Capítulo 24

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Abiel nos conduce hasta la parte trasera del lugar, que da justo a una extensa zona boscosa, no hay otra cosa en kilómetros y creo que no es solo por conveniencia la ubicación, también porque ayuda en los entrenamientos, o así es como lo imagino.

―Esto es solo un intento ―explica Liel, examinando nuestro pequeño grupo conformado por 5 hombres y yo, claro―. Deben tratar de alcanzar a Don. ―Él mencionado hace toda una serie de movimientos, como si necesitara calentamiento, aunque su expresión divertida no ha desaparecido y tampoco parece realmente preocupado.

―¿Hay alguna regla? ―pregunta el tipo de los músculos, el militar.

―Ninguna. Incluso pueden hacerlo en grupo. ―Sus expresiones dejan en claro que ni siquiera consideran la sugerencia. Asim me mira divertido y da un ligero encogimiento de hombros.

Bien, estoy por mi cuenta.

―En el momento de la prueba real ―dice Abiel―, dispondrán de 3 oportunidades y será de manera individual. ―Parece bastante justo, pero debe existir alguna trampa, no puedes solo correr detrás de él, es decir, sé que son muy rápidos, Liel corría como si no tuviera ningún desgaste―. Sin embargo, si fallan, se convertirán ustedes en la presa y no será tan divertido.

Eso nos hace prestar atención y tensarnos. Ser la presa, apuesto que no, no será nada divertido. Ya pasé por eso con los impuros y no fue bueno.

―Don. ―Él chico asiente ante la orden de Liel y desaparece entre las sombras, mi visión se adapta con rapidez y puedo seguir sus movimientos, hasta que se encuentra demasiado retirado y los árboles obstaculizan, aun así, puedo darme una idea de donde ha ido, no es como si justamente estuviera escondiéndose―. Cuando gusten.

Los cuatro desconocidos salen disparados, cada uno por su parte, no así Asim, quien al igual que yo solo sigue con la mirada sus trayectorias. Quiero preguntarle que espera, pero me recuerdo que en esto estoy sola, así que simplemente me lanzo entre los árboles, evadiendo la ruta que han seguido. Eso sería predecible y antes de ir tras él, me gustaría tratar de estudiar sus movimientos.

"Recuerda, usa todos tus sentidos", la voz de Liel es alentadora y me hace prestar atención alrededor.

"Lo tengo".

Me concentro en seguir su rastro, en percibir algún susurro, pero los sonidos de la noche se imponen sobre cualquier otra cosa y eso sumado al hecho de que los vampiros pueden ser tan sigilosos como liebres, hace que sea difícil.

Un borrón pasa por un costado mío. Es el chico que ha sido asignado al fundador desagradable, Nicolás. Me ignora mientras corre en línea recta, lo sigo y no me lleva demasiado ver que esta tratando de cerrarle el paso a Don. No parecen trabajar en equipo, pero si utilizarse para intentar acorralarlo.

Contengo el aliento, cuando parece que se impactara contra Don, pero en el último instante, él cambia de dirección y se pierde entre los árboles.

Wow.

Realmente es rápido y si a eso se suma a su pequeño tamaño, es impresionante. Don es bajo, de aspecto delicado, algo distinto a la mayoría de la guardia, pero no hay duda de que es capaz de responder como cualquiera de ellos. Lo que me da una idea.

Nadie se ha preocupado por ocultar su presencia, ni tener algo de cautela, así que trepo a una de las ramas, sorprendida ante la facilidad de la maniobra. Escalo hasta una de las ramas de un árbol y las utilizo para desplazarme por un par de árboles, intentado tener una buena vista, no ser descubierta y al mismo tiempo pendiente de cualquiera de ellos que aparezca.

La guardia (Saga la Donante #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora