Capítulo 3

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Las palabras de Marine y sus advertencias, siguen rondando en mi mente, a pesar de que han pasado casi tres semanas. No estoy segura de querer conocer lo que hay detrás de estas pálidas paredes, de descubrir quiénes son los que coordinan o dan las órdenes. Sé que son nombrados fundadores, uno de ellos es quien me convirtió; otro de ellos y de los únicos que he visto, es quien trajo a esa niña. Sigo manteniéndome alejada del resto, sin querer conocer demasiado. No ignorar, porque cada día que pasa, se vuelve más real, a pesar de que no me guste. Lo que si me queda claro, es que tal como ha explicado Marine, todos y cada uno de nosotros cumplimos un rol. Con una única finalidad, servir. Y es que, ¿Qué podríamos hacer? No deberías existir, seguir moviéndonos, pero lo hacemos. Ellos nos dieron una nueva oportunidad.

Los fundadores no suelen bajar, salvo ocasiones importantes, en todo caso, es Koller quien se reúne con ellos una vez al mes. Siempre que lo hacía, esperaba por él, corrigiendo gráficos o simplemente esperando, ahora es Kyla con quien me quedo. Ella es tan especial como él. No habla mucho, ni siquiera para sí misma, parece centrada en su labor y suele debatir bastante con Koller. Las cosas ahora son un poco más agitadas, porque trabajan más horas y requieren con mayor frecuencia nuevos materiales. Eso es bueno, me mantengo ocupada y conocido un poco más a Dala y al chico de paquetería, Asim.

Cambiar no era algo que estuviera en mis planes, en ningún sentido, sin embargo, ahora debo adaptarme a ello e intentar hacer algo, con esta oportunidad que se les negó a ellos.

֍

El tiempo es relativo, tan pasajero algunas veces o tan igual, cuando ves las mismas paredes y haces lo mismo todos los días. Han pasado 3 años desde Kyla entró en este lugar por primera vez y 4 años ya, desde que soy un subalterno. Mis tareas no han cambiado demasiado, he entablado una especie de convivencia con algunos guardias, en su mayoría mujeres. No salgo del área de laboratorios o abastecimientos, he dejado de resistirme a ingerir mis dosis, aunque lo hago cuando no hay demasiados alrededor.

Vampiro. Soy un vampiro, una criatura que solo existía en los libros o se proyectaba en las películas. Ahora soy capaz de decirlo y sentirme tan enferma.

―¿Necesitas que haga algo? ―Kyla niega, sin dejar de mirarme alternadamente mientras anota en su libreta, esa que raras ocasiones abandona.

―Nada. Solo alertarme si comienzas a sentirte extraña. Cualquier cosa inusual.

―Bien. ―Muevo mis pies, simplemente por hacer algo, evitando pensar en que justo ahora soy una especie de conejillo de indias. Eso debería disgustarme, pero no lo hace.

―No entiendo porque has tenido que ofrecer ―refunfuña Koller, que no parece tan contento.

Me encojo de hombros. No tengo nada que perder. Reprimo una sonrisa. Él parece olvidar que no soy tan vulnerable y que no debería protegerme.

―Me gusta ser útil.

―Si algo sale mal, no serás demasiado útil.

Ahora sí que no puedo evitarlo, sonrío. Una de esas pocas sonrisas que muestro.

Este es el primer lote de sangre sintética o sustituto, como le llama él, que se obtiene. Una mezcla de nutrientes y elementos que contiene la sangre normal y que pretende reemplazar la que se toma de las personas. O al menos parcialmente, ya que hasta el momento, los intentos de fabricarla con la sangre de conejos y ratas no funcionó. Pensar que eso estuvo en mi estómago debería hacerme sentir enferma, pero me gusta más que la idea de que sea de otra persona. Se probara con algunos otros mamíferos, pero por ahora, la apuesta más segura y lógica es la sangre humana. Se ha hecho, pero se trata de encontrar alternativas y disminuir las cantidades que se requieren.

La guardia (Saga la Donante #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora