Capítulo 25

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~Liel~

No puedo evitar mirar con malestar a Abiel, ya que lo que suponía era solo una corta salida, una exploración de rutina a una de las ciudades cercanas, tras escuchar el rumor de la presencia de impuros, ahora se ha convertido en un viaje en toda regla. Claro, los vampiros no necesitan gran cosa para ponerse en marcha y siempre se puede disponer de alguno de los refugios que fueron instalados de manera estratégica y ¿Quién mejor para conocerlos que quien ayudó a organizarlo? Yo.

Mientras entramos en las ruinas del que anteriormente fuera el palacio de justifica de Paris, el corazón de la ciudad prístina, pienso en lo que imaginara Mihan por mi repentina ausencia, me hubiera gustado despedirme y pedir a Asim cuidara de ella. Lo único que me alivia, es saber que justo ahora Nicolas y Braxton se dirigen a otro de los refugios. Aunque es un hecho que no se ha dado por vencido. Trató de mover los hilos para asumir su entrenamiento, es una suerte que haya demasiadas cosas como para preocuparse por un asunto tan minúsculo, dicho por el mismo Alón. Y ya que él ha dado su voto de control a Danko, no podrá hacer nada.

Lo ocurrido en los últimos meses, todo el caos y la locura que gobierna el mundo ha impedido que reflexione sobre lo que representa Mihan y lo que implica estar con ella. Es decir, nunca considere tener algo más que la simple liberación y disponibilidad, como lo era Frey. Con ella es distinto, me hace sentir de nuevo.

Abiel se abre paso al interior, en realidad, ahora ya no es más que una terraza, parte de una de las paredes y techo se han derrumbado; Gal y yo lo seguimos de cerca, e incluso antes de verlos, puedo sentir a Neriah y Anisa, que acompañan a Edin y Armen. Dos de los pocos fundadores que no parecen pensar solo en si mismos y en los placeres.

―Llegan un poco tarde para la diversión ―comenta Danko, sin mirarnos―. Pronto amanecerá y nos hemos ocupado de la mayoría. Así que tendremos que esperar hasta mañana por la noche para terminar, al menos por el momento.

Armen Regan, con la usual expresión seria que le caracteriza y su vestimenta limpia se vuelve, dedicándonos una ligera inclinación. Ambos son los favoritos de sus creadores, algo como sus hijos, mientras que el resto seriamos algo así como sus nietos o eso suele decir Makor.

―Los impuros han comenzado a masacrar a los humanos ―sus palabras son crudas, pero no por ello menos ciertas.

Esto era algo que esperábamos. Y los problemas podrían aumentar si todos los que se encontraban en América consiguen trasladarse.

―Todos los refugios tienen instrucciones de enviar a los miliares a recoger a unos humanos. Justo esta noche encontramos unos en una de las ciudades, pero no disponemos de los suficientes humanos y supone un problema no revelar nuestra presencia ―señala Abiel.

Danko asiente, finalmente mirándonos. Su ropa se encuentra manchada de sangre y con algunos cortes, un aspecto tan diferente al de Regan; definitivamente, Anisa, su sombra es quien se ha enfrentado a los impuros. Sus habilidades son otras y muy pocos las conocen.

―Si se me permite opinar, muchos no quieres nuestra ayuda ―murmura ella―. Deberíamos dejarlos morir. ―Armen la mira con reproche, pero ella no se inmuta, continúa apoyada en una de las paredes, con aire aburrido―. Es solo una sugerencia.

―Sería muy fácil hacerlo, pero entonces tendríamos aún más problemas. Los impuros no solo se están alimentando, están creando más de los suyos y a mayor número, mayor trabajo que limpiar.

―No disponemos de suficientes humanos, que son en quienes confiarían ―señalo, a pesar de que soy consciente de todos pensamos lo mismo―, pero un refugio de solo humanos sería un banquete para los impuros, especialmente con su descaro.

La guardia (Saga la Donante #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora