porque es justo antes del amanecer, y hacemos el recuento de nuestros golpes. Me alegra confirmar que no tengo nada roto, porque ya no son simples golpes, son verdaderos puñetazos en toda regla los que intercambiamos. Al inicio se trataba de resistencia y esquivar, ahora debemos realmente apuntar a nuestros rivales.

―Siento que Mihan será un pequeño ninja.

―Aprendo del mejor. ―Le doy una sonrisa que es toda dientes a Karam, que se ha autonombrado mi sensei.

He escuchado un poco de las historias de cada uno e incluso se han incluido algunos guardias que se tomaban un descanso, aunque por ahora somos pocos, varios llegan y otros se van. Una cosa extraña. Otra cosa de notar es la llegada de varios humanos, que, dicho por los guardias, fueron rescatados por el grupo de militares que custodian el lugar durante el día. No sé exactamente el número, pero ha ido en aumento, por lo que también se nos tiene restringido movernos a ciertas áreas.

―Aunque aún le falta ―Berk me da un pulgar arriba―, pero nada mal.

―Pueden bromear, pero es rápida. ―Karam sacude la cabeza―. Y hablando de rapidez, estoy ansioso por tener otra competencia como ese chico albino.

Dudo que él sea albino realmente, pero es como ellos lo llaman, a ambos en realidad.

―No tendrás que esperar mucho ―nos recuerda Asim―. Una semana. No sé si estoy preparado.

Contrario a las acostumbradas burlas, todos parecen pensar lo mismo.

―Hay que admitir que nos supera por mucho y debemos evitar quedar en ridículo. Recuerden que ese es parte de nuestro boleto.

―Les doblas el tamaño, bien podrías caer sobre ellos ―bromea Bek, golpeando la espalda de Karam.

―¿Qué creen que pase? ―pregunto mirando alrededor de la mesa. Me intriga saber que ha pasado, porque las cosas se han adelantado.

―Seguro nos patearan el trasero, creo que el otro tipo es mucho más rápido.

―Apoyo eso. ―Bek luce bastante salvaje―. Especialmente por su cara de autosuficiencia. No me gusta nada.

―Me refería a el mundo ―aclaro―. ¿Creen que continúen los ataques?

Sus expresiones decaen y casi me arrepiento por tocar el tema.

―Soy de los que prefiere no pensar mucho en eso ―admite Karam―. Soy huérfano, así que en realidad no estoy perdiendo nada, pero no deja de ser jodido que mucho de lo que conocimos ya no exista.

―Eso es verdad. ―Bek se frota la nuca, antes de beber lo último de sangre de su vaso―. Hace unos años solo pensaba en que chica podía llevarme a la cama, sin ofender.

―Ningún problema. ―Agito una mano, restándole importancia. Ya que, al estar rodeada de hombres, he tenido que escuchar algunas anécdotas de sus amoríos.

Y dicen que nosotras nos contamos todo, ellos no se quedan atrás.

―¿Y ahora? ―Bek señala alrededor―. Ni siquiera sé si habrá algo que defender. Vi lo que ocurrió en el continente americano, es demasiado jodido.

―Véanlo por el lado positivo ―Asim sonríe―. Somos inmunes a la radiación. No moriremos fácilmente.

―Eres un idiota y el más viejo de todos nosotros. ―Bek se inclina sobre la mesa, entrecerrando los ojos hacia Asim―. ¿Por qué justo ahora quieres ser guardia?

―¿Sabes de mí? ―pregunta algo sorprendido Asim.

―Curiosidad y buen oído ―admite Bek, dando un golpecito a su oreja―. Hace algunas décadas que pasaste tu centena. Dime, ¿cambia algo hacerse un vampiro viejo? ¿Te vuelven más fuerte?

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 25, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

La guardia (Saga la Donante #4)Where stories live. Discover now